Acoso escolar: reconocerlo y actuar
El acoso es cualquier palabra, gesto, imagen o comportamiento que hiera, humille, excluya socialmente o disminuya la autoestima de una persona. Suele ocurrir cuando hay una lucha de poder entre un agresor y una víctima.
Por lo tanto, no se trata sólo de una broma entre amigos o de un conflicto entre dos personas. El acoso se produce incluso cuando no hay intención de hacer daño a alguien.
¿Qué hacer cuando se produce el acoso?
Actúar rápidamente para detenerlo y evitar que se repita.
Tanto si eres víctima, como si eres padre, profesor, familiar o testigo, existen protecciones y recursos para hacer frente al acoso. Pero depende de la situación.
¡Importante! Si eres padre, madre o tutor de un niño que está siendo acosado, debes actuar en su nombre para detener el acoso y hacer valer sus derechos.
Todos los centros de enseñanza deben disponer de medidas para recibir y responder a las quejas. Si un alumno, un profesor o un miembro del personal se ve implicado en una situación de acoso, cualquier persona (incluso los padres) puede informar a la administración del centro.
Las diferentes formas de acoso escolar
El acoso puede ser físico o verbal. Las acciones y comportamientos que se describen a continuación deben repetirse durante un periodo de tiempo para que se consideren acoso.
- Acoso físico: golpes, caídas, empujones, tirones de pelo, rotura de objetos personales o tocamientos no deseados.
- Acoso verbal: insultar a alguien, amenazarle, hacerle comentarios desagradables o humillarle.
El acoso puede ser directo o indirecto. El acoso directo es el tipo de acoso más común entre los niños y es el más fácil de observar. En este caso, las acciones perjudiciales se dirigen al niño (burlas, golpes, rotura de equipos, etc.). Es más probable que el acoso indirecto pase desapercibido. Es más difícil para los adultos ser testigos de falsos rumores, ataques a la reputación, exclusión, etc. Ambas formas de acoso son igualmente perjudiciales para el niño.
A corto plazo, el acoso puede dañar la autoestima del niño. También puede provocar desmotivación, miedo y no querer ir a clase. A largo plazo, el acoso puede provocar ansiedad, dificultades académicas, absentismo escolar, problemas de memoria, depresión, etc. Por ello, es importante no tomarse una situación así a la ligera, detectar los primeros signos de acoso e intervenir adecuadamente.
Cómo ayudar a un niño que sufre acoso escolar
Si sospechas que tu hijo es víctima de acoso, lo primero que debe hacer es tratar de averiguar más, sin presionar demasiado.
- Hazle preguntas y permanece tranquilo y atento; deja que se exprese sin interrumpirlo.
- No lo juzgues. No le digas lo que debería o no debería haber hecho.
- Evalúa la situación con tu hijo (¿puede cambiar la situación exponiendo claramente sus límites? ¿Tiene aliados? Hasta dónde ha llegado el acoso) Sobre todo, no le incites a la violencia. Si el problema no puede resolverse mediante el diálogo, pide ayuda al director del colegio a personas con autoridad.
- Ayúdalo mantener una buena autoestima y anímalo a ser asertivo.
Cuando te cuente un problema que parezca de acoso, no esperes.
Habla con tu hijo para tratar de entender lo que está pasando. Haz que te cuente lo que siente. Apóyate en los puntos fuertes de tu hijo y ayúdale a valorar la importancia del acosador.
Ayuda a tu hijo a adquirir habilidades de asertividad (mantenerse erguido, hablar sin vacilar, mantener la cabeza alta). No dudes en hacer un juego de roles con tu hijo. Anímale a adoptar una postura directa sin entrar en un ciclo de violencia y lenguaje inapropiado.
Anímale a hacer nuevos amigos. Si es necesario, consulta a un psicólogo o psicopedagogo que pueda trabajar con él en las habilidades sociales.
Si tu hijo no te habla, o si sospechas que no te lo cuenta todo, consúltalo con el profesor y, si es necesario, con el director del colegio.
Si el problema es en la escuela, notifícalo al profesor y al director. Mantén la calma y la cautela. No intentes resolver la situación directamente con el acosador o los padres. En su lugar, recurre a un mediador, como el director del colegio.
Si el director de la escuela no responde o no reacciona de forma satisfactoria para ti, notifica la situación al consejo escolar. Si tampoco estás satisfecho con este enfoque, ponte en contacto con el Defensor del Estudiante del consejo escolar de tu hijo.
Pide un seguimiento para asegurarte de que el problema se resuelve.
Si el problema persiste y crees que tu hijo está gravemente afectado, pide ayuda a un psicólogo o a un psicopedagogo.
⇒ ¿Qué hacer cuando el acosador es tu hijo? Señales de que un niño es acosado ⇒ Bullying o Acoso escolar - Victimas, acosadores y testigos
Acoso en Internet u otros medios tecnológicos
El ciberacoso se produce cuando se utiliza la tecnología para acosar. Es cuando alguien utiliza Internet, una red social, un sitio web, el correo electrónico, los mensajes de texto o la mensajería instantánea para intimidar a otra persona. ⇒ ¿Qué es el Ciberacoso o Ciberbullying y cómo evitarlo?
En resumen
Es esencial tomar medidas para evitar el sufrimiento que genera el acoso: marginación, humillaciones, problemas de autoestima, miedo a las relaciones sociales, sensación de fracaso… El niño, como tal, todavía no ha desarrollado todas sus habilidades emocionales, esta es una de las razones por las que necesita de la ayuda de sus padres para poder hacer frente a la situación de una forma efectiva.
En el caso más extremo, puede que un caso de sufrimiento escolar implique un cambio de colegio para empezar de nuevo en un contexto diferente. Con otros compañeros de clase y otros profesores.
Pero sin llegar a ese punto, padres y profesores deben trabajar de mutuo acuerdo, es decir, fomentar el diálogo para trabajar en equipo en base al bienestar del propio niño. Para concienciar a los niños sobre el acoso escolar se pueden plantear ciertas actividades a los niños. Por ejemplo, realizar una redacción sobre este tema, leer un libro en el que se muestra una historia de este tipo o crear un trabajo sobre cómo se puede disfrutar de un ambiente ideal en el colegio.
Por otra parte, los niños deben aprender a tratar a otros niños del mismo modo que ellos esperan ser tratados. Es decir, desde el respeto, el cariño y la empatía. De lo contrario, deben recibir un castigo para poder corregir una conducta que es inadecuada y también, dañina. El acoso escolar es un problema que implica a niños y adultos. Por tanto, entre todos, pongamos nuestro granito de arena para lograr crear un sistema educativo mejor.
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