Nuevas familias: cuando uno o ambos miembros de la actual pareja tiene uno o varios hijos de relaciones anteriores.
La formación de una familia ensamblada presenta muchos retos para las nuevas parejas y sus hijos. La pareja se han elegido mutuamente, pero los hijos de ambos no lo han hecho. Reunir a una familia requiere mucha adaptación por parte de todos. Averigua qué puedes hacer para que todos los miembros de la nueva familia se lleven bien.
¿Cómo hacer que una familia mixta funcione?
Las familias mixtas, reconstituidas o ensambladas se forman cuando los adultos con una nueva relación se mudan juntos. Uno o ambos miembros de la pareja pueden tener hijos que vivan con la nueva pareja algunas o todo el tiempo. Con tiempo, energía y cuidado, las familias combinadas pueden funcionar bien.
Comprender los problemas futuros
La decisión de formar una nueva familia generalmente afecta a muchas personas diferentes:
- Los niños pueden estar emocionados por la nueva relación de mamá o papá, pero también pueden sentirse deprimidos por haber dejado su antiguo hogar, ansiosos por mudarse a una nueva ciudad, barrio y/o escuela y tristes por perder amigos. Pueden experimentar lealtades divididas entre el padre con quien viven y el padre que visitan regularmente.
- Los adultos pueden tener relaciones complejas con ex parejas. Elaborar detalles de crianza compartida no siempre es fácil.
- Los abuelos, las tías, los tíos y los primos también pueden verse afectados y deben procurar seguir formando parte de la vida de los niños con total normalidad.
- Las relaciones dentro de una nueva familia en donde hay hijos de otras relaciones también pueden presentar desafíos. Por ejemplo, es posible que un niño no conecte inmediatamente con su nuevo padrastro o madrasta o que haya problemas de competencia o conflicto entre hermanastros o hermanastras.
- Puede haber diferencias en los valores, las expectativas y las prácticas de crianza de los hijos entre la nueva pareja.
Hacer frente a los desafíos
Los profesionales con experiencia en apoyar a las familias mixtas ofrecen los siguientes consejos para parejas con hijos y en una nueva relación:
- Enfoque en las relaciones: Cuida tu nueva relación como adultos. Pon tiempo y esfuerzo en conversaciones honestas, serenas y respetuosas. Si hay conflicto, escucha sin culpar o apresurarte en las decisiones.
- Dedica tiempo a establecer relaciones con todos los niños, pero no intentes convertirte en la mejor amiga o amigo de la noche a la mañana. No esperes ser una súper madre o súper padre, que siempre hace las cosas bien.
- Respeta a los niños: Reconoce que cada niño es un individuo con una historia, sentimientos y derechos. No esperes que los niños jueguen juntos felizmente desde el principio, pero insiste en que todos se comporten educada y respetuosamente.
- Los niños se benefician de la previsibilidad y saben cómo se hacen las cosas en casa, así que mantengan las reglas y rutinas habituales de manera firme. Crea un sentido de pertenencia animando a los niños a guardar sus juguetes favoritos, libros, fotos, etc. en el nuevo hogar.
- Facilidad en la disciplina: A menudo es mejor que el padrastro o madrastra apoye el estilo de disciplina de los padres, en lugar de imponer los propios, especialmente al comienzo de la relación.
Familia ensamblada: ¿Cómo hacer que funcione?
Una de las claves para que una familia ensamblada funcione es tomarse el tiempo necesario para hacerlo bien. Aquí tienes algunos consejos:
- En primer lugar, conoce bien a tu nueva pareja sin los niños alrededor. Asegúrate de que te tomas en serio el desarrollo de la relación antes de presentar a tu hijo a tu nueva pareja. Si la unión se realiza con demasiada rapidez, el niño puede tener dudas sobre la relación y le resultará difícil establecer un vínculo con tu pareja.
- Realiza regularmente actividades divertidas con tu pareja y los niños (tuyos y de tu pareja) mientras mantienes tu propio apartamento o casa. Esto permite que los niños se conozcan poco a poco.
- Cuando se decide vivir juntos, lo mejor es trasladarse a un nuevo lugar para que todos se sientan como en casa. Si no es posible, intenta reorganizar el espacio para que todo el mundo lo sienta como un hogar y no como visitante.
- Crea un espacio para cada niño. Si comparten habitación, asegúrate de que cada niño tenga su propio espacio, como cajones, estanterías y un lugar para colocar los juguetes.
- Trabaja con tu pareja para determinar las reglas de la familia basándote en lo que es importante para ambos. Lo mejor es ceñirse a no más de 3 a 5 reglas (por ejemplo, hablar amablemente con los demás, compartir y sentarse a la mesa). Acuerda también de antemano cómo intervenir con los niños cuando se infrinja una norma.
- Haz equipo con tu compañero. Compartid vuestros sentimientos y preocupaciones con los demás para ayudaros mutuamente. Si surge una situación difícil con un niño, es importante hablarlo juntos en privado, no delante de los niños, para intentar encontrar una solución.
Uno de los mayores retos para un niño que pasa por una reorganización familiar es aprender a compartir la atención y la disponibilidad de sus padres con nuevas personas. El niño puede tener miedo de perder su lugar con su progenitor cuando una nueva pareja y otros hijos entren en su vida.
Cuando un niño reacciona mal, no suele ser porque esté resentido con la nueva pareja o con los hijos. Más a menudo, es porque sienten que su lugar está amenazado. Para ayudar a tu hijo a adaptarse bien, es importante que sigas prestándole mucha atención, que pases tiempo con él y que le hagas saber que le sigues queriendo a pesar de los cambios en tu vida familiar.
¿Cómo hacer que funcione la convivencia?
- Permite que los niños se conozcan a su propio ritmo. No les obligues a jugar juntos ni a considerarse hermanos.
- Intenta encontrar actividades que los niños puedan disfrutar compartiendo y haciendo. Pregúntales si quieren hacerlas juntos.
Realiza actividades y juegos juntos (padres con hijos) para que todos se conozcan mejor. - Crea rituales específicos para tu nueva familia ensamblada. Por ejemplo, los viernes pueden convertirse en una noche de pizza y cine en casa.
- Asegúrate de ser justo con todos los niños. Evita favorecer a un hijo: el tuyo o el de tu pareja.
- Si hay discusiones o conflictos, trabaja con los niños para encontrar una solución.
- Presta atención a las tensiones que puedan experimentar los niños. Si ves que algo no va bien (por ejemplo, dolor, enfado, frustración), no dudes en hablar con ellos sobre ello. Anímales a expresar sus sentimientos. Esto les ayuda a sentirse comprendidos y fomenta las buenas relaciones.
- Reserva un tiempo a solas con tu hijo. Por ejemplo, pueden jugar a un juego, ir de compras juntos, asistir a una clase para padres e hijos o leer un cuento. Tu hijo necesita sentir que sigue teniendo un lugar especial en tu corazón para adaptarse bien a la nueva familia.
- Celebrar reuniones familiares periódicas. Se trata de una oportunidad para que todos puedan expresar sus preocupaciones y frustraciones sin ser juzgados. Todos deben poder decir lo que piensan y cómo se sienten, y los padres deben asegurarse de que todos se escuchen y traten de entenderse.
- Utiliza el juego para conocer al hijo de tu pareja. Compartir momentos positivos ayuda a crear confianza y un vínculo de apego. Respeta el ritmo del niño. No intentes que te quiera a toda costa. No lo obligues a realizar actividades contigo si no quiere.
- Tómate el tiempo necesario para explicar tu papel al hijo de tu pareja. Para tranquilizarle, puedes decirle que no intentas sustituir a su otro progenitor y que comprendes que tu llegada está provocando muchos cambios en su vida.
Si surge un conflicto con el hijo de tu pareja, recuerda que tu presencia está provocando muchos cambios en su vida. Intenta comprender la necesidad que hay detrás de su reacción o comportamiento difícil. Por ejemplo, podrías decir: "No es fácil compartir tu vida con alguien que no has elegido...". "Ayúdales a expresar sus sentimientos sin juzgarlos e intenta resolver la situación. Si cree que el niño no quiere hablar de ello contigo, pídele a tu pareja que tome el relevo.
Si las discusiones y los comportamientos difíciles persisten a pesar de tus esfuerzos por fomentar un buen entendimiento, podrías considerar la posibilidad de hacer terapia familiar. Consultar a una persona neutral y capacitada puede ayudar a todos a adaptarse a la nueva situación.
🔅 También te puede interesar leer:
- Conciliación de la vida Personal, Familiar y Profesional
- Día de la Familia - Banco de Recursos Educativos
- La familia crece: Los celos ante la llegada de un hermano
- Cómo Resolver Conflictos con los Abuelos de tus Hijos
- Crianza: ¿Cómo no repetir los errores de nuestros padres?
- ¿La crianza positiva es aplicable en la vida cotidiana?
- ¿Cómo ponernos de acuerdo sobre la crianza de los niños?
- Crianza autoritaria: ¿la forma correcta de criar a mis hijos?
- ¿Qué es la crianza paralela? Cómo crear un plan que funcione
- ¿Qué es la crianza consciente? Lo que necesitas saber
- Estilos de Crianza y como influyen en el Comportamiento
***El contenido de este sitio web es solo para fines informativos, es de carácter general y no está destinado a diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad, y no constituye asesoramiento profesional. La información en este sitio web no debe considerarse completa y no cubre todas las enfermedades, dolencias, condiciones físicas o su tratamiento. Debe consultar con su médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, pérdida de peso o atención médica y / o cualquiera de los tratamientos de belleza.