La causa más común de los picores intensos al final del embarazo es la colestasis, una enfermedad hepática común que sólo se produce en el embarazo. La colestasis del embarazo es una afección en la que el flujo normal de bilis en la vesícula biliar se ve afectado por las elevadas cantidades de hormonas del embarazo. Otros nombres de la colestasis son colestasis extrahepática, que ocurre fuera del hígado, colestasis intrahepática, que ocurre dentro del hígado, o colestasis obstétrica.
La colestasis puede producirse en cualquier momento del embarazo, pero es más frecuente en el último trimestre del mismo, cuando las hormonas están en su punto álgido, pero suele desaparecer a los pocos días del parto. La colestasis se produce en aproximadamente 1 de cada 1.000 embarazos.
Durante el embarazo, el picor en el vientre es común y no es grave. Pero cuando se extiende a todo el cuerpo, puede ser un signo de disfunción hepática. En sus formas más graves, esta colestasis gravídica puede ser peligrosa para el feto. Por lo tanto, debe ser diagnosticada y tratada.
¿Qué es la colestasis gestacional?
La colestasis intrahepática del embarazo, más conocida como colestasis gestacional, es una retención de bilis en el hígado. En lugar de continuar por el sistema digestivo, los ácidos biliares vuelven al torrente sanguíneo, donde su concentración aumenta de forma anormal. Esta afección se produce en aproximadamente el 1% de los embarazos.
Causas y factores de riesgo
- Picor, especialmente en las manos y los pies (a menudo es el único síntoma que se nota).
- Coloración oscura de la orina.
- Coloración clara de las deposiciones.
- Fatiga o agotamiento.
- Pérdida de apetito.
- Depresión.
- Ictericia (coloración amarilla de la piel, ojos y mucosas).
- Dolor en el cuadrante superior derecho.
- Náuseas.
Las hormonas del embarazo afectan a la función de la vesícula biliar, lo que provoca la ralentización o la interrupción del flujo de bilis. La vesícula biliar contiene la bilis que se produce en el hígado, necesaria para la descomposición de las grasas en la digestión. Cuando el flujo de la bilis se detiene o ralentiza, se produce una acumulación de ácidos biliares en el hígado que pueden pasar al torrente sanguíneo.
Las siguientes mujeres tienen un mayor riesgo de padecer colestasis durante el embarazo:
- Mujeres embarazadas con embarazos múltiples.
- Mujeres con daños hepáticos previos.
- Mujeres cuya madre o hermanas tuvieron colestasis.
Síntomas y diagnóstico
La colestasis gestacional provoca un intenso picor (prurito gestacional), sin lesiones aparentes de tipo eczema. Suele aparecer en el tercer trimestre, primero en las palmas de las manos y los pies, antes de extenderse a todo el cuerpo. 1 de cada 10 veces, se asocia a la ictericia.
Por lo tanto, cualquier picor que se produzca durante el embarazo debe ser consultado a un médico. Para buscar una posible colestasis gravídica, el médico prescribe un análisis de sangre en ayunas para medir las transaminasas y sobre todo los ácidos biliares séricos. La colestasis está presente si la prueba hepática indica una concentración de ácidos biliares en suero superior a 10 µmoles/L. Por encima de 14 µmoles/L, se considera patológico y requiere tratamiento.
¿Cómo se diagnostica la colestasis del embarazo? El diagnóstico de la colestasis puede hacerse mediante una historia clínica completa, una exploración física y análisis de sangre que evalúen la función hepática, los ácidos biliares y la bilirrubina.
¿Cuáles son los riesgos para la madre y el niño?
La colestasis gravídica no suele afectar a la salud de la madre. Sin embargo, como el picor aumenta por la noche, puede provocar insomnio y fatiga.
En la mayoría de los casos, la colestasis no tendrá efectos adversos en el embarazo, aunque puede aumentar el riesgo de sufrimiento fetal, parto prematuro o mortinato. Las mujeres con colestasis deben ser vigiladas de cerca y algunos médicos prefieren que el bebé nazca, sobre todo cerca de la fecha de parto. Muchos médicos vigilan estrechamente el embarazo con pruebas como las pruebas periódicas sin estrés, que implican la monitorización del corazón del feto. Además, se realizan análisis de sangre regulares para controlar tanto los niveles de suero biliar como la función hepática.
Las concentraciones elevadas de ácidos biliares son tóxicas para el feto. Por encima de 40 µmoles/L, el riesgo fetal aumenta considerablemente. La frecuencia de las muertes fetales al final del embarazo varía entre el 1 y el 2% de los casos. Para limitar su aparición, a menudo es necesario realizar partos prematuros, con los riesgos que ello conlleva.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento de la colestasis del embarazo son aliviar el picor. Algunas opciones de tratamiento son:
- Medicamentos tópicos contra el picor o con corticosteroides.
- Medicamentos para disminuir la concentración de ácidos biliares, como el ácido ursodesoxicólico.
- Los baños fríos y el agua helada ralentizan el flujo de sangre en el cuerpo al disminuir su temperatura.
- La dexametasona es un esteroide que aumenta la madurez de los pulmones del bebé.
- Se administran suplementos de vitamina K a la madre antes del parto y de nuevo una vez que el bebé ha nacido para prevenir la hemorragia intracraneal.
- La colestiramina se ha utilizado para tratar esta afección, pero algunos estudios han demostrado que la colestiramina puede no ser tan eficaz como otros tratamientos y tiene potencialmente algunos efectos secundarios adversos, como el bloqueo de vitaminas esenciales como la vitamina K (una vitamina que ya es deficitaria en las mujeres con colestasis).
El tratamiento de la colestasis del embarazo debe ser determinado por el médico, que tendrá en cuenta los siguientes criterios:
- Tu embarazo, tu estado de salud general y tu historial médico.
- El alcance de la enfermedad.
- La tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
- Las expectativas sobre la evolución de la enfermedad.
- Tu opinión o preferencia.
El tratamiento de la colestasis gestacional se basa en la toma de ácido ursodesoxicólico hasta el parto. Muy bien tolerada por la madre y el feto, esta molécula limita la concentración de ácidos biliares en la sangre, reduciendo así los riesgos fetales y los picores maternos.
Debido al riesgo fetal, la hospitalización suele ser necesaria a partir de la semana 36 de amenorrea para garantizar una vigilancia óptima (controles hepáticos, seguimiento, ecografías, etc.). La decisión de inducir el parto a partir de las 37 semanas de amenorrea se discute caso por caso. A las 39 semanas de amenorrea, es casi sistemática.
El picor desaparece espontáneamente unos días después del parto, pero el riesgo de reaparición es alto. Por lo tanto, el siguiente embarazo debe ser vigilado de cerca y puede requerir tratamiento.
Repetición en otro embarazo
Algunas fuentes afirman que las mujeres que han tenido colestasis del embarazo tienen hasta un 90% de posibilidades de que se repita en futuros embarazos.
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