Al volver al trabajo después del permiso por maternidad, es probable que experimentes toda una serie de emociones. Mientras que las ganas de una conversación entre adultos pueden ser altas y estás desesperada por decir adiós a los interminables cambios de pañales, muchas madres experimentan tristeza, negación, ansiedad e incluso culpabilidad al volver al trabajo, especialmente si su bebé es todavía pequeño.
La logística, tanto física como mental, de la vuelta al trabajo puede ser un reto y, para las que aún están amamantando, suele surgir una pregunta.
¿Tengo que dejar de dar el pecho cuando vuelva a la vida laboral?
La respuesta sencilla es que depende de la edad del bebé y, por supuesto, de la elección personal; pero normalmente es posible continuar con la lactancia materna al volver al trabajo si así lo deseas.
A continuación te ofrecemos algunas opciones para ayudarte a seguir dando el pecho cuando vuelvas al trabajo:
Extracción de leche
El hecho de que vuelvas a la oficina no significa que tengas que cambiar por completo a la alimentación con leche artificial. Si te sientes cómoda extrayendo leche, ya sea con un sacaleches manual o eléctrico, puedes extraer la leche para que la use la persona encargada de alimentar a tu bebé en tu ausencia. También puedes considerar la posibilidad de una alimentación combinada, dando a tu bebé leche de fórmula durante el día mientras mantienes las tomas de leche materna.
Si no te has extraído la leche antes, puede costar un poco de práctica, por lo que se recomienda que pruebes unas cuantas veces en casa antes de ese primer día de vuelta. Es posible que el bebé tenga que adaptarse a la temperatura perfecta de la leche y a la comodidad de acurrucarse en tu pecho. El biberón puede ser una perspectiva desconocida y extraña al principio, pero lo conseguirá: ¡la práctica hace la perfección!
Recuerda que muchos bebés pueden resistirse al biberón al principio, sobre todo si su madre intenta dárselo; permanecer fuera de la habitación y dejar que otra persona intente alimentarlo suele ser un enfoque mucho más exitoso.
Métodos de extracción de la leche:
Manual
Cuando el bebé empieza a succionar estimula el reflejo de la “subida”/ "bajada" de la leche. Para provocar un efecto parecido tenemos que estimular esa “subida”/ "bajada" masajeando el pecho.
Fricciona con las yemas de los dedos desde la base del pecho hacia la areola, también puedes darte una ducha previa con agua caliente sobre el pecho. A continuación coloca la mano en el pecho en forma de “C” apoyando el dedo pulgar en la parte superior del pecho a unos 3 cms. de la areola y la palma de la mano en la parte inferior.
No hace falta un recipiente especial, únicamente un recipiente limpio de plástico y boca ancha para recoger la leche. Haz un movimiento de “ordeño”, es decir, fricciona el pecho hacia atrás (como hundiendo el pecho) y hacia adelante a la vez que presionas como si quisieras juntar los dedos.
No deslices los dedos sobre la piel, al “ordeñar” tienes que movilizar no sólo la piel, sino también el tejido mamario.
Este movimiento se tiene que repetir pausada y rítmicamente, de manera que te resulte cómodo.
Eso sí, una extracción manual puede durar entre 20-30 minutos. Conviene alternar los pechos cada 5-10 minutos.
Esta técnica requiere práctica, por lo que si al principio te extraes poca leche no te desanimes, sigue intentándolo y notarás que cada vez te sale mejor.
Con sacaleches
Aunque uses sacaleches conviene que te des un masaje en los pechos antes de la extracción.
No todos los sacaleches son adecuados. Es importante que antes de comprar valores las ventajas e inconvenientes.
- Sacaleches manuales: Pueden ser tipo bocina o de jeringa. Los de bocina son los que más dañan el pecho (pueden lesionar el pezón) y son difíciles de limpiar. Aunque ya hay en el mercado uno que, aunque se hace con palanca, también mantiene el vacío y por tanto, no daña. Los de jeringa, también llamados de cilindro, son mejores que los anteriores ya que a modo de émbolo hacen el vacío y no dañan tanto el pecho. Pueden serte útiles para momentos puntuales.
- Sacaleches mini eléctricos y/o a pilas: Algunos pueden conectarse a la corriente, y son más eficaces que los manuales, aunque son más caros.
- Sacaleches automáticos: Son los sacaleches más eficaces, ya que mantienen y estimulan la producción de leche y además son los más sencillos de utilizar. Están indicados cuando se vaya a utilizar durante un tiempo, ya que son los más caros.
El aspecto de la leche extraída al principio es más acuosa (semitransparente e incluso algo azulada) y al final más blanquecina.
Conservación de la leche
Debes conservar la leche en un recipiente de plástico, no de vidrio, ya que las “defensas” que proporcionas al darle tu leche se adhieren al vidrio y en ese caso se perderían.
Guarda en pequeñas cantidades (50-100cc) o bien calculando la cantidad que vaya a tomar el niño o la niña en cada toma. Pon una etiqueta en el recipiente con la fecha de extracción de la leche.
Tiempo de conservación de la leche materna:
Leche recién extraída:
- A temperatura ambiente: de 6 a 8 horas (si la temperatura del ambiente no supera los 25ºC).
- En el frigorífico: de 3 a 5 días.
- En el congelador: 2 semanas. Pero si el congelador es con puerta separada ó de 3 estrellas*** se puede guardar hasta 3 meses.
- En arcón congelador: incluso hasta 6 meses.
Leche descongelada previamente:
Si la has descongelado lentamente en el frigorífico y no se haya calentado:
- A temperatura ambiente: 3 horas, habitualmente hasta la siguiente toma.
- En el frigorífico: 1 día.
Leche descongelada y calentada para su uso: Cuando se ha descongelado y calentado para utilizarla ó bien se ha descongelado al baño maría se mantiene en condiciones óptimas:
- A temperatura ambiente: hasta que termine la toma, si no se ha tomado todo tira la que te sobre.
- En el frigorífico: 4 horas.
Para llevar la leche de un lugar a otro son muy prácticas las neveras portátiles de plástico. De esta manera puedes trasportar la leche a la guardería, domicilio de familiares, etc. y la leche permanece a una temperatura adecuada. Cuando llegues al destino saca la leche de la nevera portátil y guardarla en el frigorífico.
Lo más adecuado es descongelar la leche en el frigorífico, así no sufre cambios bruscos de temperatura.
Si necesitas hacerlo sobre la marcha, pon el recipiente con la leche congelada debajo del grifo, primero con agua fría y después con agua templada. Nunca la descongeles con Microondas, baño maría, o directamente al fuego.
No vuelvas a congelar la leche una vez descongelada.
Para calentar un poco la leche no utilices microondas, ya que la leche no se calienta toda por igual y pierde parte de sus propiedades. En este caso sí se puede utilizar un método como el baño maría, aunque siempre teniendo en cuenta que no debe llegar a hervir. Recuerda que cuando la toma directamente está a 36º, por tanto no debes calentarla a temperatura más elevada. Deja a la persona que va a cuidar al bebé, instrucciones por escrito sobre como descongelar y calentar la leche extraída.
Las niñas y los niños amamantados al pecho pueden no saber succionar de las tetinas, por eso conviene darle la leche extraída con una cucharilla o jeringa (sin aguja).
Para que el bebé se vaya acostumbrando empieza 1 ó 2 semanas antes de tu incorporación al trabajo. Es bueno que esa toma se la dé el padre u otra persona.
Dile a la persona que cuida a tu bebé que, si es posible, no le ofrezca al bebé ningún alimento unas 2 horas antes de tu regreso a, para que coja tu pecho con avidez.
Recomendaciones:
Puedes acumular las horas de tu permiso laboral: 1 hora a mitad de jornada laboral o media hora al principio o al final de la jornada hasta los 9 meses y sumarlas a la baja por maternidad.
También puedes pedir una reducción de jornada o una excedencia (sin salario), para poder estar un tiempo más con tu bebé.
Hay madres que tienen la posibilidad de que les lleven a su hijo/a al trabajo para darle el pecho o bien pueden acudir donde se encuentre su bebé a la hora de lactancia; los bebés mayores de tres meses hacen sus tomas con mayor rapidez por lo que en la hora o las dos medias horas de permiso pueden ser suficientes para darles de mamar. Si esto no es así, no te apures, siempre tienes la posibilidad de extraerte la leche y que la persona a cargo del bebé se la de cuando no estés.
Unos días antes de empezar a trabajar, es necesario que enseñes a la persona que va a cuidar al bebé como manejar la leche materna y la forma de administrarla (vasito, cuchara,..).
Aprovecha siempre que estés en casa para mantener la lactancia a demanda y reserva los alimentos complementarios para cuando no estés.
La leche te la puedes extraer en donde trabajas o antes en tu casa. Es recomendable que practiques unos días antes de tu vuelta al trabajo, ya que al principio es normal que salga muy poca cantidad o incluso nada.
Lo primero que debes hacer siempre es lavarte las manos antes de comenzar la extracción, date un masaje en el pecho y ten a mano aquello que puedes necesitar: Sacaleches, Recipientes y Nevera portátil con hielo.
Fuente: RiojaSalud
Extracción manual de leche materna, para todas las madres que necesiten saber cómo hacerlo:
Lactancia y trabajo:
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