Cuando estás embarazada hay muchas cosas que no puedes hacer, y por desgracia esto no cambia una vez que has dado a luz a tu precioso bebé.
Hay muchas cosas que debes evitar durante la recuperación posparto.
Saber lo que no debes hacer después de dar a luz da a tu cuerpo y a tu mente la oportunidad de curarse más rápidamente, a la vez que previene posibles complicaciones que podrían poner tu salud en peligro.
Tanto si evitas el ejercicio extenuante como si tomas las medidas adecuadas para proteger tu bienestar mental, es esencial que entiendas qué es y qué no es saludable para ti después del parto.
Tu cuerpo ha pasado por una dura prueba y tardarás algún tiempo en poder retomar tu rutina habitual antes del embarazo.
Hay muchos consejos importantes para la curación que te ayudarán a minimizar el dolor después del parto y te harán sentir más cómoda.
Así que sigue leyendo para descubrir las cosas que no debes hacer después de dar a luz.
Lo que no hay que hacer después del parto
No aceptes visitas si estás demasiado agobiada
Es perfectamente normal que los miembros de la familia, los amigos y los compañeros de trabajo compartan tu emoción por el nuevo miembro de la familia, y muchos querrán visitarte lo antes posible para ver al bebé y saber cómo te va.
Pero debes hacerte una pregunta importante: ¿Tienes energía para recibir visitas en este momento?
Si la respuesta es negativa, no dudes en comunicar que ahora no es el mejor momento para las visitas.
No estás siendo egoísta al establecer límites y darte tiempo para descansar y curarte sin la presión añadida de recibir visitas.
Es importante que no te dejes convencer de nada que no quieras hacer, y si alguien no entiende que no tienes energía para recibir visitas, ¡es su problema!
🤱🏻🏥➡ Parto: ¿Cómo gestionar las visitas al hospital o maternidad?
No olvides tomar ablandadores de heces
La primera defecación después del parto no es un paseo, sobre todo si has sufrido un desgarro perineal o tu médico te ha practicado una episiotomía (un corte que facilita el parto) durante el nacimiento.
Por si fuera poco, el estreñimiento es muy común después del parto, así que para prepararte para tu primera caca posparto, lo mejor es que tomes ablandadores de heces.
Es posible que te los den en el hospital, pero es mejor que metas un paquete en tu bolsa del hospital para estar segura.
Asegúrate de mantenerte hidratada y de comer alimentos ricos en fibra para no estreñirte aún más.
Cuidado al limpiarte
¿Quién iba a decir que ir al baño después de tener un bebé podía ser una experiencia tan angustiosa?
Dependiendo de cómo hayas dado a luz y de si ha habido algún desgarro, tendrás que prestar especial atención a cómo (y si) te limpias después de ir al baño.
Al menos durante la primera semana después del parto, es recomendable utilizar una botella de agua para enjuagarse después de orinar o defecar.
De este modo, te resultará mucho más fácil mantenerte limpia sin tener que hacerte daño si te limpias con demasiada fuerza.
No olvides usar bolsas de hielo
Las compresas de hielo perineales son un salvavidas cuando se trata de calmar las molestias y el dolor después del parto, especialmente si has sufrido desgarros.
No vayas en contra de los consejos médicos
Ignorar los consejos del médico debería ser lo primero en la lista de cosas que no debes hacer después de dar a luz.
Tanto si has tenido un parto vaginal como una cesárea, no vayas en contra de los consejos de tu médico.
No importa lo que te diga tu suegra o si sientes que estás "volviendo a la normalidad": tu médico te dio ese consejo por una razón, e ignorarlo podría acarrear graves complicaciones.
Lo mismo ocurre si buscas en Google síntomas al azar y te asustas cuando Internet te dice que tienes una enfermedad potencialmente mortal.
Consulta siempre tus dudas con el médico o matrona, aunque aún no haya llegado la hora de la revisión.
No subestimes la importancia del descanso
Hay un aspecto clave de la curación tras el parto: El descanso.
Seguramente tendrás la tentación de aprovechar el tiempo libre mientras tu pequeño duerme la siesta para hacer la colada o cargar el lavavajillas, pero aunque no te apetezca dormir la siesta, es mucho más saludable para tu cuerpo dedicar ese tiempo a descansar que a limpiar.
😴🛌🏻👶🏻➡ ¿Cómo dormir y descansar bien después de tener un bebé?
No uses tampones
Después de dar a luz, experimentarás un sangrado vaginal, también conocido como loquios, hasta seis semanas después del parto.
Durante este periodo no puedes usar tampones, sólo compresas.
Cuando tengas el examen de las 6 semanas de posparto, puedes preguntar a tu médico si puedes volver a usar tampones.
Lo mismo ocurre con las copas menstruales, ya que ambas pueden causar infecciones.
No dejes de tomar tus suplementos prenatales
Mientras estabas embarazada, probablemente tomabas vitaminas o suplementos prenatales para asegurarte de que tu bebé recibía todos los nutrientes necesarios.
Pero no dejes de tomarlos una vez que haya nacido tu bebé, porque tu cuerpo puede seguir beneficiándose de estos nutrientes.
También puedes pasar a tomar suplementos posnatales.
Si estás amamantando, estos suplementos garantizarán que tu bebé reciba suficientes nutrientes esenciales a través de la leche materna, y además pueden ayudarte cuando te sientas fatigada por la lactancia, ya que suelen contener hierro.
No lleves ropa incómoda y ajustada
La ropa holgada es tu mejor amiga en este momento. Además de los pantalones de chándal, las batas de maternidad te resultarán muy cómodas, especialmente si has tenido una cesárea, pero incluso si has tenido un parto vaginal, tu perineo dolorido te agradecerá que lleves ropa cómoda. Si tienes pensado dar el pecho, una bata también te facilitará el proceso.
Ahora es el momento perfecto para sacar las camisetas de gran tamaño que tengas en el armario, así como las sudaderas con capucha si hace frío.
Necesitarás bragas posparto cómodas que te permitan curarte más rápido y que sean lo suficientemente grandes como para que quepa una compresa de maternidad maxi.
Sin embargo, si has tenido una cesárea, necesitarás ropa interior que no irrite la cicatriz ni interfiera en el proceso de curación.
Y ya que hablamos de la ropa interior, te recomiendo que inviertas en unos cuantos sujetadores de lactancia de buena calidad si piensas dar el pecho a tu hijo, ya que ofrecen la sujeción justa y te permiten alimentar rápidamente a tu bebé.
No empezar a hacer ejercicio de inmediato
Las mujeres reciben mucha presión para "recuperarse" después de tener un bebé, ya sea mediante la dieta o el ejercicio, o ambos.
Aunque siempre debes hacer lo posible por comer de forma saludable, aunque nadie te juzgará si haces una comida trampa de vez en cuando, debes tener cuidado cuando se trata de perder el peso del bebé con el ejercicio.
Si te estás recuperando de una cesárea, deberás tener más cuidado.
Como regla general, no debes hacer ejercicio durante las primeras seis semanas después del parto, mientras la cicatriz se está curando.
Incluso cuando hayan transcurrido las seis semanas, debes hablar con tu médico para asegurarte de que tu cuerpo está preparado para hacer ejercicio.
Si has tenido un parto vaginal, puedes empezar antes con ejercicios suaves, aunque esto dependerá de cómo haya sido el parto y de si has tenido algún desgarro, así que es mejor que lo consultes con tu médico en cualquier caso.
Puedes empezar con ejercicios suaves de Kegel que fortalezcan los músculos del suelo pélvico, antes de pasar a entrenamientos más exigentes, dependiendo de tu estado físico general.
Evita levantar objetos pesados
Saber lo que no hay que hacer después de dar a luz no sólo incluye evitar el ejercicio, sino también levantar cosas pesadas.
Durante el periodo posparto, es esencial recordar que ciertas actividades físicas están prohibidas. Esto incluye levantar objetos pesados, y por pesados se entiende cualquier cosa que pese más que tu recién nacido.
Si tienes hijos mayores, también deberás abstenerte de levantarlos.
Los objetos pesados ejercen demasiada presión sobre el abdomen, por lo que debes esperar al menos seis semanas antes de levantar algo más pesado que tu bebé.
No descuides tu salud mental
Durante las dos primeras semanas después del parto, la gran mayoría de las mujeres experimentan "baby blues", un periodo de cambios de humor que puede durar hasta dos semanas.
Por eso es importante no descuidar tu salud mental.
La melancolía del bebé suele ir acompañada de síntomas como:
- Tristeza.
- Llanto.
- Mal humor.
- Irritabilidad.
- Pérdida de apetito.
- Dificultad para dormir.
- Sensación de agobio.
Algunas mujeres también sienten que no saben cómo cuidar adecuadamente a su bebé.
Independientemente de cuáles sean tus síntomas, es importante que duermas mucho y que cuentes con la ayuda del mayor número de personas posible. Así podrás superar este periodo lo antes posible.
Intenta pasar algún tiempo al aire libre, salir a pasear y relajarte siempre que puedas.
Una de las cosas más importantes que hay que evitar después del parto es pasar todo el día en casa.
Además, es importante conocer la diferencia entre la tristeza posparto y la depresión posparto, para poder recibir un tratamiento adecuado lo antes posible.
Los síntomas de la depresión posparto, aunque son similares a los de la melancolía, son más fuertes y duran más tiempo.
Si crees que tienes depresión posparto, no te avergüences de pedir ayuda: es más común de lo que crees, e ignorar los síntomas puede hacer que se agraven.
Esta enfermedad no es exclusiva de las madres: Los padres también pueden padecer depresión posparto.
No te decepciones si la lactancia no va según lo previsto
No es raro que las madres primerizas lleven a su bebé a casa y se enfrenten a la dura realidad de la lactancia, que es muy diferente de cómo se presenta en la televisión o en las redes sociales.
La verdad es que amamantar a tu bebé puede ser doloroso, especialmente durante las primeras semanas, y si a eso le sumas los problemas de producción de leche, es fácil frustrarse o sentir que estás haciendo algo mal.
Es probable que experimentes congestión y que te duelan los pezones; en algunos casos, incluso pueden agrietarse.
Por suerte, existen numerosos remedios y cremas para los pezones que te aliviarán hasta que tanto tú como tu bebé os acostumbréis a la lactancia.
Sin embargo, si eres una madre trabajadora, puede que te resulte difícil compaginar la lactancia con tu apretada agenda una vez finalizada la baja por maternidad, sobre todo en lo que respecta a las tomas nocturnas.
Amamantar a un bebé no es tan sencillo como la gente cree, así que te animo a que tomes la decisión que mejor se adapte a tu situación individual.
Al mismo tiempo, no debes sentirte presionada para dar el pecho si no funciona, y especialmente si tu hijo no gana peso.
No vayas a nadar todavía
La natación es una forma excelente de que las madres se relajen y hagan ejercicio sin sudar demasiado, pero tendrás que esperar al menos de cuatro a seis semanas después del parto antes de lanzarte a la piscina.
Esto también dependerá de cómo hayas dado a luz, y también necesitarás la aprobación de tu médico, ya que puedes haber tenido ciertas complicaciones que tardan más en resolverse.
No te culpes por no ser la madre perfecta
Una forma segura de decepcionarte después de traer a tu bebé a casa es tener grandes expectativas sobre cómo debe ser tu vida ahora que tienes un hijo.
Pero a los bebés no les importan los planes ni las expectativas. Pondrán todo tu mundo patas arriba sin pensarlo dos veces.
Así que intenta dejarte llevar por la corriente y tomar las cosas día a día, sin sentirte culpable por no ser la madre perfecta que creías que ibas a ser.
Pide ayuda a tus amigos o a tu familia cuando la necesites y recuerda que, aunque estas primeras semanas sean frenéticas, también pasan en un instante, así que intenta disfrutarlas mientras puedas. Todo lo demás puede esperar.
No ignores las señales de advertencia
Mientras te recuperas del parto no debes apretar los dientes por el dolor insoportable ni ignorar los síntomas de complicaciones que podrían poner tu vida en peligro.
Ponte en contacto con tu médico si notas alguno de estos síntomas:
- Dolor de cabeza que no se alivia tras tomar la medicación.
- Dolor de cabeza que afecta a tu capacidad de ver.
- Hay grandes coágulos de sangre en tu compresa.
- Tienes una fuerte hemorragia.
- Tienes fiebre superior a 37,8 grados.
- Te duele una de las piernas, se ve hinchada y roja, y está caliente al tacto.
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