La artritis se define como una inflamación de las articulaciones. La artrosis es la forma más común de artritis y afecta a millones de personas en todo el mundo. Se produce cuando el cartílago entre los huesos -que normalmente protege y amortigua la articulación- se desgasta. Esta pérdida de cartílago se produce gradualmente con el paso del tiempo y, por ello, la artrosis es más frecuente en personas mayores que en jóvenes. Sin embargo, la rotura del cartílago también puede producirse en personas con lesiones por uso repetitivo y estrés en las articulaciones, como los deportistas, por lo que los síntomas pueden empezar a aparecer a los 20 o 30 años.
Los síntomas de la artrosis aparecen sobre todo en las articulaciones que soportan peso, como las rodillas, las caderas y la columna vertebral, pero también afecta con frecuencia a los dedos, el pulgar, el cuello y el dedo gordo del pie. Los síntomas de la artrosis se desarrollan lentamente y pueden incluir dolores articulares, dolor después de un uso excesivo o de largos periodos de inactividad, rigidez articular después de periodos de descanso, agrandamientos óseos en las articulaciones medias y finales de los dedos e hinchazón articular.
Es más probable que se desarrolle osteoartritis si un miembro de la familia la padece, si se nace con una deformidad articular, si se es obeso o si se ha sufrido una lesión articular o un uso excesivo de las articulaciones. A veces, otras enfermedades pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis.
La artrosis suele tratarse con una combinación de ejercicio, pérdida de peso (si es necesario), fisioterapia y medicamentos. El paracetamol, el ibuprofeno y el naproxeno son las recomendaciones más comunes de venta libre para el dolor relacionado con la artritis.
Si estás embarazada y tienes artrosis, el aumento de peso extra puede empeorar tus síntomas. Es posible que aumente el dolor en las rodillas y los espasmos musculares o el entumecimiento de las piernas. Al igual que en el caso de la artrosis en personas no embarazadas, el tratamiento con ejercicio y medicamentos suele aliviar los síntomas durante el embarazo. El ejercicio durante el embarazo tiene innumerables beneficios para ti y para tu bebé, y debes incluir en tu rutina ejercicios de flexibilidad y amplitud de movimiento. Caminar y nadar son actividades particularmente seguras y de bajo impacto que son apropiadas para la mayoría de las mujeres embarazadas.
El paracetamol suele considerarse seguro durante el embarazo, y el ibuprofeno y el naproxeno son seguros para la mayoría de las mujeres, al menos durante los dos primeros trimestres. También pueden utilizarse analgésicos tópicos, y puede considerarse la posibilidad de aplicar inyecciones de esteroides a las pacientes que no responden a otros tratamientos. Consulta a tu médico o farmacéutico sobre cualquier medicamento (con o sin receta) que puedas necesitar durante el embarazo.
Los tratamientos no farmacológicos, como las compresas de calor o frío, el descanso, la elevación de los pies, el sueño reparador y la práctica de técnicas de relajación, pueden aliviar el dolor y el estrés asociados al embarazo y la artrosis. Además, mantén una buena postura, ya que una mala postura añade tensión a tus articulaciones, y lleva un calzado cómodo y con apoyo.
Por lo general, la artrosis no tiene un impacto negativo en el embarazo, más allá de aumentar las molestias. El bebé no se verá afectado por el proceso de la enfermedad y no tendrás un embarazo, un parto o un alumbramiento más difíciles si tienes artrosis.
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