Entro ya en la última parte de mi embarazo y mis sensaciones siguen siendo muy buenas. Aparte del cansancio que llevo acumulado por todos los cambios y arreglos que estamos haciendo en casa, la verdad es que el embarazo no me está causando ningún tipo de molestias. Sólo algún tirón con la ciática cuando estoy mucho rato andando o de pié en casa haciendo cosas y hasta hace pocos días, que parece que ha apretado algo el calor, no he sentido apenas hinchazón.
Lo primero que os cuento de estas semanas de embarazo es que he dejado de asistir a las clases preparto que la matrona de la seguridad social imparte.
Ya sé que os conté la última vez que la primera clase me había encantado por el enfoque que le habían dado, pero a partir de ahí, las dos siguientes a las que he asistido han sido algo decepcionantes: muy radicales y con poco espacio para contar y valorar las experiencias de las que ya somos mamás. Yo no digo que por haber sido mamá ya lo tengamos todo aprendido, ni muchísimo menos desde luego, pero la manera en que se desechaban todas las ideas y aportaciones que las que repetíamos experiencia hacíamos me causó bastante resquemor. Así que después de salir muy decepcionada de la segunda clase y coincidiendo con mi visita al ginecólogo, que me recomendó fervientemente acudir a las clases preparto de su matrona, he decidido cambiar, y probar con ella. Después de todo, será a ella a la que acuda cuando me ponga de parto y será ella quien lo asista... de momento el contacto con ella sólo ha sido vía email pero tras explicarle lo que me había sucedido se ha mostrado encantadora y muy receptiva. Veremos a la hora de la verdad.
Como os decía, he tenido por fin de nuevo consulta con el ginecólogo en la semana 31 de embarazo. Me ha preguntado que tal marchaba todo, me ha tomado la tensión, me ha pesado y me ha hecho una ecografía, que sin duda ha sido lo más interesante. Nuestra pequeña pesa ya 1 kilo y medio, está estupenda en cuanto a medidas y peso y según me comentó mi ginecólogo, a simple vista, todo marcha de forma correcta. También me estuvo hablando sobre el tema de las clases preparto como ya os he dicho, y me estuvo poniendo al tanto sobre esta última étapa del embarazo en la que ya las visitas a la consulta serán más constantes así como las pruebas.
En la semana 34 de embarazo acudiré a realizarme la última ecografía "oficial" y allí, además de ver de nuevo a nuestra pequeña, veremos por fin si la placenta se ha desplazado algo y no está ya tan baja (la idea de un posible cesárea me ronda y me pone los pelos de punta la verdad). Cruzo los dedos porque sea así. Esa misma semana debo hacerme un análisis y con los resultados de éste y la ecografía acudir al ginecólogo. A partir de ahí, las visitas a su consulta serán semanales hasta el momento del parto.
Como véis, por fin un poco de acción se aproxima. Realmente os puedo decir que he vivido este embarazo con una tranquilidad que no esperaba. No sé si tiene que ver que sea el segundo, pero sin duda las sensaciones han sido totalmente diferentes, sobre todo físicamente, y aunque ahora comienzo a cansarme cada vez más pronto, os puedo decir que estoy llevando estos meses de maravilla.
Ya casi hemos terminado de preparar la habitación para el nuevo miembro de la familia, nos faltan sólo algunos detalles, y ya estoy con la lavadora a pleno funcionamiento poniendo a punto toda la ropa y accesorios que guardé de mi primera hija. La idea es que el último mes esté todo a punto, ya que nunca se sabe lo que puede pasar y cuando puede pasar.
Mientras, yo continúo durmiendo bien, poco eso sí, porque me cuesta muchísimo dormirme, pero no porque esté incómoda ni mucho menos, sino simplemente porque al tumbarme me desvelo. No he necesitado cojines para las piernas ni nada por el estilo... Tampoco he tenido antojos, ni mala gana por nada en especial desde el comienzo del segundo trimestre del embarazo. Como os digo, está siendo un embarazo de lo más tranquilo, de lo cual me alegro, y espero que sea así hasta el final.
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