Aunque todavía no hablan, los bebés intentan comunicar sus necesidades y emociones mediante señales que sus padres deben aprender a descodificar para responder adecuadamente.
¿Cómo se comunica el bebé?
Al nacer, el llanto es la única forma que tienen los bebés de expresar su hambre, su malestar, su necesidad de ser abrazados, su miedo, su aburrimiento, etc. Luego, poco a poco, comienzan a comunicarse a través de llantos, sonrisas, gorjeos, expresiones faciales, gestos, miradas, etc.
Observando la reacción de sus padres y de quienes le rodean, el bebé descubre cómo conseguir lo que necesita. Cada vez que expresa su necesidad y una persona de confianza responde adecuadamente, desarrolla su autoestima. Esta confianza le anima a ir más allá, a descubrir cosas.
Cómo Satisfacer las necesidades de tu bebé
Cuando tu bebé expresa una necesidad, es importante que sepa que hay alguien que lo atiende. Cuando intentes calmar a tu bebé tratando de entender lo que dice, aprenderás a reconocer mejor sus necesidades y las señales que las acompañan. Con el tiempo, sabrás que cuando se lleva el puño a la boca, por ejemplo, significa que tiene hambre.
Al escuchar sus necesidades y estar disponible para responder y calmarle, le estás haciendo saber que puede contar contigo y ambos se están conociendo mejor. Recuerda que satisfacer sus necesidades no es malcriarlo.
Además, cuando satisfaces sus necesidades y le muestras amabilidad, tu hijo se encariña contigo, lo que contribuye a desarrollar un fuerte vínculo de apego. Este vínculo es importante porque no sólo tendrá un impacto en la identidad y la autoestima de tu hijo, sino que influirá en sus relaciones íntimas y sociales a lo largo de la vida.
Descifrar las necesidades de tu bebé no es fácil
Tu hijo puede sonreír cuando le sonríes y se alegra de que le cojas la mano. Pero a veces aparta la cabeza cuando le hablas, lo que puede entristecerte si lo interpretas como un rechazo. Pero esta es sólo su manera de decirte que está demasiado cansado o que ha tenido demasiados estímulos. O tal vez es muy sensible al ruido y está tratando de pedirte que bajes la voz y vuelvas a una actividad más tranquila. A través de la prueba y el error, acabarás entendiendo lo que está tratando de decirte. Así que no te desanimes.
Las necesidades de los bebés y la forma de comunicarlas son diferentes de un niño a otro y siempre están cambiando. Debes estar atento a estos cambios en tu bebé. Para que te resulte más fácil entenderlo, confía en las señales que te da en lugar de limitarte a seguir las señales de su rutina habitual.
Por ejemplo, puede que un día tu bebé esté cansado antes de lo habitual y, si te basas sólo en el horario de la siesta, puede que esté demasiado cansado para dormirse cuando lo acuestes. A medida que el bebé crece, sus períodos de vigilia se alargan y el horario va cambiando. Por eso, conocer el lenguaje de tu hijo te ayudará a adaptarte a los cambios repentinos u ocasionales y a sus necesidades cambiantes a lo largo del tiempo.
¿Cómo demostrarle a un bebé que se le quiere?
Para decirle a tu bebé que le quieres, háblale, cógele en brazos, acúnale, aprieta tu mejilla contra la suya y mírale a menudo a los ojos, porque él también está desarrollando vínculos a través de sus sentidos. Cada vez que consuelas y abrazas a tu hijo, su cerebro produce una hormona tranquilizadora llamada oxitocina. Esta sensación de bienestar que tu hijo obtiene de cada contacto le permite desarrollar un fuerte vínculo emocional contigo. Los hábitos y rutinas que estableces, gracias a tu atención y comprensión de sus necesidades, también permiten a tu bebé establecer un fuerte vínculo de apego.
La importancia de pasar tiempo con el bebé
Es posible que pienses que debes estar en estrecho contacto con tu bebé y que el tiempo que pasas con él debe ser especialmente feliz. Bueno, no siempre es así, y está bien.
Para que disfruten realmente de su tiempo juntos, deben dedicar mucho tiempo a conocerse y a reforzar su vínculo. Cuando le dedicas mucho tiempo y atención especial a tu hijo, los momentos felices son más frecuentes.
Pero estos momentos de atención especial no tienen por qué ser una cosa más del día. Simplemente se pueden integrar en la rutina diaria. Puedes hablar con tu bebé mientras le vistes, explicarle lo que estás haciendo, cantarle una canción infantil o interesarte por lo que le llame la atención.
También puedes dedicar tiempo a jugar con tu bebé, aunque sea muy pequeño. Es una oportunidad para fortalecer el vínculo entre los dos y para ayudar a su desarrollo. Tu bebé aprende más fácilmente en un entorno tranquilo. Cuando tu bebé está tranquilo, es el momento perfecto para pasar tiempo con él y jugar.
Aunque te sientas abrumada por todas las cosas que tienes que hacer, es importante que saques tiempo para tu bebé. Una forma de hacerlo es acordar con tu pareja (si tienes una relación) que se turnen para cuidar del bebé y hacer las tareas domésticas. Esto les dará a ambos la oportunidad de pasar tiempo con el bebé. También puedes pedir ayuda a tus familiares, amigos o vecinos para que te ayuden con las comidas, la limpieza o la compra.
Además, hazte un hueco a ti misma y aprende a cambiar las prioridades de tu familia para poder estar disponible para tu bebé. Es importante entender que es normal que ciertas tareas, como la limpieza, se dejen de lado.
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