¿Qué normas deben ponerse casa? ¿Cuándo deberían introducirse? ¿Cómo hacer que se cumplan? ¿Qué hacer cuando no se respetan?
Aquí hay un plan para establecer y conseguir que los niños cumplan las normas de la casa.
Establecer las reglas
Es importante tener en cuenta el estilo de vida y las necesidades de tu familia. ¿Qué edad tienen tus hijos? ¿Cuál es tu situación de vida? ¿Estás trabajando fuera de casa? ¿Tienes mascotas? ¿Quién realiza la limpieza, la cocina y el mantenimiento del hogar?
Involucrar a los niños en el proceso de elaboración de normas es una manera de garantizar que comprendan y se preocupen por las pautas establecidas. Los hace sentir empoderados y mostrarán más interés en cumplirlas.
Cuando introducir las reglas
La introducción de normas depende en gran medida de lo que el niño es capaz de hacer. Algunos niños son más maduros y pueden manejar las cosas mucho mejor que otros niños a la misma edad.
Cuatro años es una gran edad para que los niños comiencen a contribuir al proceso de reglamentación, aunque ciertamente también puede involucrar a niños más pequeños. Incluso un simple "¿Qué te parece?" ayuda mucho a que se sientan parte del equipo.
Se pueden agregar otras reglas a medida que surja la necesidad de ellas. Si se le compra una bicicleta nueva, por ejemplo, deberás establecer reglas para su uso y cuidado.
En lugar de simplemente establecer la ley, intenta hacerle preguntas específicas al niño sobre cuáles creen que deberían ser las reglas para la bicicleta nueva, como lugares seguros para montarla y cómo se debe guardar.
Los niños que son demasiado pequeños o no lo suficientemente maduros como para establecer límites para ellos mismos pueden necesitar que intervengas y lo hagas por ellos. Pero aún puedes alentar la participación dándoles opciones dentro de los parámetros que has establecido.
Cuando se rompen las reglas
Los padres tradicionalmente determinan las consecuencias de romper las reglas, pero lo ideal es que los niños ayuden a determinar esas consecuencias.
Volviendo al ejemplo de la bicicleta: una vez que hayas establecido las reglas, pregúntale a tu hijo qué cree que debería suceder si esas reglas se rompen. La mayoría de las veces, dicen algo como "Creo que no podré montar en bicicleta por un tiempo".
En lugar de pelear a tu hijo cuando rompa una de las reglas, simplemente puedes decir "Veo que has decidido que no quiere montar en bicicleta durante un tiempo".
Los niños aceptarán más las consecuencias que ayudaron a determinar, y es más probable que tengan en cuenta esas consecuencias.
Ayudar a los niños a cumplir las normas establecidas
Los padres a menudo se sienten como un disco rayado que dice órdenes: "¡No toques esto! ¡No hagas eso! "
Pero hay otras formas más efectivas de mantener a tus hijos en el buen camino.
- Se consistente
No puedes esperar que tu hijo cumpla con las reglas cuando las aplica un día y haces la vista gorda al siguiente. La consistencia es la clave. Ya sea que la regla se haya roto por primera vez o la centésima, hacer cumplir las reglas es importante.
- Explica
Cuando te dicen que no hagas algo, quieres saber por qué. Los niños no son diferentes. Explícale a tu hijo por qué es importante colgar el abrigo. Dile que esto evitará que se ensucie o estropee. Y que así sabrá exactamente dónde está cuando sea el momento de volver a ponérselo.
- Sigue el progreso
Algunos niños son aprendices visuales, por lo que es útil mostrar las reglas donde puedan verlos. Especialmente cuando los niños tienen la edad suficiente para leer y se dan cuenta de que ayudaron a hacer esas reglas.
También puedes usar un sistema de tabla o cuenta para realizar un seguimiento del progreso.
- Tomar un tiempo de descanso
A veces es mejor sacar a un niño de la situación. Por ejemplo, si tu hijo no deja de jugar con el mando del televisor sin importar cuántas veces le pidas que no lo haga, intenta quitar el mando de su alcance o saca al niño de la habitación.
- Centrarse en lo positivo
A menudo pensamos en términos de hacer cumplir las reglas y de las consecuencias cuando se rompen. Pero no subestimes la efectividad del refuerzo positivo. En lugar de esperar a que tu hijo incumpla las reglas, infórmale cuando veas que las cumple.
Dile lo feliz que te hace que se haya lavado las manos antes de la cena o qué haya recogido los juguetes.
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