Con pocas novedades me pongo de nuevo a redactar este diario, aunque eso sí, con la tranquilidad de estar ya en casa, con la baja por riesgo durante el embarazo que he estrenado el 1 de Abril y con la que parece que los síntomas de cansancio y sueño que iba arrastrando han desaparecido levemente. Estos primeros días del mes los he dedicado a poner un poco en orden la casa y a hacer esas cosas que tenía pendientes por hacer desde hace mucho tiempo y no veais que diferencia, que tranquilidad. Realmente os recomiendo a todas las que podáis recurrir a este tipo de bajas que lo hagáis porque vuestro cuerpo, y sobre todo, vuestro bebé, lo agradecerá.
Durante estas dos primeras semanas de baja apenas tengo que acudir al médico ni hacerme ninguna prueba, únicamente la de la curva de la glucosa, la cual me haré justo a finales de la semana 24 de embarazo. Le tengo un poco de pavor a esta prueba, lo primero por la prueba en si, y lo segundo porque el resultado no salga bien y me tengan que repetir la triple curva...
En cuanto a mi estado general, os tengo que contar que estoy llevando el segundo trimestre del embarazo muy tranquila. No he vuelto a tener naúseas, el estreñemiento viene y va, aunque cuando viene no es muy acusado, no tengo ningún tipo de molestias, ni hinchazón, ni dolor de espalda, y la ciática parece respetarme algo más desde que cogí la baja. Eso sí, casi todas las noches, y sin faltar a la cita, suelo tener algún tirón en el gemelo que me obliga a levantarme y darme un paseito, con la correspondiente pérdida de sueño momentánea... Tampoco hacen acto de presencia los antojos. Sigo con mucha sed y el zumo de naranja sigue siendo mi primera opción, pero sin llegar a ser antojo. Así que como véis, la cosa marcha de lo más tranquila.
Como os decía, la única prueba a la que debo someterme en estas semanas de embarazo es la del azúcar y ahora os cuento que tal me ha ido. La prueba lleva consigo la extracción de sangre y entrega de una muestra de orina, que se hace nada más llegar al lugar donde van a realizarte la prueba. Una vez recogidas las muestras debes beber una cantidad concreta de glucosa, un liquido algo espeso y extremadamente dulce que, sinceramente os digo, se hace bastante difícil de pasar, y más aún en ayunas. Una vez tomada la glucosa debes esperar una hora, a ser posible sin moverte demasiado así que la sala de espera se convierte más que nunca en eso, una sala de espera. Me costó bastante aguantar las ganas de vomitar al rato de haber tomado la glucosa, supongo que mi estómago vació, al recibir ese líquido debió decir... ey, estas no son las ricas tostadas de cada mañana!!! Tras pasar unos minutos con un poco de sofoco parece que la cosa se calmó y ya aguanté bien el resto de la hora, finalizada la cual volvieron a extraerme sangre. De ahí, corriendo a la calle a desayunar y a esperar los resultados, que estarán en unos cinco días. Muy pronto os cuento.
La próxima semana os sigo contando sobre mi embarazo.
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