Aproximadamente el 12% de las mujeres en edad fértil tienen una discapacidad, es decir, cualquier impedimento que suponga una limitación de su capacidad para desempeñar funciones sociales o acceder a los servicios necesarios. Sin embargo, se sabe poco sobre las necesidades se pareja, anticonceptivas y perinatales de las mujeres con discapacidad, y no se dispone de muchos datos para ayudar a los médicos a atender una discapacidad durante el embarazo. La atención médica (y los registros médicos e investigaciones disponibles) para estas mujeres tiende a centrarse en la discapacidad y no en el embarazo. Aun así, los nuevos datos indican que las mujeres con y sin discapacidad tienen las mismas posibilidades de tener un parto sano y sin complicaciones.
Una discapacidad puede ser física, mental, sensorial o de aprendizaje. Puede ser una afección de toda la vida o un cambio reciente en el estado de salud; puede ser estable y requerir un apoyo mínimo o puede requerir cuidados y atención continuos. A la hora de considerar un embarazo, las discapacidades deben considerarse como parte de la salud y el bienestar generales de la mujer y en relación con su capacidad de afrontamiento y el apoyo familiar.
¿Qué cambiará?
En general, las mujeres con discapacidad tienen las mismas probabilidades de quedarse embarazadas que las mujeres sin discapacidad. Tener una discapacidad no significa inmediatamente que se vaya a tener un embarazo de alto riesgo, pero se puede ser propensa a ciertas complicaciones. Por ejemplo, las mujeres con lesiones medulares son más propensas a sufrir infecciones del tracto urinario y problemas respiratorios durante el embarazo. Los cambios de peso pueden afectar al equilibrio y a la forma de caminar o moverse, por lo que si una discapacidad ya afecta a estas actividades, el embarazo puede hacerlas aún más difíciles.
Durante el parto, las lesiones de la médula espinal y otras afecciones neurológicas o problemas musculoesqueléticos pueden afectar al uso de la anestesia. Si es posible, reúnete con el equipo de anestesia antes del parto (por ejemplo, en las últimas semanas de tu embarazo) para que puedan estar preparados para cualquier consideración especial relacionada con la anestesia epidural.
Las mujeres que toman medicamentos relacionados con su discapacidad durante el embarazo deben hablar con su médico sobre la seguridad de los mismos. Algunos medicamentos no son seguros cuando se está intentando concebir o durante el embarazo. El médico te indicará qué medicamentos debes seguir tomando y cuáles debes cambiar.
Qué esperar
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Una de las barreras más importantes a las que se enfrentan las mujeres con discapacidad son las actitudes de otras personas. Los prejuicios sociales y las suposiciones sobre los deseos, las necesidades y las capacidades de las personas con discapacidad están muy extendidos. Muchas mujeres con discapacidad han llegado a decir que los profesionales sanitarios daban por sentado que nunca querrían quedarse embarazadas y, cuando lo hacían, los profesionales sanitarios cuestionaban su capacidad para cuidar de un niño.
Lo que se puede hacer
Las mujeres con discapacidad han señalado que la planificación previa es el paso más importante para garantizar un embarazo saludable. La búsqueda de médicos con experiencia en su discapacidad específica también mejoró la experiencia del parto. Por suerte, muchas consultas de obstetricia y sistemas hospitalarios están desarrollando programas con atención especializada para muchos tipos de discapacidad.
Las mujeres con discapacidades comparten cada vez más sus historias y experiencias a través de plataformas de medios sociales, grupos de apoyo e incluso investigaciones clínicas formales y estructuradas para ayudar a los proveedores de atención sanitaria a atender a otras mujeres durante el embarazo y para ofrecer consejos y apoyo a sus compañeras que están embarazadas.
Qué significa todo esto
En general, los profesionales sanitarios, especialmente los obstetras y ginecólogos, deberían centrarse más en las capacidades de la mujer que en sus discapacidades. Y la atención y la comunicación deben capacitar a las mujeres, no desanimarlas. Afortunadamente, cada vez hay más recursos disponibles para apoyar a las mujeres con discapacidad (y a sus médicos) que están embarazadas y en transición a la maternidad. Buscar estos recursos y abogar por su propia atención es una gran preparación para la maternidad.
Tener una discapacidad probablemente planteará retos adicionales durante el embarazo, pero, con el apoyo y los cuidados adecuados, tienes tantas posibilidades de tener un bebé sano como cualquier otra mujer.
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