Todos los niños pequeños pueden ser traviesos, desafiantes e impulsivos de vez en cuando, lo cual es perfectamente normal. Sin embargo, algunos niños tienen comportamientos extremadamente difíciles y desafiantes que están fuera de la norma para su edad.
Los trastornos de conducta perturbadores más comunes incluyen el trastorno de oposición desafiante (TOD), el trastorno de la conducta (TC) y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Estos tres trastornos de conducta comparten algunos síntomas comunes, por lo que el diagnóstico puede ser difícil y llevar mucho tiempo. Un niño o adolescente puede tener dos trastornos al mismo tiempo. Otros factores exacerbantes pueden incluir problemas emocionales, trastornos del estado de ánimo, dificultades familiares y abuso de sustancias.
Trastorno de oposición desafiante
Se cree que alrededor de uno de cada diez niños menores de 12 años tiene un trastorno de oposición desafiante (TOD), y los niños superan en número a las niñas de dos a uno. Algunos de los comportamientos típicos de un niño con TOD incluyen:
- Se enoja, molesta e irrita con facilidad.
- Berrinches frecuentes.
- Discute frecuentemente con los adultos, particularmente los adultos más familiares en sus vidas, como los padres.
- Se niega a obedecer las reglas.
- Parece intentar deliberadamente molestar o agravar a otros.
- Baja autoestima.
- Umbral bajo de frustración.
- Busca culpar a los demás por cualquier infortunio o mala conducta.
Trastorno de la conducta
Los niños con trastorno de conducta (TC) a menudo son juzgados como "niños malos" debido a su comportamiento delictivo y su negativa a aceptar las reglas. Se cree que alrededor del cinco por ciento de los niños de 10 años tienen un TC, y los niños superan en número a las niñas en una proporción de cuatro a uno. Alrededor de un tercio de los niños con TC también tienen un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Algunos de los comportamientos típicos de un niño con TC pueden incluir:
- La negativa frecuente a obedecer a los padres u otras figuras de autoridad.
- Ausentismo escolar repetido.
- La tendencia a consumir drogas, incluidos los cigarrillos y el alcohol, a una edad muy temprana.
- Falta de empatía por los demás.
- Ser agresivo con los animales y otras personas o mostrar comportamientos sádicos que incluyen la intimidación y el abuso físico o sexual.
- Ganas de iniciar peleas físicas.
- Uso de armas en peleas físicas.
- Mentiras frecuentes.
- Comportamientos delictivos como robar, encender fuego deliberadamente, irrumpir en casas y vandalismo.
- Tendencia a huir de casa.
- Tendencias suicidas - aunque estas son más raras.
Tratorno hiperactivo y déficit de atención
Se piensa que alrededor del dos al cinco por ciento de los niños tienen un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), y los niños superan en número a las niñas en una proporción de tres a uno. Las características del TDAH pueden incluir:
- Falta de atención: dificultad para concentrarse, olvidar instrucciones, pasar de una tarea a otra sin completar nada.
- Impulsividad: hablar por encima de los demás, tener mal genio y ser propenso a los accidentes.
- Sobreactividad - intranquilidad e inquietud constantes.
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Factores de riesgo en trastornos del comportamiento infantil
Las causas de todos los trastornos mencionados son desconocidas, pero algunos de los factores de riesgo incluyen:
- Género: los niños son mucho más propensos que las niñas a sufrir trastornos de conducta. No está claro si la causa es genética o está vinculada a experiencias de socialización.
- La gestación y el parto: los embarazos difíciles, el parto prematuro y el bajo peso al nacer pueden contribuir en algunos casos a la conducta problemática del niño más adelante en la vida.
- Temperamento: los niños que son difíciles de manejar, temperamentales o agresivos desde una edad temprana tienen más probabilidades de desarrollar trastornos de conducta más adelante en la vida.
- Vida familiar: los trastornos del comportamiento son más probables en familias disfuncionales. Por ejemplo, un niño está en mayor riesgo en familias donde la violencia doméstica, la pobreza, las habilidades de crianza pobres o el abuso de sustancias son un problema.
- Dificultades de aprendizaje: los problemas con la lectura y la escritura a menudo se asocian con problemas de conducta.
- Discapacidades intelectuales: los niños con discapacidades intelectuales tienen el doble de probabilidades de tener trastornos de conducta.
- Desarrollo del cerebro: los estudios han demostrado que las áreas del cerebro que controlan la atención parecen ser menos activas en los niños con TDAH.
Diagnóstico de trastornos del comportamiento infantil
Los trastornos de conducta perturbadores son complicados y pueden incluir muchos factores diferentes que trabajan en combinación. Por ejemplo, un niño que muestra los comportamientos delictivos de un TC también puede tener TDAH, ansiedad, depresión y una vida familiar difícil.
Los métodos de diagnóstico pueden incluir:
- Diagnóstico por un servicio especializado, que puede incluir un pediatra, psicólogo o psiquiatra infantil.
- Entrevistas en profundidad a los padres, niños y profesores.
- Listas de verificación de comportamiento o cuestionarios estandarizados.
- Se realiza un diagnóstico si la conducta del niño cumple con los criterios para trastornos de conducta perturbadores de trastornos mentales.
Es importante descartar factores estresantes agudos que podrían estar perturbando el comportamiento del niño. Por ejemplo, un padre enfermo o víctima de otros niños puede ser responsable de cambios repentinos en el comportamiento típico de un niño y estos factores deben considerarse inicialmente.
Tratamiento de los trastornos de conducta en niños
Los niños no tratados con trastornos del comportamiento pueden llegar a ser adultos disfuncionales. En general, cuanto más temprana sea la intervención, mejor será el resultado.
Un estudio a gran escala en los Estados Unidos, realizado para el Instituto Nacional de Salud Mental y la Oficina de Programas de Educación Escolar, mostró que el manejo de medicamentos y el tratamiento conductual diseñados cuidadosamente para el TDAH mejoraron todas las medidas de comportamiento en la escuela y en el hogar.
El tratamiento suele ser multifacético y depende del trastorno particular y los factores que contribuyen a él, pero puede incluir:
- Educación de los padres, por ejemplo, enseñándoles a los padres cómo comunicarse y manejar a sus hijos.
- Terapia familiar: se ayuda a toda la familia a mejorar la comunicación y las habilidades para resolver problemas.
- Terapia cognitiva conductual: para ayudar al niño a controlar sus pensamientos y comportamiento.
- Entrenamiento social: al niño se le enseñan habilidades sociales importantes, como conversar o jugar de manera cooperativa con otros.
- Manejo de la ira: al niño se le enseña cómo reconocer los signos de su creciente frustración y se le da una gama de habilidades de afrontamiento diseñadas para desactivar su ira y comportamiento agresivo. También se enseñan técnicas de relajación y habilidades de manejo del estrés.
- Soporte para problemas asociados: por ejemplo, un niño con dificultades de aprendizaje se beneficiará del apoyo profesional.
- Estímulo: muchos niños con trastornos de conducta experimentan fallas repetidas en la escuela y en sus interacciones con los demás. Alentar al niño a sobresalir en sus talentos particulares (como el deporte) puede ayudar a desarrollar la autoestima.
- Medicación - para ayudar a controlar las conductas impulsivas.
Problemas de conducta y comunicación en niños con discapacidad
Hay muchas razones por las que un niño con una discapacidad puede actuar de una manera desafiante y difícil. A menudo es el medio de comunicar una necesidad y puede requerir apoyo para aprender otras formas de expresar la necesidad.
Cuando el comportamiento se convierte en una barrera para que su hijo participe en actividades familiares o escolares y / o represente un riesgo para su salud y seguridad o la de otras personas, se lo conoce como un comportamiento preocupante.
Existe una asociación entre la falta de habilidades de comunicación y los comportamientos de preocupación.
El diseño ambiental también puede ser un factor en que un niño muestre comportamientos de preocupación, por ejemplo, un niño con autismo puede encontrar un gran centro comercial demasiado ruidoso y estresante, y expresar esto al huir.
Es importante determinar la función del comportamiento de su hijo (o la razón por la que ocurre) para asegurarse de que reciba la ayuda del terapeuta o terapeutas apropiados. Por ejemplo, si la causa subyacente de la conducta es una falla en la comunicación, entonces podría ser necesario un especialista del habla. Si el comportamiento se debe a dificultades con el procesamiento sensorial, un terapeuta ocupacional podría ser la mejor persona para trabajar con su hijo. También podría ser que varios terapeutas trabajen juntos en diferentes áreas para abordar las conductas de preocupación de su hijo y desarrollar un plan de apoyo de comportamiento o intervención.