La ansiedad no sólo está en tu cabeza
Si tienes ansiedad, es posible que te sientas preocupado, nervioso o temeroso por los acontecimientos ordinarios. Estos sentimientos pueden ser molestos y difíciles de manejar. También pueden hacer que la vida diaria sea un desafío.
La ansiedad también puede causar síntomas físicos. Piensa en un momento en el que te sentiste ansioso. Tal vez tus manos estaban sudorosas o tus piernas temblorosas. Es posible que tu ritmo cardíaco se haya acelerado. Podrías haberte sentido mal del estómago.
Puedes haber vinculado estos síntomas con tu nerviosismo. Pero tal vez no estabas seguro de por qué te sentías mal.
La mayoría de las personas experimentan ansiedad en ocasiones. La ansiedad puede ser grave o convertirse en un trastorno si dura mucho tiempo, causa mucha angustia o interfiere con tu vida de otras maneras.
Los tipos de ansiedad incluyen:
- Trastornos de pánico.
- Trastorno de ansiedad generalizada (TAG).
- Ansiedad de separación.
- Ansiedad social.
- Fobias.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Algunos tipos de ansiedad tienen síntomas únicos específicos de los miedos relacionados con la ansiedad. Sin embargo, en general, los trastornos de ansiedad comparten muchos síntomas físicos.
Continúa leyendo para obtener más información sobre los síntomas físicos de la ansiedad y cómo pueden afectarte.
Cómo afecta la ansiedad al cuerpo
La ansiedad puede tener síntomas físicos que afectan a la salud y a la vida diaria.
Síntomas físicos de la ansiedad
- Dolor de estómago, náuseas o problemas digestivos.
- Dolor de cabeza.
- Insomnio u otros problemas de sueño (despertarse con frecuencia, por ejemplo).
- Debilidad o fatiga.
- Respiración rápida o falta de aliento.
- Latidos del corazón o aumento de la frecuencia cardíaca.
- Sudores.
- Temblores.
- Tensión o dolor muscular.
Los tipos específicos de ansiedad pueden tener síntomas físicos adicionales.
Si tienes un ataque de pánico, es posible que:
- Pienses que vas a morir.
- Tengas problemas para respirar o sientas que te estás ahogando.
- Tengas sensaciones de entumecimiento u hormigueo en partes del cuerpo.
- Tengas dolor en el pecho
- Te sientas mareado, o como si te pudieras desmayar.
- Te sientas sobrecalentado o con escalofríos.
La ansiedad, la respuesta del cuerpo al estrés, es la forma en que el cuerpo te alerta de las amenazas y te ayuda a prepararte para afrontarlas. Esto se llama la respuesta de lucha o huida.
Cuando el cuerpo responde a un peligro, se respira rápidamente porque los pulmones están tratando de mover más oxígeno a través del cuerpo en caso de que se necesite escapar. Esto puede hacerte sentir como si no estuvieras recibiendo suficiente aire, lo que podría desencadenar en más ansiedad o pánico.
Tu cuerpo no está destinado a estar siempre en alerta. Estar en modo de lucha o huida constante, lo que puede suceder con la ansiedad crónica, puede tener efectos negativos y graves en tu cuerpo.
Los músculos tensos pueden prepararte para alejarte rápidamente del peligro, pero los músculos que están constantemente tensos pueden provocar dolor, dolores de cabeza por tensión y migrañas.
Las hormonas adrenalina y cortisol son responsables del aumento de los latidos del corazón y la respiración, lo que puede ayudar cuando te enfrentas a una amenaza. Pero estas hormonas también afectan a la digestión y al azúcar en la sangre.
Si a menudo estás estresado o ansioso, la liberación frecuente de estas hormonas puede tener efectos de salud a largo plazo. La digestión también puede cambiar en respuesta.
¿Es la ansiedad?
Si los síntomas afectan a tu salud emocional o dificultan tu vida cotidiana, es una buena idea consultar a un médico. Tu médico de cabecera puede descartar los problemas médicos que causan los mismos síntomas.
Si tus síntomas físicos no tienen una causa médica, podrías tener ansiedad. Un profesional de la salud mental puede diagnosticar la ansiedad y otros problemas de salud mental.
Si bien no existe un examen médico para la ansiedad, hay herramientas de detección que un psiquiatra, psicólogo, terapeuta o consejero puede usar para ayudar a determinar si tienes ansiedad.
Un profesional de la salud mental te preguntará acerca de todos tus síntomas, físicos y emocionales, para determinar si tienes un trastorno de ansiedad. También querrá saber durante cuánto tiempo has tenido los síntomas y si han aumentado en gravedad o fueron desencadenados por un evento específico.
Hay datos importantes que debe compartir con tu terapeuta:
¿Estás consumiendo sustancias?
¿Te has estado haciendo daño a ti mismo o estás pensando en hacerte daño a ti mismo o a otros?
Cualquiera de estas cosas puede afectar el diagnóstico y el tratamiento. Muchas personas tienen ansiedad junto con otra condición de salud mental, como la depresión. Contarle a tu terapeuta todos tus síntomas puede ayudarle a obtener el diagnóstico más preciso y el tratamiento más útil.
Debido a que la ansiedad puede tener un impacto muy serio en la salud, es importante buscar ayuda. La ansiedad leve puede desaparecer por sí sola o después de que el evento que la causa haya terminado, pero la ansiedad crónica a menudo persiste y puede empeorar.
Tratamiento de los síntomas físicos de la ansiedad
El tratamiento de la ansiedad depende de los síntomas que tengas y de su gravedad.
La terapia y la medicación son los dos tratamientos principales para la ansiedad. Si experimentas síntomas físicos, la terapia de conversación o los medicamentos a menudo conducen a la mejora de estos síntomas.
La terapia cognitiva conductual (TCC) es una de las opciones terapéuticas más comunes y efectivas para la ansiedad.
Autocuidado para prevenir la ansiedad:
- Sé físicamente activo, si eres capaz. El ejercicio puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la salud física. Si no puedes ser activo, intenta sentarse al aire libre todos los días. Las investigaciones demuestran cada vez más que la naturaleza puede beneficiar la salud mental.
- Evita el alcohol, la cafeína y la nicotina. Cualquiera de ellos puede empeorar la ansiedad.
- Prueba técnicas de relajación. La respiración profunda, la meditación y el yoga pueden beneficiarte. Estas técnicas se consideran seguras, pero es posible experimentar un aumento de la ansiedad como resultado.
- Prioriza el sueño. Los problemas de sueño suelen acompañar a la ansiedad. Trata de dormir lo más que puedas. Sentirse descansado puede ayudarte a sobrellevar los síntomas de la ansiedad. Dormir más también puede reducir los síntomas.
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