Envolver a los niños: una práctica muy antigua que vuelve a aparecer
La práctica de envolver a los niños está muy extendida desde la antigüedad. Se practicaba mucho, sobre todo en el siglo XVIII, para proteger a los bebés del frío y también para ayudar al desarrollo del cuerpo.
Sin embargo, esta práctica fue muy criticada por los médicos de la época porque se consideraba retrógrada. Hay que decir que, en aquella época, la gente no dudaba en colocar una tabla de madera entre las piernas del bebé para bloquearlas.
Envolver al bebé ¿Para qué sirve?
El envolvimiento consiste en envolver al bebé en un fular para limitar sus movimientos. Esta sensación de envoltura recuerda a la vida en el vientre materno. Asegura y calma al bebé, lo que reduce su llanto. Los fulares se utilizan a menudo para los bebés prematuros o enfermos por su efecto calmante y tranquilizador. Pero incluso un bebé sano puede beneficiarse del confort que proporciona esta práctica.
Envolver a los bebés también puede ayudarles a conciliar el sueño más fácilmente y hacer que duerman más tiempo. Esto puede deberse a que los fulares evitan los movimientos de sobresalto que suelen producirse durante el sueño y que despiertan a los bebés.
Para algunos bebés, es beneficioso muy rápidamente. Después de algunas sesiones, están más tranquilos y duermen mejor. Sin embargo, si es una buena forma de calmar al bebé, el envolvimiento debe limitarse al momento de dormir. El resto del tiempo, es importante que el bebé tenga acceso a su cuerpo, que pueda entrar en relación con el exterior. Si está envuelto permanentemente, no podrá hacerlo.
¿Cuándo hay que envolver a los niños?
Los fulares se utilizan generalmente cuando un bebé necesita ser calmado porque tiene una convulsión, está irritado o muy agitado. Lo primero que hay que comprobar es que las molestias no se deban al hambre, a un pañal mojado, a un dolor físico (por ejemplo, un culito dolorido) o a una infección (por ejemplo, fiebre). Si no lo es, puedes envolverlo para reconfortarlo.
Si está bien, se puede envolver al bebé varias veces al día si es necesario. No hay una regla real sobre cuántas veces se puede envolver a un bebé en un día, siempre que parezca estar bien.
Envolver al recién nacido: precauciones que hay que tomar
La posición vertical no es fisiológica para el bebé. Es necesario que se encuentre el enrollamiento como en el vientre de su madre. La parte superior del cuerpo del bebé se agrupa y las manos permanecen cerca de la cara. Sus piernas y caderas deben permanecer móviles. Esto hay que tenerlo en cuenta porque, según varios estudios, el envolvimiento favorece la dislocación de la cadera que sufren los recién nacidos al nacer. Al apretar la parte inferior del cuerpo con fuerza, corremos el riesgo de agravar este problema. Y si esta anomalía no se identifica y se trata lo suficientemente pronto, el niño puede tener problemas para caminar. Por ello, se recomienda que la tela quede suelta en la parte inferior del cuerpo. Los beneficios de envolver al bebé no disminuyen: Es sobre todo la parte superior del cuerpo del bebé, el busto, lo que hay que envolver. A veces, incluso el simple hecho de que los padres sostengan al niño juntando las manos sobre su pecho y colocando una mano sobre su cabeza puede ser suficiente para tranquilizarlo.
Además, según un estudio publicado en la revista científica Pediatrics en mayo de 2016, envolver al bebé podría resultar peligroso para él. El trabajo, que combina los datos de cuatro investigaciones sobre el tema realizadas en los últimos 20 años en Inglaterra, Australia y Estados Unidos, mostró que habría una relación entre el envolvimiento y el número de muertes súbitas en bebés de entre un mes y un año.
Más allá de los tres primeros meses, envolver a un bebé para que duerma aumentaría el riesgo de síndrome de muerte infantil inesperada (SMI), más conocido como muerte de cuna. El aumento del riesgo sería doble...
*** Por lo tanto se recomienda no envolver al bebé más allá de los tres primeros meses después del nacimiento, porque a partir de esa edad empiezan a darse la vuelta.
Es muy importante evitar envolver al bebé con la manta de forma demasiado apretada. Esto podría ejercer demasiada presión sobre los pulmones y aumentar la frecuencia de las infecciones respiratorias. Asegúrate de poder meter la mano entre la manta y el pecho del bebé.
Envolver al bebé también puede elevar su temperatura corporal, uno de los factores asociados al síndrome de muerte súbita del lactante. Lo mejor es utilizar un tejido ligero y asegurarse de que el bebé envuelto no se caliente. Además, es importante que nunca pongas a tu bebé a dormir boca abajo, especialmente si está envuelto. El riesgo de muerte súbita es 12 veces mayor cuando se acuesta boca abajo.
Cada uno tiene su propia manera de envolver al bebé. No obstante, hay que respetar escrupulosamente ciertas normas de seguridad. Hay que tener cuidado de no utilizar un fular demasiado grueso para envolver al bebé. Lo ideal es un pañuelo de punto fino. Tampoco es necesario añadir un edredón o poner al bebé en un saco de dormir. También es importante no cubrir demasiado al niño por debajo. Si hace calor, puedes dejarlo con un body. Y a esto se añaden las clásicas medidas de precaución contra la muerte súbita, es decir, no colocar nada, ni juguetes, ni almohadas en la cuna del bebé.
Normas de seguridad importantes
- No se trata de envolver al bebé si está despierto, es simplemente para ayudarle a dormir, a priori por la noche (no es necesario envolverle para la siesta).
- Es importante que pueda mover las piernas y que éstas no queden apretadas por el fular.
- También hay que tener cuidado con la temperatura: si hace mucho calor en el exterior o si el bebé tiene fiebre, no se recomienda envolverlo.
- Ten cuidado las primeras veces, antes de arriesgarte a envolver a tu bebé de forma incorrecta, es mejor que pidas ayuda a un profesional de la salud: pregunta a una matrona.
- Por último, el envolvimiento no debe prolongarse cuando el bebé esté creciendo y pueda empezar a moverse y darse la vuelta por sí mismo en su cama (básicamente, no más allá de los 3 meses).
La técnica de envolver al bebé
El fular debe mantener la parte superior del cuerpo, los hombros y los brazos envueltos, dejando sus manos libres para ir a su cara, ya que la sensación de tacto es importante. Las caderas y las piernas permanecen móviles en el tejido para que el bebé pueda doblar las piernas y sentir un apoyo bajo sus pies cuando los estira.
Envolver al bebé: ¿hasta qué edad hay que hacerlo? ¿Cuándo hay que parar?
Envolverlo es beneficioso desde el nacimiento, especialmente para un bebé grande que no tenía espacio para moverse en el útero y, por tanto, se sentía muy contenido. Lo mismo ocurre con los bebés prematuros, debido a su inmadurez. Por lo general, se aconseja dejar de envolver al bebé alrededor de las 8-10 semanas, ya que suele ser contraproducente porque impide que se mueva. No obstante, ten en cuenta que cada bebé es diferente. Algunos recién nacidos disfrutarán de poder mover sus extremidades desde el nacimiento, mientras que otros necesitarán la sensación reconfortante de estar envueltos durante algún tiempo. Observa las reacciones de tu bebé y ajústate en consecuencia. Si se siente incómodo en su envoltorio, te lo demostrará.
Cualquier duda pide consejo al pediatra.
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