Tu cuerpo cambia a lo largo del embarazo (ver Cambios físicos). Estos cambios a veces causan molestias e incomodidades que suelen ser inofensivas, pero algunas pueden ser difíciles de soportar.
Este proceso de adaptación física puede ocasionar algunas molestias. Algunas de las más frecuentes son:
- Náuseas y vómitos: están provocados por el aumento de la hormona gonadotropina coriónica, producida al comienzo del embarazo. Pueden aparecer alteraciones del gusto y del olfato, resultando desagradables determinados olores y sabores que antes no lo eran.
- Digestiones "pesadas" y "ardores" de estómago: debido al aumento de tamaño del útero, que desplaza el estómago hacia arriba y al intestino hacia atrás, lo que hace más lenta la digestión. ⇒ Acidez estomacal, reflujo y ERGE durante el embarazo
- Estreñimiento y flatulencia ("gases"): causados por la lentitud en el vaciado del estómago y en la movilidad del intestino. Limitar las comidas copiosas y los alimentos que producen gases. Masticar los alimentos lentamente. Come alimentos ricos en fibra, como verduras, frutas, cereales integrales, alubias, lentejas, frutos secos y semillas. Bebe mucha agua. Mantente activa. No tomes ablandadores de heces, laxantes u otros medicamentos para tratar el estreñimiento sin consultar al médico.
- Hemorroides: son más frecuentes al final del embarazo, debido a la presión que ejerce la cabeza del niño en los vasos sanguíneos perianales. El estreñimiento favorece su aparición y agrava las molestias.
- Aumento del número de micciones: más frecuente en los primeros y últimos meses de embarazo, por la presión que ejerce el útero sobre la vejiga. Orinar regularmente. Haz los ejercicios de Kegel. Consulta a tu médico si tienes dolor al orinar. ⇒ ¿Qué pasa si tienes infección de orina en el embarazo?
- Aumento de la cantidad de flujo (secreción vaginal): evitar la humedad en la zona, ya que facilita las infecciones por hongos (micosis). Cambiar la ropa interior a menudo, manteniendo la zona lo más seca posible. Duchas diarias.
- Mareos y tensión baja: suelen producirse al tumbarse boca arriba, al presionar el útero sobre la vena cava inferior. Se alivia al tumbarse sobre el lado izquierdo.
- Varices y edemas: sobre todo en las piernas, al dificultarse el retorno venoso.
- Calambres: se deben a la falta de calcio.
- Congestión nasal: por el aumento de estrógenos. ⇒ Hemorragia nasal durante el embarazo: ¿Cuándo preocuparse? *** Roncar durante el embarazo ¿Es normal?
- Dificultad respiratoria: al encontrarse el diafragma desplazado hacia arriba.
- Lumbalgia: son molestias a nivel lumbar, debidas a la presión que el útero ejerce sobre la columna, curvándola más de lo normal.
- Las mamas aumentan de tamaño: están preparándose para la lactancia. Durante el día, usa un sujetador de maternidad que se ajuste a tu talla. Por la noche, prueba un sujetador de noche que te dé algo de soporte.
Si te pica la piel donde se ha estirado, evita las duchas y los baños calientes, y aplícate crema hidratante. - Al final del embarazo los pezones se endurecen y, junto con la areola, están de un color más oscuro.
- Caries dental: durante el embarazo y debido a una disminución del pH de la saliva, hay más riesgo de aparición de caries. Por ello se debe extremar la higiene y acudir al dentista periódicamente.
- Estrías: aunque no producen molestias físicas, resultan antiestéticas. Se deben al estiramiento que sufre la piel en el abdomen y en las mamas, aunque también influyen factores genéticos y la deshidratación de la piel.
- Otros cambios cutáneos: es normal que durante el embarazo aparezcan manchas en la cara (cloasma o "paño") y una línea más pigmentada desde el pubis hasta el ombligo ("línea alba"). Suelen desaparecer en el puerperio. ⇒ Cambios y Picores en la Piel durante el Embarazo
- Cambios psicológicos: Durante el embarazo también se producen cambios en el estado de ánimo. Es normal encontrarse más emotiva y sensible, con temor a que haya algún problema durante el embarazo o en el parto. Es recomendable comunicarse con la pareja.
- Dolor de espalda, dolor pélvico y dolor de cadera. El tamaño y el peso de tu vientre aumentan la carga sobre tu espalda. El dolor de pelvis y de cadera es una indicación normal de que tu zona pélvica se está preparando para el parto y de que las hormonas del embarazo están haciendo que tus articulaciones pélvicas se relajen. Duerme en un colchón firme y pon una almohada entre las rodillas. Mantén una buena postura y usa zapatos de tacón bajo. Lleva una faja para embarazadas alrededor de las caderas. Descansa todo lo que puedas, y utiliza calor en las zonas doloridas y masajéalas.
- Insomnio. Mantener un horario de sueño regular. Descansa cuando puedas, y utiliza almohadas para apoyar la espalda o el estómago. Mantén tu entorno de sueño fresco y silencioso. Practica técnicas de relajación.
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