Cuando llega el otoño, con él se produce un descenso gradual de las temperaturas. Te explicamos qué debes hacer para proteger a tu bebé de los cambios de temperatura y de la llegada de los primeros fríos.
El otoño suele ser una estación con temperaturas variables. El tiempo sigue siendo muy agradable por la tarde, pero las mañanas y las noches pueden ser muy frescas. El contraste de temperaturas puede ser llamativo, especialmente cuando llega de forma repentina.
Consejos para preparar a tu bebé para la llegada del otoño:
Evita exponer a tu bebé a cambios bruscos de temperatura. Con el fuerte contraste entre septiembre y octubre, cuando hace calor durante el día y frío por la noche y al amanecer, es necesario proteger a tu hijo. Intenta cubrir a tu hijo cuando sea necesario, pero no te excedas. Por otro lado, considera la posibilidad de sacar al bebé a pasear en las horas del día en que el contraste térmico es menos perceptible.
Comprueba que tu bebé está a una temperatura adecuada. Para saber si tu hijo tiene calor o frío, ten en cuenta que la temperatura corporal se toma en el cuello. El mecanismo de termorregulación del recién nacido aún no está completamente desarrollado, por lo que algunos signos (sudoración o manos frías) pueden inducir a error.
La casa debe estar a una temperatura adecuada de unos 20°C. Una atmósfera demasiado seca impide que el cuerpo del bebé expulse las impurezas correctamente, debido a la obstrucción de la nariz.
La piel del bebé debe estar adecuadamente protegida e hidratada para evitar que el viento ataque su delicada piel. Existen cremas hidratantes especiales para bebés.
Para evitar posibles resfriados, es esencial una dieta específica. La lactancia materna, y la posterior introducción de alimentos apropiados para su edad, garantizarán el bienestar nutricional de tu bebé. Si tienes alguna duda sobre este punto, no dudes en consultar a su pediatra.
¿Cómo vestir al bebé en otoño?
Con la llegada del otoño, tendrás que cambiar la ropa de tu bebé. Con el cambiante clima otoñal, es difícil saber qué ponerse.
No le pongas un jersey grueso por la mañana si vas a dejarle en la escuela infantil - guardería, ya que por la tarde puede hacer mucho más calor. En su lugar, ponle una camisa de manga corta o larga y una pequeña chaqueta encima, que sea más fácil de quitar. Dos capas finas son mejores que una capa gruesa. Es posible que quieras poner en su bolsa un pequeño gorro y un par de calcetines un poco más abrigados para las horas más frescas.
Lo más difícil del otoño es evitar los golpes de calor. El tiempo es cambiante y a menudo húmedo. Comprueba durante el día si el body o camiseta está mojado y no dudes en cambiarlo si lo está.
Aire fresco y buenos hábitos
Sigue proporcionando a tu hijo aire fresco. Si sueles sacar a tu bebé de paseo, cámbialo al momento del día en que sientas menos cambios de temperatura. Lleva una pequeña manta para poner en el cochecito por si el tiempo cambia repentinamente o un cortavientos y no te olvides del paraguas.
Sigue hidratando la piel. El frío es tan agresivo como el sol. Una piel bien preparada será más resistente a las rojeces y sarpullidos provocados por el viento y el frío. Asegúrate de que se acuesta pronto. En verano, el horario es más relajado. Prepáralo suavemente para el cambio de hora a finales de octubre, cambiando la hora de levantarse y acostarse 10 minutos cada día.
Líbrate de virus
En otoño, los pequeños resfriados invaden las escuelas infantiles / guarderías y pueden degenerar en Bronquiolitis, infecciones de oído o anginas. Los tratamientos homeopáticos pueden ayudar a tu hijo a resistir los ataques virales. No dudes en consultar a su médico, ya que los tratamientos preventivos suelen comenzar al primer descenso de la temperatura.
Asegúrate de que la nariz de tu hijo esté siempre limpia, y no dudes en lavarla con suero fisiológico en cuanto se produzca una pequeña secreción. En verano, la casa está abierta de par en par. Sigue ventilando bien su habitación, unos quince minutos cada mañana aunque haga más frío y aspira su colchón a menudo durante la temporada de cría de ácaros.
¡Y luego llénale de vitaminas! Para evitar que tu bebé se resfríe, también debes pensar en lo que le das de comer. La lactancia materna proporciona buenos anticuerpos. Si tu bebé ya está con la alimentación complementaria, el otoño es el momento de introducir nuevos sabores. Buenas verduras y frutas de temporada, deliciosas sopas. Piensa en las vitaminas de los alimentos. No descuides la vitamina A, B y C. En cuanto a la vitamina D, es probable que tu bebé tenga que tomar gotas. Por supuesto, puedes sacarlo en las horas menos frías, para que se beneficie aún más de la vitamina D que le proporciona el sol.
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