Los trastornos alimentarios y el embarazo no van bien juntos. Ignorar un trastorno alimentario puede ser peligroso para ti, tu embarazo y tu bebé. Si tienes un trastorno alimentario, tienes emociones, actitudes y comportamientos extremos y poco saludables que se centran en la comida, el aumento de peso y la imagen de tu cuerpo. El embarazo es una época en la que tienes que ganar peso y tu cuerpo va a cambiar. Esto puede ser una perspectiva aterradora.
En estos momentos hay millones de mujeres en el mundo con un trastorno alimentario, y la mayoría de ellas están en edad fértil. Esto significa que muchas mujeres con trastornos alimentarios se están quedando embarazadas. Si eres una de ellas, la buena noticia es que muchas pueden quedarse embarazadas, tener embarazos normales y tener bebés sanos. Sin embargo, existen peligros reales que no debes ignorar.
¿Cómo puede afectar un trastorno alimentario al embarazo?
Cualquier trastorno alimentario puede ser un problema, pero los distintos tipos de trastornos alimentarios suelen tener problemas diferentes:
- Si tienes anorexia, las dietas o ejercicios extremos suelen provocar la pérdida del ciclo menstrual regular. Esto hace que sea muy difícil quedarse embarazada. Si te quedas embarazada, tienes un mayor riesgo de nacimiento de un bebé mortinato, prematuro o con bajo peso.
- Si tienes bulimia, los atracones seguidos de purgas pueden provocar irregularidades menstruales. Aproximadamente la mitad de las mujeres con bulimia dejan de tener la menstruación. Si te quedas embarazada, corres el riesgo de sufrir un aborto, un parto prematuro o un bebé de bajo peso.
- Si sufres de de trastorno por atracón, puedes ganar demasiado peso. Esto puede suponer un riesgo de diabetes gestacional, hipertensión, un bebé más grande de lo normal y la necesidad de un parto por cesárea.
Después del embarazo, tener un trastorno alimentario puede dificultar la lactancia y aumentar las probabilidades de sufrir una depresión posparto. Con la ayuda adecuada, puedes controlar tanto tu trastorno alimentario como tu embarazo.
Controlar el embarazo y los trastornos alimentarios
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El momento ideal para empezar es antes de quedarse embarazada. Acude a una visita previa a la concepción para hablar de tu trastorno alimentario. Sé sincera con tu médico. Cuéntale a tu médico cualquier antecedente de síntomas de trastornos alimentarios, incluso si fue hace años. El embarazo puede desencadenar una recaída.
Lo mejor es empezar a trabajar con un consejero de trastornos alimentarios y un especialista en nutrición. Es conveniente que tengas unos meses de aumento de peso y nutrición saludable en tu haber antes de intentar quedarte embarazada.
Si te quedas embarazada antes de tener la oportunidad de hablar con tu médico, no esperes. Sé sincera sobre tu trastorno alimentario. La clave para un embarazo exitoso es mantener la nutrición y un peso saludable para que tú y tu bebé estén sanos durante el embarazo. Es conveniente que un consejero, un nutricionista y un asesor de lactancia formen parte de tu equipo de atención al embarazo.
Puede que el embarazo sea una oportunidad para controlar tu trastorno alimentario. El hecho de comer por dos y ser responsable de una nueva vida puede ser más importante que tus emociones, creencias y comportamientos anteriores. Necesitarás ayuda, pero la ayuda está disponible. Sólo tienes que pedirla.
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