Evaluación de la visión del recién nacido
El tamaño de los ojos del bebé cuando nace, es alrededor de tres cuartos del que tendrá de adulto. Al principio es normal que mantenga los ojos cerrados parte del tiempo, aunque cada vez los niños nacen más espabilados.
Desde que nace el bebé puede enfocar los objetos que se encuentren a 20/30 cm de su rostro. Les atraen las formas y les gusta mirar las caras, especialmente la de su madre y su padre.
Sin embargo, su sistema ocular aún no está completamente maduro, se establece gradualmente durante los primeros seis años. Al tercer mes, la agudeza visual de un bebé se estima en 1/10. A los 6 meses, se estima en 2/10, llegando a 4/10 a 1 año, y luego a 6/10 a 2 años.
Las habilidades visuales de un niño tardan de 4 a 5 años en llegar a las de un adulto.
Para algunos bebés es difícil coordinar el movimiento de sus ojos durante los primeros meses.
Los recién nacidos no ven con claridad los objetos cercanos. Algunos bebés y sobre todo en los prematuros, nacen miopes y esto les dificulta la visión de lejos.
Detectar una anormalidad visual
La vista del niño es revisada por primera vez el primer día después del nacimiento. El pediatra le presenta al recién nacido un objeto de color para que lo siga y controlar el seguimiento de los ojos, luego un punto de luz para controlar el reflejo fotomotor (las pupilas del niño se estrechan ante la luz brillante), y el reflejo de deslumbramiento (el niño parpadea).
Tres exámenes oculares más están programados a los 4 meses, 9 meses y 2 años. Durante estos diferentes exámenes, el pediatra comprobará la ausencia de estrabismo, la buena coordinación de los músculos del ojo, y buscará trastornos del comportamiento visual.
El hecho de que el niño no dirija su mirada hacia la luz, que no sonría a rostros familiares alrededor de los 3 meses, que no agarre sus juguetes, que entrecierre los ojos, son todos signos que pueden indicar una anomalía ocular.
Si crees que tu bebé tiene problemas visuales, habla con el pediatra. Un diagnostico a tiempo siempre es fundamental.
Evaluación de la audición del recién nacido
En el hospital se realiza una prueba de audición a todos los recién nacidos. Esta prueba tan sencilla consiste en detectar los sonidos que provienen del oído llamados "Otoemisiones Acústicas".
Es una prueba rápida e indolora que explora la audición en ambos oídos. Es realizado por un profesional dentro de los dos días de haber dado a luz.
El dispositivo utilizado es un estuche que contiene una sonda, protegida por una punta suave, que se colocará en el oído del bebé.
Esta sonda verifica que el oído es capaz de responder a la estimulación del sonido haciendo un ligero eco. La prueba es indolora. El resultado es inmediato.
Una vez realizado, los resultados de la prueba pueden ser los siguientes:
- La prueba es concluyente:
El oído responde a la estimulación del sonido. La audición es a priori normal y será monitoreada durante los chequeos regulares de tu hijo.
- La prueba no es concluyente:
El oído no responde a la estimulación del sonido. Esto significa que, en el momento en que se realizó la prueba, la respuesta no está clara. En la gran mayoría de los casos, se trata de un problema técnico. Se realizará una segunda prueba durante la estancia. No te alarmes, es sólo una prueba de detección.
Si la segunda prueba no es concluyente, se te ofrecerá una consulta con un otorrinolaringólogo en las próximas semanas.
Seguimiento posterior
En general, en tu casa, durante los primeros meses, observa las reacciones a los ruidos de tu bebé: respuestas a la voz, ruidos de puertas, pasos...
En cada visita médica, especialmente a los 4 y 9 meses, el médico explorará la audición: ruidos familiares y juguetes ruidosos.
En el caso del niño mayor, el desarrollo del lenguaje debe ser monitoreado: a 1 año de edad, el niño responde a su nombre o a una llamada.
Si es necesario, se ofrecerá una consulta con un especialista en otorrinolaringología.
En caso de dudas consulta con el pediatra.
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