Reducción de pecho ¿Cómo puede afectar a la lactancia?

Muchas mujeres con pechos demasiado grandes se plantean someterse a una cirugía de reducción mamaria. Se trata de una forma de cirugía plástica reconstructiva de gran envergadura que hay que tener muy en cuenta. Una consideración que debe tener en cuenta es que, aunque muchas mujeres dan el pecho con éxito después, la reducción mamaria puede interferir en la futura lactancia.

Aunque hay muchas experiencias exitosas, no hay garantía de que puedas amamantar a tu bebé o de que puedas producir suficiente leche para no tener que complementarla con fórmula.

La reducción mamaria es una cirugía plástica, pero no siempre es una cirugía estética. Una mujer puede querer reducir el tamaño de sus pechos por razones estéticas, como tener una figura más proporcionada, pero tener pechos muy grandes puede causar problemas físicos que hacen que sea un procedimiento reconstructivo. Estos pueden incluir dolor de espalda y cuello debido al peso de los pechos y erupciones recurrentes bajo los pechos. Tener los pechos muy grandes también puede causar problemas de salud mental, como la disminución de la autoestima y la depresión. Otras razones no estéticas para someterse a una reducción mamaria (también llamada mamoplastia de reducción) son la dificultad y el elevado coste de conseguir sujetadores que se ajusten correctamente, las molestias al hacer ejercicio y los profundos surcos que pueden formarse en los hombros por los tirantes del sujetador. 

Lactancia después de una reducción de pecho

La cirugía elimina parte del tejido graso, la piel y el tejido glandular de la mama, que es la parte de la mama que produce leche y que está conectada al pezón por unos tubos diminutos llamados conductos lácteos. Hay varias formas de realizar la reducción mamaria y la extensión de la cirugía puede variar en función de la cantidad de tejido que se vaya a eliminar.

Además de eliminar la grasa y el tejido glandular, la cirugía de reducción mamaria suele implicar el desplazamiento de los pezones. En algunos tipos de reducción mamaria, los pezones se desprenden completamente de la mama y se vuelven a colocar más arriba. En otros, los pezones se mantienen unidos a los conductos lácteos y simplemente se recolocan. Una revisión de la literatura médica realizada en 2017 descubrió que cuando el pezón y la areola se mantienen intactos y solo se recolocan, la tasa de éxito de la futura lactancia materna era mucho mayor que si el pezón se separaba parcialmente. Si el pezón y la areola se mantienen intactos, la tasa de éxito para la lactancia materna era tan alta como el 100%. Si se mantienen parcialmente intactos, la tasa de éxito era de aproximadamente el 75%. Si el pezón y la areola se desprenden durante la cirugía, el éxito de la lactancia fue de aproximadamente el 4%. Sin embargo, esto significa que incluso en los casos en los que el pezón se desprendió completamente y se volvió a unir, algunas mujeres pudieron producir leche materna.

Antes de la operación, como parte de las conversaciones preliminares con el cirujano, debes comunicarle que quieres dar el pecho en el futuro. Esto ayudará a tu cirujano a elegir las técnicas quirúrgicas que va a utilizar. Pregúntale cuántas de sus otras pacientes de reducción mamaria han dado el pecho con éxito y cuáles fueron sus experiencias.

Aunque es más probable que la lactancia materna tenga éxito con muchas de las técnicas quirúrgicas utilizadas hoy en día, sigue existiendo la posibilidad de que la reducción mamaria interfiera en la cantidad de leche que se produce. Es posible que no puedas producir suficiente leche materna para tu bebé y que tengas que complementarla con leche artificial. Comenta el hecho de que te has sometido a una cirugía de reducción mamaria con tu obstetra o matrona durante los cuidados prenatales.

Habla con una asesora de lactancia que haya ayudado a otras mujeres que se han sometido a una cirugía de reducción mamaria. Un asesor de lactancia te hablará sobre las formas de determinar si tu bebé está recibiendo suficiente leche. Si no estás produciendo suficiente leche, la asesora puede enseñarte a complementar tu producción de leche con leche de fórmula de forma que no disminuya tu suministro. Puedes encontrar una asesora de lactancia cercana o tu obstetra, matrona o pediatra puede recomendarte a alguien.

Asegúrate de decirle al pediatra de tu bebé que te has sometido a una operación de reducción de pecho y que quieres dar el pecho. Es posible que el pediatra programe pesajes más frecuentes para asegurarse de que el bebé cumple las expectativas de crecimiento y se alimenta lo suficiente.

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