Bebé Recién Nacido

Guía práctica para las primeras semanas con tu bebé: Consejos útiles para padres primerizos

¡Bienvenidos al maravilloso mundo de la maternidad y paternidad! Las primeras semanas con tu bebé son un viaje emocionante, pero también desafiante. Todo es nuevo y parece que el tiempo se escapa entre pañales y biberones. Pero no te preocupes, estamos aquí para ayudarte a navegar por este período de transición con algunos consejos prácticos y útiles.

Aspectos Generales

  1. Reconoce las necesidades básicas de tu bebé: Es normal sentirse abrumado al principio, pero pronto aprenderás a reconocer las señales que indican las necesidades más elementales de tu pequeño. El llanto, la expresión facial y el comportamiento son formas en las que tu bebé se comunica contigo. Observa y aprende a interpretar estas señales para poder satisfacer sus necesidades de alimentación, sueño, cambio de pañales y afecto.
  2. Organízate para simplificar tu día a día: La organización es clave cuando se trata de cuidar a un recién nacido. Prepara una rutina diaria que incluya momentos específicos para alimentar al bebé, dormir, jugar y cuidar de ti mismo. Utiliza herramientas como agendas, listas de tareas y recordatorios para mantenerte al día con todas las demandas del día a día. Y recuerda, ¡no tengas miedo de pedir ayuda a amigos y familiares si la necesitas!
  3. Aspectos generales del recién nacido: Tu bebé recién nacido experimentará cambios físicos y de desarrollo en las primeras semanas de vida. Por lo general, un bebé nacido a término pesará entre 2500 y 4000 gramos y medirá entre 48 y 53 cm. Es normal que pierda algo de peso en la primera semana, pero lo recuperará en la siguiente. Durante los primeros tres meses, es de esperar un aumento de peso mensual de aproximadamente 600-900 gramos.
  4. Reflejos innatos del bebé: El sistema nervioso de tu bebé aún está en desarrollo, pero nace con una serie de reflejos innatos que le ayudan a adaptarse a su nuevo entorno. Estos reflejos incluyen el de succión, que le permite alimentarse desde el primer día, y el de búsqueda y presión, que le ayuda a buscar y agarrar objetos con la boca y las manos.

Deposiciones del bebé en sus primeras horas de vida

Durante las primeras 24-48 horas, es común que las deposiciones de tu bebé sean de color negro y pastosas, conocidas como meconio. Con el tiempo, estas deposiciones se vuelven más líquidas y menos pastosas, adquiriendo un tono verdoso-negruzco. Al finalizar la primera semana, las heces toman un color amarillo, similar a la pomada o semilíquidas, especialmente en bebés alimentados al pecho.

El número de deposiciones al día puede variar ampliamente, desde una con cada toma hasta una cada dos o tres días. Por lo general, los bebés alimentados al pecho tienden a hacer más deposiciones al día que aquellos alimentados con biberón, y estas suelen ser más blandas. 

Cuidado de la piel del recién nacido

  1. Es normal que la piel de tu bebé experimente cambios durante sus primeras semanas de vida. La descamación es común, y puedes aplicar un poco de vaselina o aceite para ayudar a mantenerla hidratada. Además, es posible que notes la aparición de milium, pequeños quistes de grasa que desaparecen por sí solos en unas semanas.
  2. Es normal que los bebés presenten otras características, como manchas rojizas en la nariz, párpados o nuca, que suelen desaparecer hacia los 6 meses de edad. Los ojos del recién nacido pueden tener un color azulado o grisáceo al principio, pero este tono cambiará con el tiempo. También es común la aparición de hipo y estornudos, que no requieren tratamiento.
  3. Tanto en niñas como en niños, puede observarse un abultamiento de las mamas debido al paso de hormonas maternas. En algunos casos, estas mamas pueden segregar unas gotas de leche, pero es importante no tocarlas ni apretarlas para evitar infecciones. Si notas cambios significativos en su tamaño o apariencia, consulta con un médico.
  4. Baños suaves y frecuentes: Los baños diarios son importantes para mantener la piel del bebé limpia, pero evita usar agua muy caliente y jabones agresivos que puedan resecarla. Opta por productos suaves y específicos para bebés, preferiblemente sin fragancias ni ingredientes irritantes.
  5. Hidratación adecuada: Después del baño, aplica una crema hidratante suave y específica para bebés en la piel del recién nacido para ayudar a mantenerla suave y humectada. Presta especial atención a áreas propensas a la sequedad, como las mejillas, las piernas y los brazos.
  6. Protección solar: Evita exponer al bebé directamente al sol durante los primeros meses de vida, ya que su piel es delicada y susceptible a quemaduras solares. Si es necesario salir, protege al bebé con ropa ligera, un sombrero de ala ancha y buscando sombra. 👉🏻 ¿Cuándo puede un bebé usar protección solar?
  7. Evitar productos irritantes: Evita el uso de productos con fragancias, alcohol o ingredientes irritantes en la piel del bebé, ya que pueden causar irritación o alergias. Opta por productos hipoalergénicos y específicos para bebés siempre que sea posible.
  8. Protección contra el frío y el viento: Durante los meses fríos, asegúrate de abrigar al bebé adecuadamente para proteger su piel del frío y el viento. Usa prendas de algodón suaves y transpirables, y evita el contacto directo con materiales ásperos o que puedan irritar la piel.
  9. Vigilar cualquier cambio o anomalía: Presta atención a cualquier cambio en la piel del bebé, como enrojecimiento, erupciones cutáneas, descamación o cualquier otra anomalía. Si notas algo inusual, consulta con el pediatra para recibir orientación y tratamiento adecuado.
  10. Mantener las uñas cortas y limpias: Corta las uñas del bebé regularmente con cuidado para evitar arañazos accidentales en su piel. Usa tijeras de punta redondeada o lima las uñas suavemente para mantenerlas cortas y limpias.
  11. Consultar con un profesional de la salud: Si tienes alguna preocupación o duda sobre el cuidado de la piel del recién nacido, no dudes en consultar con el pediatra o un dermatólogo pediátrico para obtener orientación y asesoramiento personalizado.

Cuidados y Salud del Recién Nacido

El baño del bebé

El baño del bebé es uno de los momentos más especiales y reconfortantes tanto para el pequeño como para los padres. Sin embargo, puede resultar un poco abrumador al principio. ¡Pero no te preocupes! Aquí te ofrecemos una guía práctica con consejos útiles para que el baño de tu bebé sea un momento relajante y seguro.

  1. Antes de comenzar el baño, asegúrate de tener todo lo que necesitas a mano. Esto incluye toallas suaves, jabones suaves y cualquier otro producto que vayas a utilizar durante el baño. Además, es importante elegir un momento del día en el que tanto tú como tu bebé estén relajados.
  2. Llena la bañera con aproximadamente 10-15 cm de agua tibia, con una temperatura entre 36 y 38 ºC. Para verificar que el agua no esté demasiado caliente, puedes usar el codo, ya que esta zona es más sensible que las manos. También asegúrate de que la habitación esté cálida y libre de corrientes de aire para evitar que tu bebé se enfríe durante el baño.
  3. Utiliza jabones suaves y específicamente diseñados para bebés, preferiblemente neutros o de avena, especialmente si tu bebé tiene la piel seca. Si es necesario, puedes añadir unas gotas de aceite al agua para ayudar a hidratar su piel durante el baño.
  4. Cuando estés listo para meter al bebé en el agua, sostén su cabeza con el hueco de tu brazo y sujeta su cuerpecito con la misma mano por debajo. Comienza enjabonándolo suavemente por la cabeza, siguiendo por el cuerpo, brazos y piernas. Luego, dale la vuelta con cuidado y lávale la espalda mientras lo sostienes por el pecho. 
  5. Después de sacar al bebé del agua, envuélvelo con suavidad en la toalla y sécalo con cuidado, prestando especial atención a los pliegues de la piel y las axilas. Evita restregar la piel y asegúrate de secar bien su cabeza, sin temor a la fontanela. Una vez seco, puedes aplicar una crema hidratante suave para mantener su piel suave e hidratada.
  6. Corta las uñas del bebé con cuidado, asegurándote de no cortar demasiado y haciéndolo en sentido recto con una tijera limpia de bordes romos o limados. Para limpiar los ojos durante los primeros meses, utiliza una gasa estéril empapada en agua hervida o suero, asegurándote de usar una gasa diferente para cada ojo y limpiando desde la parte interna hacia la externa. En cuanto a los oídos, limpia solo la parte externa y visible con una gasa humedecida, utilizando una gasa distinta para cada oído y evitando el uso de bastoncillos u otros utensilios. Para limpiar la nariz, utiliza una gasa humedecida con suero o agua salada.
  7. El baño del bebé es más que una simple tarea, es un momento para conectar y disfrutar juntos. Aprovecha este momento para hablarle suavemente, cantarle o simplemente disfrutar de su compañía mientras lo cuidas con amor y ternura.

Siguiendo estos sencillos consejos, el baño del bebé se convertirá en un momento especial y relajante para ambos, ¡disfrútalo al máximo! 🛁👶💖

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El ombligo del bebé

El ombligo del bebé requiere cuidados especiales durante las primeras semanas de vida para garantizar una cicatrización adecuada y prevenir posibles infecciones. Aquí te ofrecemos algunos consejos útiles para cuidar del ombligo de tu pequeño:

  1. Limpieza diaria durante el baño: Durante el baño diario del bebé, lava suavemente el ombligo con agua y jabón. Asegúrate de secarlo completamente después para evitar la humedad, lo que podría favorecer infecciones. Evita cubrirlo o envolverlo con gasas, ya que esto podría retener la humedad y dificultar su cicatrización.
  2. Evita el uso de fajas y ombligueros: Aunque tradicionalmente se han utilizado fajas y ombligueros, es importante evitar su uso, ya que pueden dificultar la respiración del bebé y no previenen hernias.
  3. Atención a signos de preocupación: Si notas algún mal olor, secreciones o sangrado en el ombligo de tu bebé, es importante que consultes con el pediatra de inmediato. Estos pueden ser signos de una posible infección u otro problema que requiera atención médica.
  4. Cuidado después de la caída: Una vez que el cordón umbilical se haya caído, sigue limpiando suavemente el área hasta que esté completamente seco. Este proceso suele ocurrir entre los 5 y 15 días después del nacimiento, y es importante mantener una buena higiene hasta que el ombligo se haya curado por completo.

Cambiar pañales

El cambio de pañales es una tarea que realizarás con frecuencia y cuidado para mantener la piel de tu bebé sana y protegida. Aquí te ofrecemos algunos consejos prácticos para asegurar un cambio de pañales eficaz y seguro:

  1. Cambia los pañales con frecuencia: Es importante cambiar al bebé de pañales con la mayor frecuencia posible para evitar irritaciones en la piel. Asegúrate de revisar el pañal regularmente y cambiarlo tan pronto como esté mojado o sucio.
  2. Utiliza agua y jabón: Prefiere el uso de agua y jabón para limpiar el área genital del bebé durante el cambio de pañales, limitando el uso de toallitas desechables. Lava desde el área genital hacia el ano, especialmente en las niñas, para evitar el riesgo de infecciones. Sécalo cuidadosamente, prestando especial atención a los pliegues cutáneos.
  3. Protege la piel con cremas o bálsamos: Aplica una pequeña cantidad de crema o bálsamo para proteger la piel del bebé de irritaciones. También puedes dejar el culito al aire durante unos minutos antes de colocarle un nuevo pañal para ayudar a prevenir irritaciones.
  4. Evita el uso de polvos de talco: Evita el uso de polvos de talco, ya que pueden retener la humedad y ser potencialmente tóxicos si el bebé los aspira. Opta por alternativas más seguras para proteger la piel del bebé.

👉🏻 ¿Cómo cambiar el pañal?

La ropa del bebé

La elección adecuada de la ropa del bebé es fundamental para garantizar su comodidad y seguridad. Aquí te brindamos algunos consejos útiles para seleccionar y cuidar la ropa de tu pequeño:

  1. Selecciona prendas cómodas y holgadas: Opta por prendas que sean cómodas y holgadas, permitiendo que el bebé se mueva con facilidad. Prefiere tejidos naturales como el algodón, que son suaves y transpirables. Evita las prendas que suelten pelo o pelusa, ya que pueden ser irritantes para la piel sensible del bebé.
  2. Evita accesorios peligrosos: No utilices imperdibles, lazos, cintas o cordones en la ropa del bebé, especialmente si se atan al cuello. Estos accesorios pueden representar un riesgo de asfixia o estrangulamiento para el bebé.
  3. Atención a los detalles de seguridad: Evita los vestidos con botones muy pequeños o situados en la parte delantera, ya que existe riesgo de atragantamiento. Es importante seleccionar prendas con detalles seguros y evitar aquellos que puedan representar un peligro para el bebé.
  4. No excedas con la ropa de abrigo: No abrigues al bebé en exceso. Recuerda que no necesita más ropa de la que podría necesitar un adulto. Aunque es común que los recién nacidos tengan las manos y los pies fríos, esto se debe a la inmadurez de su sistema circulatorio y no necesariamente significa que tengan frío.
  5. Cuidado adecuado de la ropa: Lava la ropa del bebé por separado del resto de la colada, utilizando jabón o detergente neutro para evitar irritaciones en la piel. Evita el uso de suavizantes y lejías, ya que pueden ser demasiado fuertes para la piel sensible del bebé.

El sueño del bebé

El sueño del recién nacido es fundamental para su crecimiento y desarrollo, pero puede resultar un desafío para los padres primerizos. Aquí te ofrecemos algunos consejos para garantizar un descanso seguro y tranquilo para tu pequeño:

  1. Patrón de sueño del recién nacido: Los recién nacidos duermen muchas horas al día, pero necesitan despertarse con frecuencia para comer. Por lo general, suelen dormir en periodos de 2 a 3 horas tanto de día como de noche, aunque algunos pueden dormir períodos más largos de 4 a 5 horas por la noche. Es importante tener en cuenta que, en las primeras semanas de vida, el bebé necesita alimentarse también durante la noche.
  2. Postura y entorno para dormir: Coloca al bebé boca arriba para dormir, sobre un colchón firme y sin almohada. Evita abrigarlo en exceso para prevenir el sobrecalentamiento.
  3. Precauciones en la cuna: Si la cuna tiene barrotes, asegúrate de que la distancia entre ellos sea menor de 10 centímetros para evitar que el bebé pueda meter la cabeza entre ellos. Evita los edredones, almohadas y juguetes blandos en la cuna, ya que pueden aumentar el riesgo de asfixia si el bebé se hunde sobre alguno de ellos.
  4. Seguridad en el entorno de sueño: No coloques bolsas de agua caliente en la cuna del bebé ni utilices estufas de butano en la habitación donde duerme, ya que son peligrosas. Asegúrate de que la habitación tenga luz natural y una temperatura agradable entre 20-22 ºC. Ventila la habitación todos los días y, si es necesario, utiliza un humidificador para evitar que el ambiente se vuelva demasiado seco.
  5. Evita el humo del tabaco: No permitas que se fume en el entorno del bebé, ya que es perjudicial para su salud y aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante.
  6. Ambiente durante el día: Durante el día, no es necesario que la habitación esté completamente a oscuras mientras el bebé duerme. Deja entrar algo de luz para ayudarlo a distinguir entre el día y la noche. Del mismo modo, no es preciso que la casa esté en absoluto silencio mientras el bebé duerme durante el día.

Lactancia materna

Es el mejor alimento para tu bebé porque además de cubrir todas sus necesidades nutritivas hasta los seis meses, le protege contra ciertas enfermedades, reduce el riesgo de muerte súbita del lactante y fortalece tu relación con él. Debe iniciarse lo antes posible tras el parto. 👉🏻 Ver artículos sobre la lactancia materna

Lactancia artificial

La lactancia artificial es una opción válida y segura para alimentar a tu bebé, y es importante asegurarse de que recibe los cuidados adecuados para su salud y bienestar. Aquí tienes algunos consejos útiles:

Cuidados y Salud del Recién Nacido

  1. Preparación de la fórmula: Sigue las instrucciones del fabricante al pie de la letra para preparar la fórmula infantil. Asegúrate de utilizar la cantidad correcta de agua y polvo según las indicaciones. Lávate bien las manos antes de manipular los utensilios y la fórmula.
  2. Temperatura del biberón: Comprueba la temperatura de la fórmula antes de dársela al bebé. Debe estar tibia, no caliente. Puedes probar unas gotas en el dorso de tu mano para asegurarte de que no está demasiado caliente.
  3. Cantidad y frecuencia de las tomas: Al igual que con la lactancia materna la alimentación con fórmula debe ser a demanda. Sigue las recomendaciones de tu pediatra al respecto. Los bebés alimentados con fórmula suelen necesitar menos tomas que los bebés amamantados, pero es importante estar atento a las señales de hambre del bebé y alimentarlo cuando lo necesite.
  4. Cuidados después de la toma: Después de cada toma, asegúrate de que el bebé eructe para liberar el aire que ha tragado durante la alimentación. Sostén al bebé en posición vertical y dale palmaditas suaves en la espalda hasta que eructe.
  5. Higiene de los utensilios y biberones: Lava los biberones, tetinas y utensilios utilizados para preparar la fórmula con agua caliente y jabón después de cada uso. También puedes esterilizarlos utilizando un esterilizador de biberones o hirviéndolos en agua durante unos minutos.
  6. Almacenamiento de la fórmula preparada: Si preparas la fórmula con anticipación, guárdala en el refrigerador y úsala dentro de las 24 horas. No dejes la fórmula fuera a temperatura ambiente durante mucho tiempo, ya que puede contaminarse y causar problemas de salud.

Alimentación complementaria

La introducción de la alimentación complementaria es un hito importante en el desarrollo de tu bebé, y es fundamental hacerlo de manera adecuada para garantizar su crecimiento y desarrollo óptimos. Aquí tienes algunos consejos:

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  1. Momento adecuado: La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda comenzar con la alimentación complementaria alrededor de los seis meses de edad. A esta edad, los bebés han desarrollado la capacidad de sentarse y coordinar la succión y la deglución, lo que les permite empezar a consumir alimentos sólidos de manera segura.
  2. Elección de alimentos: Introduce alimentos sólidos de manera gradual y en pequeñas cantidades. Comienza con alimentos blandos y fáciles de digerir, como purés de verduras (patata, zanahoria, calabacín), frutas (plátano, pera, manzana) y cereales sin gluten (arroz, maíz). Evita los alimentos que puedan representar un riesgo de atragantamiento, como frutos secos enteros, uvas enteras, y alimentos duros o pegajosos.
  3. Variedad y nutrición: Ofrece una variedad de alimentos para garantizar una ingesta equilibrada de nutrientes. Introduce gradualmente alimentos de diferentes grupos alimenticios, como cereales, frutas, verduras, proteínas (carne, pescado, legumbres). Prioriza los alimentos frescos y naturales, y evita los alimentos procesados y con alto contenido en azúcares, sal y grasas poco saludables.
  4. Textura y consistencia: A medida que el bebé se acostumbra a la alimentación complementaria, puedes ir aumentando la textura y consistencia de los alimentos, pasando de purés a alimentos más triturados y finalmente a trozos pequeños que el bebé pueda masticar con seguridad.
  5. Horarios y señales de hambre: Ofrece las comidas complementarias en momentos regulares y establece una rutina alimentaria. Respeta las señales de hambre y saciedad del bebé, y no fuerces la alimentación si no muestra interés o rechaza los alimentos.
  6. Supervisión y seguridad: Siempre supervisa al bebé durante la alimentación complementaria para prevenir el riesgo de atragantamiento. Asegúrate de que el bebé esté sentado en posición vertical y utiliza utensilios y platos seguros y adecuados para su edad.

👉🏻 Más información y recetas para bebés de 0 a 1 año.

El chupete

El uso del chupete en recién nacidos es un tema que genera cierta controversia. Aquí tienes algunos puntos a tener en cuenta:

Cuidados y Salud del Recién Nacido

  1. Momento adecuado: La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) indica que el uso del chupete puede considerarse a partir de los primeros días de vida del bebé, preferiblemente después de establecer una lactancia materna exitosa, que suele ocurrir alrededor de las 4-6 semanas de vida.
  2. Beneficios potenciales: Algunos estudios han sugerido que el uso del chupete puede estar asociado con la reducción del riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) cuando se usa durante el sueño, ya que puede ayudar a mantener las vías respiratorias abiertas y promover la regulación del sueño. Además, puede proporcionar consuelo y ayudar a calmar al bebé en situaciones de estrés o malestar.
  3. Riesgos y consideraciones: Sin embargo, el uso prolongado del chupete puede estar asociado con problemas de salud bucal, como maloclusión dental y problemas en el desarrollo de la mandíbula y el paladar. Además, el uso del chupete puede interferir con la lactancia materna si se introduce demasiado pronto, ya que puede dificultar el establecimiento de la succión adecuada y reducir la frecuencia de las tomas. Nunca se introducirá en la boca de un adulto para limpiarlo. Nunca lo mojes con miel, leche condensada, azúcar o cualquier otra sustancia.
  4. Uso adecuado y precauciones: Si decides ofrecerle un chupete a tu bebé, elige uno que esté diseñado específicamente para recién nacidos y que cumpla con las normativas de seguridad. Limita su uso a momentos específicos, como la hora de dormir o cuando el bebé necesita consuelo, y evita utilizarlo constantemente. Limpia el chupete regularmente y reemplázalo si muestra signos de desgaste o deterioro.
  5. Respeto a las preferencias individuales: Es importante recordar que cada bebé es único y puede tener diferentes necesidades y preferencias. Algunos bebés pueden encontrar consuelo y satisfacción con el uso del chupete, mientras que otros pueden no mostrar interés o preferir otras formas de consuelo. Respeta las señales y preferencias de tu bebé y consulta con un pediatra si tienes dudas o inquietudes sobre el uso del chupete.

👉🏻 Cuentos para Decir Adiós al Chupete 👶🏻

Controles de salud infantil

La primera consulta será con el pediatra o médico de cabecera del niño/a a los 5/10 días del nacimiento. En esta consulta te preguntarán por el embarazo, sobre el parto, peso y talla al nacer y acerca de los antecedentes familiares de enfermedades crónicas, malformaciones, etc. Luego, se realizará el examen físico del bebé, con el control de peso, talla, perímetro craneal y una exploración completa en busca de alguna alteración física.

Cuidados y Salud del Recién Nacido

Te seguirán citando para posteriores revisiones (al mes de vida, a los 2 meses...) con el fin de controlar el desarrollo del niño/a y administrarle las vacunas que le correspondan.

Te aconsejamos que en cada consulta lleves anotadas todas tus dudas, aunque te parezcan poco importantes y se las expreses al profesional que te atiende. Así aumentará el diálogo entre ambos y reforzará tu confianza en el cuidado del niño/a. El personal sanitario te informará sobre la evolución del niño/a, las pautas de alimentación y sus cuidados.

Las vacunas

Con la vacunación estás protegiendo al bebé de graves enfermedades, como la polio, difteria, tétanos, tosferina, sarampión, paperas, rubeola, hepatitis B y diversos tipos de meningitis.

Cuidados y Salud del Recién Nacido

Todos los niños sanos pueden y deben ser vacunados. Debes informar al sanitario de cualquier tipo de alergia que tenga tu hijo/a.

Después de vacunarlos, algunos niños se encuentran molestos, algo irritables, con poco apetito o con algo de fiebre. Es normal aunque no siempre ocurre. En estos casos bastará con que lo refresques un poco y le ofrezcas bastante líquido para beber. Sólo en el caso de que estas molestias persistan, deberás consultar al médico.

👉🏻 Calendario vacunal

Problemas de salud en el recién nacido/lactante

Ictericia

La ictericia en los recién nacidos se caracteriza por la coloración amarillenta de la piel y los ojos debido a un exceso de bilirrubina en la sangre. Esto puede ocurrir debido a la inmadurez del hígado del bebé para procesar la bilirrubina, el aumento de la degradación de los glóbulos rojos o la dificultad del bebé para eliminar la bilirrubina de su cuerpo.

  1. Momento de aparición: La ictericia puede aparecer en los primeros días de vida del bebé y alcanzar su pico alrededor del tercer o cuarto día. Por lo general, desaparece por sí sola en una o dos semanas, aunque en algunos casos puede persistir por más tiempo.
  2. Factores de riesgo: Algunos factores pueden aumentar el riesgo de que un recién nacido desarrolle ictericia, como la prematuridad, el tipo de parto (parto por cesárea), la incompatibilidad de grupo sanguíneo entre la madre y el bebé, y la presencia de hematomas o hemorragias durante el parto.
  3. Evaluación médica: Es importante que un pediatra evalúe a todos los recién nacidos en busca de signos de ictericia. Esto suele hacerse mediante una evaluación visual de la piel y los ojos del bebé, así como a través de pruebas de laboratorio para medir los niveles de bilirrubina en la sangre si es necesario.
  4. Tratamiento: En la mayoría de los casos, la ictericia no requiere tratamiento específico y desaparece por sí sola. Sin embargo, en casos de ictericia severa o prolongada, puede ser necesario realizar tratamientos como la fototerapia, que consiste en exponer al bebé a luces especiales para ayudar a descomponer la bilirrubina en su cuerpo.
  5. Seguimiento y atención: Es importante seguir las recomendaciones del pediatra y programar citas de seguimiento para monitorear la ictericia del bebé. Además, es fundamental brindar atención y apoyo a los padres para que comprendan la naturaleza benigna de la ictericia y sepan cómo manejarla adecuadamente en casa.

Dermatitis del pañal

La dermatitis del pañal se caracteriza por la irritación de la piel en el área cubierta por el pañal, que suele presentar enrojecimiento, inflamación y, en casos más graves, puede causar ampollas o heridas. Esta afección suele ser causada por la combinación de la humedad, la fricción y la exposición a las heces y la orina en el área del pañal.

  1. Factores de riesgo: Algunos factores pueden aumentar el riesgo de que un bebé desarrolle dermatitis del pañal, como el uso de pañales ajustados o de materiales poco transpirables, la humedad excesiva en el área del pañal, la sensibilidad de la piel del bebé, y la presencia de heces ácidas o diarrea.
  2. Prevención y cuidados: Para prevenir la dermatitis del pañal, es importante mantener el área del pañal limpia y seca. Cambia el pañal del bebé con frecuencia y limpia suavemente el área con agua tibia y un paño suave o toallitas húmedas sin alcohol ni fragancias. Seca completamente el área antes de poner un nuevo pañal y evita el uso de productos irritantes como talcos o lociones perfumadas.
  3. Tratamiento: En caso de que el bebé desarrolle dermatitis del pañal, es importante tratarla adecuadamente para aliviar las molestias y promover la curación. Aplica una crema o pomada protectora con óxido de zinc después de cada cambio de pañal para crear una barrera protectora entre la piel del bebé y el pañal. Además, deja que el bebé permanezca sin pañal durante cortos períodos de tiempo para permitir que el área afectada se airee y se seque.
  4. Consultar con un profesional de la salud: Si la dermatitis del pañal no mejora con los cuidados en el hogar o empeora, es importante consultar con un pediatra u otro profesional de la salud. Pueden recomendar tratamientos adicionales, como cremas medicadas o ungüentos, y brindar orientación sobre cómo manejar la afección de manera efectiva.

Cólicos o gases

Los cólicos se refieren a episodios de llanto intenso y prolongado en un bebé aparentemente sano y bien alimentado, que suelen ocurrir especialmente en las tardes o noches. Los gases, por otro lado, son acumulaciones de aire en el tracto digestivo que pueden causar incomodidad y malestar abdominal en el bebé. Las causas exactas de los cólicos y los gases en los recién nacidos no siempre están claras, pero se cree que pueden estar relacionadas con la inmadurez del sistema digestivo, la ingestión de aire durante la alimentación o la sensibilidad a ciertos alimentos en la dieta materna si está amamantando.

  1. Síntomas: Los síntomas de cólicos y gases en los recién nacidos pueden incluir llanto inconsolable, rigidez abdominal, dificultad para expulsar gases, y cambios en los patrones de sueño y alimentación del bebé.
  2. Prevención y cuidados: Para ayudar a prevenir o aliviar los cólicos y los gases en los recién nacidos, puedes probar algunas estrategias simples, como mantener al bebé en posición vertical durante y después de la alimentación para ayudar a liberar el aire, masajear suavemente su barriguita en movimientos circulares, y utilizar técnicas de relajación como el balanceo suave o el uso de ruido blanco para calmar al bebé. Si estás amamantando, es posible que desees evitar ciertos alimentos que puedan causar gases en tu bebé, como los lácteos o los alimentos picantes.
  3. Consulta con un profesional de la salud: Si los síntomas de cólicos y gases persisten o empeoran, es importante consultar con un pediatra u otro profesional de la salud. Pueden ofrecer orientación adicional y descartar cualquier otra afección subyacente que pueda estar causando malestar en el bebé.

Estreñimiento

Aparece cuando el bebé hace deposiciones duras y con aspecto de bolitas. A veces los niños mayores de 6 semanas pueden pasarse 2 o 3 días sin hacer deposiciones, pero ello no indica que estén estreñidos. No le des laxantes ni zumos. Consulta con tu pediatra.

Diarrea

Si el bebé hace más deposiciones de lo normal, generalmente con moco o sangre. Y además, se suelen acompañar de otros síntomas como vómitos, irritabilidad y llanto. Consulta al pediatra.

El llanto

El bebé expresa con su llanto lo que siente, ya sea hambre, cansancio, gases, dolor, incomodidad por tener el pañal sucio, la ropa muy ajustada, por el roce de algún objeto o simplemente porque necesita que le mimes. Como es lógico, habrá que solucionar el problema lo antes posible para que se sienta cómodo y deje de llorar pero, si descartadas todas las posibles causas sigue llorando, deberás consultar con el médico o pediatra para asegurarte que no le pasa nada malo. 👉🏻 El llanto del bebé: ¿Cómo comprenderlo y calmarlo?

Fiebre

Una fiebre en un recién nacido se define como una temperatura rectal igual o superior a 38°C. Las fiebres en los recién nacidos pueden ser causadas por una variedad de razones, incluyendo infecciones virales, bacterianas o fúngicas, así como otras condiciones médicas subyacentes.

Cuidados y Salud del Recién Nacido

  1. Signos y síntomas: Además de la elevación de la temperatura, los recién nacidos con fiebre pueden presentar síntomas como irritabilidad, letargo, dificultad para alimentarse, falta de interés en el entorno, dificultad para respirar, vómitos o diarrea.
  2. Evaluación médica: Es importante que cualquier recién nacido con fiebre sea evaluado por un profesional médico lo antes posible. El pediatra realizará un examen físico completo y puede ordenar pruebas adicionales, como análisis de sangre, cultivos o estudios de imagen, para determinar la causa subyacente de la fiebre.
  3. Tratamiento: El tratamiento de las fiebres en los recién nacidos dependerá de la causa subyacente. En casos de infección, puede ser necesario administrar antibióticos u otros medicamentos para tratar la enfermedad subyacente. Además, es importante mantener al bebé hidratado y cómodo mientras se recupera.
  4. Prevención: Algunas medidas simples pueden ayudar a prevenir la fiebre en los recién nacidos, como lavarse las manos regularmente, evitar el contacto cercano con personas enfermas, mantener el entorno del bebé limpio y desinfectado, y asegurarse de que el bebé esté adecuadamente abrigado y protegido contra cambios bruscos de temperatura.
  5. Seguimiento médico: Después del tratamiento de una fiebre en un recién nacido, es importante seguir las recomendaciones del pediatra y programar citas de seguimiento según sea necesario para monitorear la salud del bebé y asegurarse de que no haya complicaciones.

¿Qué hacer en caso de fiebre?

Ante un niño con temperatura elevada y en ausencia del médico, los padres deberán actuar de la siguiente manera:

  1. Evaluar la temperatura: Utiliza un termómetro rectal para medir la temperatura del bebé. Una fiebre se define como una temperatura rectal igual o superior a 38°C en un recién nacido.
  2. Contactar con el pediatra: Si tu recién nacido tiene fiebre, es importante comunicarse de inmediato con el pediatra. Proporciona detalles sobre la temperatura del bebé y cualquier otro síntoma que pueda presentar.
  3. No automedicar: Nunca administres medicamentos para bajar la fiebre a tu recién nacido sin consultar primero con un profesional de la salud. La dosificación incorrecta o el uso de medicamentos inapropiados pueden ser peligrosos para los bebés.
  4. Vigilar otros síntomas: Además de la fiebre, observa si tu bebé presenta otros síntomas como irritabilidad, letargo, dificultad para respirar, vómitos, diarrea o cambios en el color de la piel.
  5. Mantener al bebé cómodo: Viste al bebé con ropa ligera y transpirable. Mantén la habitación a una temperatura confortable y evita abrigarlo en exceso. Ofrece líquidos con frecuencia para prevenir la deshidratación. Si es menor de 6 meses solo tendrás que darle el pecho o fórmula más a menudo. 
  6. No le des friegas con alcohol: Pues éste presenta peligro de toxicidad al ser absorbido por la piel. Además produce, como efecto rebote, un aumento en la temperatura corporal.
  7. Monitorizar la fiebre: Realiza un seguimiento de la temperatura del bebé regularmente y anota cualquier cambio o tendencia. Esto puede ser útil para informar al pediatra durante la consulta.
  8. Prestar atención a las indicaciones médicas: Sigue las recomendaciones y el plan de tratamiento proporcionado por el pediatra. Esto puede incluir la administración de medicamentos recetados, medidas para controlar la fiebre y pautas para monitorear la salud del bebé.
  9. No dudar en buscar atención médica: Si el bebé muestra signos de malestar severo, dificultad para respirar, convulsiones o cualquier otro síntoma preocupante, busca atención médica de emergencia de inmediato.
  10. Brindar consuelo y apoyo: Durante este tiempo, es importante ofrecer al bebé comodidad y tranquilidad. Puedes acunar al bebé suavemente, hablarle con ternura y asegurarle que estás ahí para cuidarlo.