Ante el llanto de un recién nacido, puedes sentirte rápidamente impotente. No siempre es fácil saber por qué y cómo adoptar la estrategia correcta para calmarlos. A continuación, te damos algunos consejos.
"¿Por qué llora el bebé y cómo calmarlo?" Esta es una de las principales preocupaciones de los padres jóvenes. De hecho, cuando uno se enfrenta a un pequeño incapaz de expresarse con palabras, puede sentirse rápidamente impotente ante el llanto de su hijo pequeño. Y por una buena razón, el recién nacido puede llorar, incluso si está saciado y limpio.
¿Por qué llora un bebé?
Los padres deben estar seguros de que el llanto no durará para siempre y su intensidad cambia:
- Durante los primeros cuatro meses, el llanto es fisiológico.
- Tiende a aumentar a partir de la segunda semana de vida.
- Tiene un pico entre las seis y ocho semanas.
- Disminuye notablemente a los 4 meses.
Hay grandes diferencias entre los bebés. Esto se debe probablemente a la forma en que los cuidadores interpretan y responden al llanto. Ya sea que tu bebé llore mucho o poco, el llanto es en realidad un lenguaje en sí mismo durante los primeros meses de vida, permite a un niño comunicarse, expresar sus necesidades y atraer la atención de sus padres.
Los diferentes llantos de los bebés: ¿qué significan?
Hay siete mensajes principales que transmite el llanto:
- Tengo hambre: cumple una función vital que es comer. Es un llanto que a menudo comienza lentamente, y luego aumenta en intensidad si no se satisface la necesidad. El bebé también puede llorar durante la lactancia si la madre no tiene suficiente leche.
- Estoy incómodo, mi pañal está sucio o me aprieta la ropa. Algunos niños son especialmente sensibles a esta sensación mientras que otros no.
- Tengo demasiado frío o demasiado calor: la sensibilidad a la temperatura puede ocurrir en el momento del cambio de pañal o durante el baño y explicar por qué el niño llora.
- Necesito un abrazo: los bebés necesitan contacto, tranquilidad y contención, y no hay nada mejor que un abrazo para calmarlos. tu hijo ha sido acunado durante toda su vida intrauterina.
- Tengo sueño. Muchos bebés tienen problemas para dormir y pasan por una fase de llanto antes de dormirse. El llanto también está acompañado de otros signos como el frotamiento de la nariz o los ojos.
- No me siento bien: a menudo es el llanto de diferente intensidad y modulación lo que debe alertar a los padres. Puede ser dolor, sobreestimulación, malestar... Estos gritos pueden ir acompañados de otros signos como aumento de temperatura o los vómitos. El llanto de dolor es a menudo corto, penetrante, intenso y muy agudo.
- Aburrimiento: el recién nacido puede necesitar interactuar con los que le rodean a través de la comunicación verbal y no verbal, a través del juego, por ejemplo.
No hay que olvidar los llamados gritos de "disritmia": Revelan las molestias del niño que debe adaptarse al ritmo diurno/nocturno. El llanto predomina al final de la tarde y la noche. Estos ataques de llanto son difíciles de calmar e incluso inconsolables. El estrés no es ajeno a este fenómeno.
Lo principal es poder distinguir entre estos llantos para poder entender el lenguaje del bebé.
Reaccionando al llanto y calmando al bebé
El llanto del bebé puede ser desarmante en las primeras etapas para los padres jóvenes. Descodificar y responder a ellos requiere un gran sentido de la observación y la experimentación. Por supuesto, tienes la opción de responder a ellos o ignorarlos. Pero al no prestar atención, el niño corre el riesgo de detener la comunicación o aumentar su llanto de forma desorganizada, lo que provocará una escalada e irritación.
Antes de llegar allí, aquí hay tres consejos que pueden ayudarte (si ya has revisado el pañal, dado la comida, etc.):
- Lleva a tu hijo en tus brazos, has porteo, contacto piel con piel. La proximidad física y la tranquilidad suelen ser las mejores formas de calmar al bebé. Algunos bebés aprecian especialmente ser llevados en la barriga o el brazo de sus padres.
- Los pañales son apreciados por algunos bebés. El recién nacido no tiene un buen control de sus movimientos, este cuerpo que se mueve por sí mismo de forma desordenada puede obstaculizarle durante el sueño. Envolviéndolo en una tela, como se hace en algunas culturas, se siente apoyado y tranquilizado.
- Un masaje del vientre a veces ayuda a evacuar los gases que le molestan: a distancia de las comidas, realiza círculos concéntricos alrededor del ombligo, en sentido contrario a las agujas del reloj.
- Si los llantos continúan durante más de 5 minutos después de intentar calmar al bebé de varias maneras, comprueba que el bebé no está "sobrealimentado", tiene problemas digestivos o cualquier otra patología. No lo dudes, tómale la temperatura. Vómitos, diarrea, sarpullido, etc. también pueden alertarle. Las causas del llanto pueden ser variadas: la tos, el dolor (relacionado con la ERGE...), el hambre, la sed, el calor, el frío, el ruido pueden por sí solos hacerles llorar y despertarles por la noche o durante la siesta y requieren medidas adecuadas. Por eso es necesario saber consultar al pediatra, buscando una causa orgánica en primer lugar.
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Responder al llanto del bebé
Más allá de la observación y la experimentación, la intuición juega un papel esencial. La madre está biológicamente preparada para responder a las necesidades de su bebé para tener las respuestas correctas. Por lo tanto, los padres deben saber cómo escuchar a su cuerpo y corazón para interactuar con su bebé. Responder apropiadamente es el primer y más difícil desafío de comunicación que enfrentan los padres.
Y si no funciona, es esencial no sentirse culpable: no, el bebé no está llorando por tu culpa. A veces el bebé sólo quiere llorar, expresarse. Lo más importante es hacer que se sienta seguro.
Nota: algunas patologías graves como el autismo pueden explicar la ausencia total de llanto y son responsabilidad de la psiquiatría infantil.
Cuando el llanto se vuelve excesivo
Es, a priori, difícil determinar exactamente con qué frecuencia el llanto es "excesivo". A lo largo del día, el niño puede acumular tensiones y expresarlas mediante el llanto. Por esta razón, es difícil saber cuándo el llanto se vuelve excesivo.
Cabe señalar que entre el 8 y el 25% de los niños menores de 3 meses de edad tienen un llanto excesivo de origen no digestivo. Entre las diferentes causas:
- Síndrome de llanto post-vacunación persistente.
- Una rozadura.
- Dermatosis.
- Tortícolis.
- Síndrome del bebé sacudido (a menudo antes de los 6 meses de edad).
- Un embarazo difícil (ansiedad, depresión, estrés laboral...).
- Fumar de forma pasiva.
Pero en la mayoría de los casos, el llanto excesivo no tiene una causa precisa identificada.
El llanto de los bebés también puede, a esta edad, estar relacionado con un entorno perturbado: ansiedad de los padres, disfunción en el entorno familiar, falta de estabilidad en el entorno (ruido, promiscuidad...). En este caso, el llanto excesivo suele ir acompañado de trastornos del sueño.
Cuando el llanto del bebé parece inusual y diferente en su intensidad y modularidad, lo mejor es consultar al pediatra. Y si el bebé sigue llorando, aunque se hayan descartado las causas físicas, una consulta con un psicólogo o psiquiatra infantil puede ayudar a identificar otro problema relacionado con la relación madre-hijo o la dinámica familiar.
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