Es natural que si una familiar o amiga ha dado a luz, quieras saber cómo está el bebé. Pero todos sabemos que los padres necesitan tiempo para adaptarse a la nueva situación.
Por eso hay que tener cuidado cuando se visita. Por ejemplo, evita los comentarios inapropiados y los consejos no solicitados.
Avisar a los padres antes de la visita
No aparezcas por sorpresa. Avisa con antelación para no llegar en mal momento. Además, debes preguntar a los padres si puedes ir. Algunos padres deciden no recibir visitas hasta que se instalen en casa. En este caso, respeta su decisión y espera el momento adecuado.
Garantizar la higiene y la limpieza
Es fundamental mantener la higiene alrededor del bebé. Por eso hay que lavarse las manos antes de entrar en la habitación del bebé. Intenta no ir con ropa que hayas usado durante tu jornada laboral.
Evita besar al recién nacido la saliva puede transmitir virus. Puedes darle un beso en los pies.
Además, recuerda que no debes fumar cerca de la habitación ni antes de la visita para evitar el olor a tabaco.
Horario y momento apropiado para la visita
Evita ir al hospital durante las primeras 24 horas, a menos que se trate de un familiar muy cercano. Esto se debe a que la madre necesita descansar el primer día. También necesita tiempo y privacidad para que el recién nacido se acostumbre a la lactancia.
La visita no debe durar más de 20 o 30 minutos. Es el momento necesario para conocer al bebé, felicitar a los padres y saber cómo están.
También es mejor no visitar a un recién nacido al final del día. La mayoría de los padres aprovechan este momento para establecer una rutina de descanso. Es mejor no interrumpir este tiempo.
No a las visitas grupales
El número de visitas permitido varía de una maternidad a otra, así que es mejor informarse de antemano, sobre todo si son una familia numerosa. Ten en cuenta que no se permite la visita de niños pequeños, excepto, por supuesto, los hermanos del recién nacido.
Asegúrate de que no hay demasiada gente en la habitación
No debería haber más de 3 u 4 personas en la habitación. Es mejor esperar fuera y entrar en turnos de dos o tres. Así se evita el exceso de ruido, que resulta agotador para la madre y el recién nacido.
Prestar atención a los olores
Un detalle que a menudo se pasa por alto son los olores. Hay que tener en cuenta que tanto la madre como el recién nacido son muy sensibles a los olores en los primeros días. Por lo tanto, cuando vayas al hospital, asegúrate de no llevar perfume ni cremas de olor fuerte.
No insistir en coger al niño si la madre no lo permite
Lo más importante para el niño es estar con la madre, no pasar de brazo en brazo. Si el niño está tranquilo con sus padres, durmiendo o comiendo, no insistas en cogerlo en brazos. Las separaciones del niño de la madre -incluso durante unos minutos- interfieren en el proceso de la lactancia materna efectiva.
No olvides a los hermanos mayores
Si el recién nacido es el menor de los hermanos -y están presentes- no los dejes de lado. Presta atención a ellos también. Además, si los padres necesitan ayuda para cuidar a los niños, puedes echarles una mano.
No vayas si estás enfermo
Los recién nacidos, aunque estén protegidos por los anticuerpos de su madre, siguen siendo frágiles y vulnerables. Su sistema inmunológico es todavía inmaduro. Más aún si ha nacido prematuramente. La madre suele estar cansada y, por tanto, es más frágil. Si tú o tus hijos tienen un resfriado, dolor de garganta, gripe o fiebre, es mejor esperar a que los síntomas desaparezcan antes de ir a visitarlos.
Consejos, sí, pero con moderación
Una mujer que acaba de dar a luz suele estar cansada. Las hormonas producidas durante el embarazo han disminuido. Esto conducirá a un aumento de la sensibilidad, con periodos de felicidad alternados con periodos de duda y ansiedad. Además, el bebé se convierte en el centro de atención, mientras que hasta ahora sólo contaba la futura madre. Los padres se sentirán desestabilizados si cada persona que viene a verles da su opinión sobre tal o cual tema. Esto sólo incrementará su falta de experiencia. En la sala de maternidad, los padres seguirán los consejos del personal de enfermería. Esta etapa de aprendizaje y encuentro con su bebé es muy importante. A menos que se haga algo que pueda poner en peligro al bebé, anima a los padres en su nuevo papel.
Preste atención a los detalles
Un consejo que podemos dar antes de ir al hospital es preguntar a alguien cercano cuál es el mejor detalle para los padres y el bebé.
A veces, un accesorio como ropa, juguetes o un biberón es la mejor opción. Ten en cuenta que tal vez la madre quiera volver a ponerse en forma y comer chocolates o dulces no la hará feliz.
Sobre todo, piensa que los padres estarán encantados de que compartas esta maravillosa experiencia con ellos, pero que también estarán cansados y con necesidad de intimidad. ¡Hay que ayudarles con esto!
Ofrécete a ayudar en las tareas domésticas o en la atención a los hermanos.
Ya sea en la sala de maternidad o en casa, tu visita será muy apreciada si te ofreces a ayudar. Llevar la compra, tender la ropa, ordenar la casa, preparar un plato de macarrones. Contarle un cuento al hermano mayor, llevarlo al parque o recogerlo del colegio mientras la mamá y el bebé descansan o durante una toma. Estos pequeños gestos pueden hacer que se sienta mejor y que tu visita sea más agradable.
Cómo se siente el bebé con las primeras visitas 👶🏻🤱🏻
Hola, acabo de nacer. Soy adorable, suave y en algunos momentos no huelo muy bien 💩 estoy completamente a merced de los adultos. Sólo tengo un día y ayer ya tuve muchas visitas. Me han pasado de brazo en brazo y he vivido muchas cosas que no me han gustado nada. Y a mi madre no le gustó. Para que no te encuentres en esta situación cuando te toque, déjame explicarte algunas cosas.
Sé que los desinfectantes huelen mal y quizá por eso no te gusta usarlos. Pero créeme, no quieres que sea culpa tuya si me contagio de un virus. Puede ser muy peligroso para mí, porque mi sistema inmunitario aún no está realmente desarrollado. Así que, por favor, sé amable y utiliza el desinfectante líquido que hay en todas las habitaciones de los hospitales. Quítate las joyas que lleves en los dedos, mételas en el bolsillo, utiliza el desinfectante sin escatimar, preferiblemente nada más entrar en la habitación.
Como te dije antes, soy muy lindo. Pero, ¿besas a todos los niños que te parecen bonitos? No. Entonces tampoco me beses. Por un lado, no les gustaría ni a papá ni a mamá, que son los que tienen la exclusiva por el momento, y por otro, la saliva también puede transmitir virus. Si realmente no puedes evitarlo, mis pies están limpios y no tengo demasiadas cosquillas todavía.
Mi madre entiende que te fascinen mis deditos. Pero me los voy a llevar a la boca. Por eso no se me permite jugar con los dedos durante los primeros días.
Por el momento, disfruto de los brazos de mi papá, del pecho de mi mamá o de mi camita. Si duermo bien allí es porque me siento cómodo y seguro. No tengas miedo, seguiré siendo pequeño durante mucho tiempo y tendrás muchas más oportunidades de cogerme. A mis padres no les gusta decir que no cuando les preguntas si puedes cogerme. Pero no les pongas en esa situación, seguro que te lo agradecerán mucho. Si no, te pedirán que me cojas ellos mismos y estarán encantados de que me lleves un poco para aliviar su dolor.
Aunque lo reconozco a regañadientes, sigo siendo muy sensible. Cuando vengas a verme, por favor, evita llevar mucho perfume o usar productos de olor fuerte en tu ropa. Tampoco me gustan las flores en una habitación.
Mamá y yo tenemos una larga noche a nuestras espaldas. No nací muy rápido, y la lactancia materna fue un poco problemática hoy. Así que soy infeliz y se lo hago saber a todos los que me rodean llorando a gritos. Soy el primer bebé de mamá y está un poco estresada por mi culpa. Apreciará mucho tu comprensión y que no te quedes demasiado tiempo. Nos alegramos de tu visita, aunque sólo sea durante diez minutos, pero después necesitamos descansar. Por favor, vuelve mañana, espero que mamá y yo estemos más descansados. Gracias, apreciamos mucho el respeto que nos muestran.
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