Todos hemos tenido problemas cuando nuestro bebé no se agarra bien al pecho por alguna razón desconocida. Esto puede deberse a una serie de problemas.
Puede que el bebé aún no se haya acostumbrado a ti, que la posición de amamantamiento no sea la adecuada para él o que tengas los pezones irritados, lo que hace que la superficie sea más difícil de agarrar.
También puede tratarse de un caso de confusión de tetinas causado por el uso excesivo de chupetes, chupete o biberón.
Sea cual sea el caso, el hecho de que el bebé no se agarre al pecho no es un gran motivo de alarma y es uno de los problemas de lactancia más comunes que te encontrarás durante la maternidad.
Además, es un problema que se soluciona muy fácilmente a través de varios métodos, dependiendo del origen del problema en cuestión.
Actúan con la suficiente rapidez y, lo que es más importante, no suponen un gran esfuerzo, lo que te permite tener tiempo suficiente para establecer un vínculo con tu pequeño a través de tus sesiones de lactancia.
¿En qué consisten estos métodos? Te lo contamos a continuación.
En primer lugar, es importante conocer las causas antes de profundizar en la solución.
Causas de un mal agarre durante la lactancia
A veces no es sólo el comportamiento del bebé lo que puede hacer que no se prenda. A veces se trata de una causa totalmente diferente.
Aunque algunos problemas son más comunes que otros, hay algunos persistentes que pueden causar un fallo en el agarre.
Congestión mamaria
La congestión mamaria es uno de los principales responsables de que el bebé no se agarre bien al pecho.
Cuando un pecho se congestiona, se vuelve firme y el pezón se aplana, lo que dificulta que la boca del bebé se envuelva en él.
La causa principal de la congestión mamaria suele ser una producción de leche demasiado abundante, lo que dará lugar a toda una serie de problemas tanto para ti como para el bebé al margen del fallo en el agarre.
Algunos de ellos son, entre otros, la mastitis y la obstrucción de los conductos lácteos para la madre, así como un flujo de leche más rápido.
Para el bebé, esto significa un aumento de la inquietud, cacas más acuosas, regurgitaciones frecuentes y muchos gases.
Para hacer frente a la congestión mamaria, resulta útil extraer un poco de leche a mano antes de la toma para ablandar la zona del pezón, lo que facilita el agarre del bebé.
Mala posición para amamantar
Ningún bebé querrá alimentarse en una posición incómoda o poco natural. Una buena posición de amamantamiento es importante cuando buscas que tu pequeño se prenda más profundamente.
Asegúrate de tener la cabeza de tu bebé en el ángulo correcto y de alinear sus labios para que pueda envolver el pezón y presionar la areola, requiriendo el menor esfuerzo posible.
Confusión de tetina
El último de los tres grandes problemas de falta de agarre es la confusión de tetinas, que suele estar causada por el uso de biberones y chupetes demasiado pronto en el desarrollo del recién nacido.
Si se utilizan en las primeras semanas de vida, el bebé puede acostumbrarse al tacto de las tetinas artificiales y negarse a tomar las de verdad.
El flujo rápido de algunas tetinas de silicona para biberón también podría ser más de su agrado, ya que no tiene que esforzarse por comer y puede relajarse y mamar suavemente.
Los bebés suelen elegir el camino de menor resistencia y los biberones suelen ganar en este caso.
Para evitarlo, no introduzcas el biberón demasiado pronto en la vida de tu hijo.
Deja que tu pequeño se adapte primero a la sensación del pecho antes de darle la opción de alimentarse con biberón.
Y, si lo haces, asegúrate de encontrar biberones con tetinas de silicona con la forma materna y con un sistema de flujo lento.
Cuanto mejor simulado esté el pecho de la madre, menos posibilidades habrá de que se produzca una confusión de pezones en primer lugar.
Aunque esta razón hace que las madres renuncien por completo a la alimentación con biberón y se dediquen exclusivamente a dar el pecho a su hijo, muchas madres no pueden permitirse ese privilegio, sobre todo las que siguen trabajando o no pueden dedicar tanto tiempo a la lactancia en exclusiva.
El bebé está enfermo o incómodo
Para muchos niños, un resfriado, un dolor de garganta o incluso los gases pueden contribuir en gran medida a que no se agarre al pecho.
Durante estos periodos, es habitual ver que los bebés no se agarran al pecho porque tienen problemas para respirar correctamente o simplemente se sienten demasiado mal como para considerar la posibilidad de alimentarse o hacer algún esfuerzo.
Si este es el caso, es mejor alimentar al niño por goteo si se puede o cambiarlo al biberón, aunque en el caso de los gases, es mejor encontrar la causa del problema y eliminarla antes de considerar cualquier otro movimiento.
Consejos para que el bebé se agarre al pecho 🤱🏻
Facilita el acceso al pecho
Hay una razón por la que las mamás usan ropa específica y ropa de dormir para amamantar cuando sus bebés aún están en la etapa de lactancia, y es para tener un acceso más fácil al pecho.
Cuanto antes te adaptes a una posición adecuada para amamantar, menos inquieto estará tu bebé.
Asegúrate de estar siempre en un lugar agradable y cómodo donde no sientas frío si tienes que dar el pecho durante un periodo de tiempo prolongado.
Ofrecer oportunidades para la lactancia materna temprana y frecuente
Si tu hijo se frustra porque le ofreces el pecho cuando no lo quiere, puedes darle una pequeña pausa y volver a intentarlo más tarde, asegurándote de que siempre esté cerca.
Si consigues que parezca más espontáneo que forzado, mejor que mejor y hará que este proceso sea mucho más corto de lo que sería normalmente.
Repite el proceso hasta que tu pequeño decida que quiere agarrarse al pecho. Eso sí, asegúrate de no forzarle a agarrarse al pecho.
Si el bebé no se agarra al pecho en un momento dado, simplemente no lo hará, y cualquier otro intento de hacerlo sólo va a acabar teniendo el efecto contrario al que deseas.
Utilizar una extractor de leche para complementar una sesión de prendimiento fallida
A veces tu hijo simplemente no consigue sacar suficiente leche de tus pechos durante una toma..
Este acto suele reducir el flujo de leche debido al escaso tiempo de agarre y succión, por lo que es conveniente complementar la sesión mediante el uso de un sacaleches.
Si te aseguras de que todas las sesiones duran lo mismo, ya sea mediante la succión directa, la extracción de leche completa o una mezcla de ambas, te estarás asegurando de tener siempre un suministro de leche saludable y uniforme.
Esto ayudará a que tu bebé se acostumbre más fácilmente al nivel de flujo de leche de tus pechos y evitará que surjan problemas por un flujo de leche demasiado alto o bajo.
Practicar el agarre en periodos más cortos
Practicar el agarre en periodos cortos suele ser la forma más recomendable de conseguir que tu pequeño tome el pecho correctamente.
Si todo va bien, los periodos de 10 minutos deberían ser los más habituales. Más y verás menos resultados porque tu bebé se cansará de estar demasiado tiempo en una misma posición.
Tampoco debes forzar demasiado si ves que se resiste, ya que de lo contrario conseguirás el efecto contrario y puede que empiece a odiar todo el proceso en su conjunto.
Si se resiste, no dudes en interrumpir la sesión y dejarle tranquilo. Completa el resto de la toma con el extractor de leche y vuelve a intentarlo más tarde, cuando tu bebé se sienta menos frustrado.
No fuerces al bebé a alimentarse
Muchas mamás primerizas que no tienen experiencia en conseguir que su bebé se agarre al pecho pueden pensar que si se le fuerza lo suficiente, acabará haciéndolo.
Esto está muy lejos de la realidad. Si no se agarra al pecho, es que no lo hace. Sin duda hay una razón para ello y es mejor descubrirla y ajustarla en consecuencia que repetir una y otra vez el mismo error que la causa.
La mejor manera de hacerlo es trabajar con tu asesora de lactancia certificada, que puede ayudarte a encontrar la raíz del problema y ofrecerte una solución adecuada.
Puede tratarse de una mala posición o de un exceso de leche. Hasta que descubras de qué se trata, complementa las sesiones de alimentación con sesiones de extracción de leche para asegurarte de que tienes todo el flujo de leche que tu bebé necesita cuando llegue el momento.
Mantén a tu hijo contento con una alimentación constante
Un bebé saciado es un bebé feliz. No lo olvides nunca. Si su tripita está llena, es más probable que veas a tu precioso bebé con una sonrisa en la cara. No importa el método que utilices, siempre que lo hagas.
Al fin y al cabo, a un niño no le importa cómo le den la comida, siempre que la reciba. Dicho esto, siempre que sea posible, intenta inclinarte un poco más hacia la lactancia materna.
Acércalo cada vez más al pecho mientras lo sostienes para amamantarlo, y luego haz que se incline gradualmente hacia él.
Mucho contacto piel con piel
Una de las mejores maneras de conseguir que el bebé se agarre al pecho es asegurarse de que haya mucho contacto piel con piel entre la madre y el bebé.
El calor generado entre los dos ayudará a liberar la hormona oxitocina para ambos, una hormona responsable de la sensación de amor cálido y difuso que tenemos cuando estamos cerca de algo querido.
Ayudará a que crezca la relación entre ambos y a que tu hijo se sienta mucho más cómodo a tu lado, lo que facilitará el agarre y la posterior alimentación con el pecho.
Paciencia
Este es sin duda un proceso que lleva cierto tiempo, pero ten paciencia. No durará demasiado. Por lo general, la mayoría de los bebés aprenden a agarrarse bien al pecho en las primeras 4-8 semanas.
Busque ayuda profesional
Aunque los pasos anteriores pueden ayudar a resolver la mayoría de los problemas de agarre de tu bebé, un asesor de lactancia o un pediatra pueden ayudarte con los casos más difíciles.
O, simplemente, pueden ayudarte a averiguar el motivo por el que tu bebé no se agarra más rápido que si lo haces por ensayo y error en casa.
Trucos para facilitar el agarre del bebé
Un buen truco que puedes seguir cuando tu bebé no se agarra al pecho es utilizar un poco de la leche que te has extraído previamente y dejarla caer sobre el pecho o el protector de pezones.
De este modo, tu pequeño se sentirá recompensado al instante por intentar mamar del pecho, ya que recibirá un poco de leche pensando que ha sido su esfuerzo el que la ha producido, lo que le incitará a seguir mamando.
Puedes hacer algo parecido sin necesidad de descongelar tu reserva de leche, simplemente dando un buen masaje a tus pechos o simplemente extrayendo un poco de leche a mano antes de la sesión de lactancia.
Esto ayudará a estimular la bajada de la leche sin que el bebé tenga que esforzarse por conseguirla, permitiéndole continuar donde tú lo dejaste con estos métodos y tener acceso instantáneo al oro líquido que codicia.
Procura que no se convierta en un hábito demasiado frecuente. Facilita poco a poco que tu pequeño provoque la bajada de leche por sí mismo.
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