Higiene nasal para bebés y niños
Los bebés y los niños pequeños no son capaces de sonarse la nariz con eficacia. Las secreciones nasales, especialmente durante un resfriado, pueden acumularse en las fosas nasales, predisponiendo a complicaciones como la otitis media. La higiene nasal consiste en la limpieza de las fosas nasales con una solución salina para prevenir estas complicaciones, mejorar el confort del niño (al alimentarse, al dormir) y reducir la frecuencia y duración de los resfriados.
Puedes realizar esta limpieza con una solución comercial disponible en farmacias o con una solución casera como la que se describe al final de este artículo. Si utilizas un dispositivo de irrigación reutilizable, asegúrate de limpiarlo después de cada uso para evitar la contaminación. Además, sólo debe ser utilizado por una persona.
La frecuencia recomendada de la limpieza nasal varía en función de la edad del niño, la estación del año y la presencia de un resfriado o una congestión. La higiene nasal con suero fisiológico es como el pañuelo de los niños que aún no saben sonarse, pero no debe convertirse en una tortura.
*** No es recomendable usar con frecuencia los aspiradores de secreciones. Limita el uso a una o dos veces al día, solo cuando hay mucho moco para aspirar. Evita hacerlo de forma brusca.
Estas son las recomendaciones para los niños menores de 3 años que no pueden sonarse eficazmente la nariz:
- Verano: 2 veces al día.
- Invierno: 4 veces al día.
- Para los resfriados o la congestión nasal: 5 a 6 veces al día.
Para niños mayores de 3 años que no pueden sonarse la nariz de forma eficaz:
- Verano: 1 vez al día.
- Invierno: 2 veces al día.
- Si está resfriado o tiene congestión nasal: de 3 a 4 veces al día.
Pasos para la limpieza nasal en los bebés
En los bebés, la higiene nasal es esencial porque respiran exclusivamente por la nariz hasta los 6 meses. La estrechez de sus fosas nasales no siempre facilita la limpieza de las secreciones y las fosas nasales pueden convertirse rápidamente en un entorno favorable para el desarrollo de bacterias y virus.
Para su salud y comodidad, la limpieza nasal ayuda a eliminar las impurezas de su nariz, facilitándole la respiración, la alimentación y el sueño.
Cómo limpiar la nariz del bebé:
Puedes hacer los lavados antes de que el bebé se duerma y antes de la alimentarse. Suele ser suficiente con 1,5-2 ml en cada fosa nasal en bebés y hasta 5 ml en niños más mayores. Es recomendable usar el suero a temperatura ambiente.
Para la limpieza diaria, los profesionales de la salud recomiendan el lavado regular de la nariz con solución salina. Para ello:
- Acuesta a tu bebé sobre su espalda y mantén su cabeza de lado y bien sujeta.
- Coloca la boquilla en la entrada de la fosa nasal, por el orificio que queda arriba
- Introducir con determinación el líquido en la fosa nasal.
- Endereza la cabeza de tu hijo (puedes sentarlo) y deja que la mucosidad fluya.
- Limpiar la nariz con un pañuelo o servilleta de papel.
- Repite el mismo procedimiento con el otro orificio girándole la cabeza hacia el lado contrario.
- Es normal que parte de los mocos se traguen y otra parte la expulsen.
Receta de solución salina casera
Para hacer tu propia solución salina, disuelve 10 ml (2 cucharaditas) de sal y 2,5 ml (1/2 cucharadita) de bicarbonato de sodio en 1 litro (4 tazas) de agua hervida enfriada. Asegúrate de utilizar las proporciones correctas.
Utiliza una botella de lavado nasal o Lava un frasco pequeño con un cuentagotas en agua jabonosa caliente y acláralo bien con un poco de agua salada. A continuación, llena la botella con la solución preparada. Tu bebé debe tener su propio frasco para evitar la contaminación.
Guarda el resto de la solución preparada en la nevera durante un máximo de 7 días en un recipiente de cristal limpio y cerrado. Llenarás el frasco de tu bebé con esta solución durante la semana. Mantén el frasco pequeño a temperatura ambiente para evitar la aplicación de agua fría en la nariz de tu hijo. Tras 24 horas fuera del frigorífico, la solución debe desecharse.
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