El síndrome en espejo es otro término para lo que también se conoce como síndrome de Ballantyne o triple edema. Se produce en el embarazo cuando el feto tiene un exceso anormal de líquido y la mujer tiene preeclampsia, una forma de hipertensión o presión arterial alta. Es una afección poco frecuente. Sin embargo, cuando se produce es extremadamente grave y puede poner en peligro la vida de la mujer.
Las complicaciones del embarazo, como el síndrome en espejo, pueden ser estresantes y aterradoras, pero reconocer los síntomas e informar a su médico son los primeros pasos hacia un diagnóstico y tratamiento adecuados. Es importante actuar con prontitud cuando algo es atípico durante el embarazo; esto puede marcar la diferencia.
Síntomas
Es importante detectar los síntomas del síndrome en espejo lo antes posible para recibir el tratamiento adecuado. A veces, estos síntomas pueden solaparse con otras afecciones, como la preeclampsia, por lo que el examen y el diagnóstico profesional son cruciales. El síndrome en espejo puede confundirse con la preeclampsia; es importante descartar el síndrome en espejo si también se diagnostica preeclampsia.
Los síntomas del síndrome del espejo pueden incluir:
- Hinchazón importante y severa.
- Presión arterial alta.
- Proteínas en la orina (fácilmente diagnosticables mediante un análisis de orina en la consulta del médico).
- Aumento de peso significativo y excesivo en un periodo corto de tiempo.
A veces, el síndrome en espejo aparece en un análisis de sangre a través de la hemodilución (una condición en la que hay más plasma en la sangre y un menor número de glóbulos rojos). Esto ocurre debido al exceso de líquido que se ha acumulado en el cuerpo.
Causas
Debido a su rareza, no se conocen las causas exactas del síndrome en espejo. Sin embargo, el síndrome en espejo suele estar causado por algo llamado hidropesía fetal. La hidropesía fetal es una afección en la que el líquido sale del torrente sanguíneo y se acumula en los tejidos del feto. Puede estar causada por una variedad de cosas dependiendo del tipo de hidropesía fetal, pero a menudo se desarrolla a partir de complicaciones que interfieren con la capacidad natural del feto para regular el líquido.
Los tipos de complicaciones que causan la hidropesía fetal pueden incluir infecciones, síndromes genéticos, problemas cardíacos y trastornos metabólicos, entre otros. En algunos casos, si una mujer está embarazada de gemelos, el síndrome de transfusión entre gemelos puede causar hidropesía fetal.
A su vez, estas complicaciones pueden causar preeclampsia en la madre como parte del síndrome en espejo, además de líquido en los pulmones.
Diagnóstico
No existe una prueba específica para diagnosticar el síndrome en espejo. Sin embargo, los resultados de otras pruebas pueden conformar un diagnóstico adecuado. El exceso de líquido en el feto suele verse en la ecografía, y la preeclampsia puede ser diagnosticada por el médico que atiende el embarazo basándose en las lecturas de la presión arterial y/o las proteínas en la orina.
Estas pruebas, junto con los síntomas notificados por la mujer y otros signos que el médico o el profesional sanitario puedan observar, son herramientas valiosas para hacer un diagnóstico del síndrome en espejo.
Tratamiento
Dado que el síndrome en espejo es tan poco frecuente, el tratamiento puede variar en función de la situación concreta. El tratamiento suele depender de la causa subyacente de la hidropesía fetal, así como de la gravedad de la preeclampsia. Si la causa se conoce y puede tratarse, el tratamiento puede aliviar los síntomas del síndrome en espejo tanto para la madre como para el bebé.
En otros casos, especialmente si la preeclampsia es grave, puede estar indicado el parto y entonces los síntomas maternos se aliviarán en cuestión de días. Tras el parto, el personal de la unidad de cuidados intensivos neonatales se ocupará de la hidropesía y proporcionará el tratamiento adecuado, dependiendo de la causa subyacente.
Si tienes algún síntoma de síndrome en espejo o preeclampsia, es importante que lo tomes en serio. Asegúrate de mencionar cualquier síntoma que tengas, por mínimo que sea, a tu médico.
Los síntomas pueden resultar ser molestias normales del embarazo. Sin embargo, si resultan ser motivo de preocupación, es mejor hablar de ello en cuanto notes los signos. Habla con tu médico o matrona sobre tus signos y síntomas y sobre cualquier cambio en los movimientos de tu bebé. Los cuidados prenatales regulares también podrán ayudar a vigilarte para detectar cualquier signo de preeclampsia y la monitorización del feto.
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