¿Cuáles son las necesidades de sueño del bebé?
No importa si tu hijo tiene el sueño corto o largo, si se levanta temprano o si duerme hasta tarde. Lo importante es que tenga la cantidad y calidad de sueño que necesita. Un requisito previo para un buen desarrollo.
El sueño del bebé es esencial. Además de recuperarse de la fatiga física y nerviosa, sirve para construir los circuitos nerviosos y promueve muchas funciones mentales y psíquicas como la memorización y el aprendizaje. Además, es durante los primeros meses que el niño establece la estructura de su sueño adulto.
Necesidades de sueño de los bebés y los niños
El sueño es una necesidad que varía de un niño a otro, a veces incluso de un día para otro. En promedio:
- El recién nacido duerme: 16 a 17 horas al día.
- El niño a partir de los 3 años duerme: 12 horas al día.
- El niño a partir de los 6 años duerme: 10 horas al día.
- Adolescentes a partir de 12 años: 9 horas al día.
El sueño del bebé: Ciclos especiales
El sueño del bebé se construye a partir del período fetal. Ya se puede observar una alternancia de actividad e inmovilidad, aunque el sueño del feto sea independiente del sueño de la madre.
El ciclo de sueño del bebé
Al nacer, el ciclo de sueño del bebé es corto y numeroso: de 18 a 20 ciclos por día, que duran de 50 a 60 minutos (unos 90 minutos en los adultos).
El ciclo de sueño infantil alterna entre períodos de sueño agitado y períodos de sueño tranquilo.
El recién nacido no tiene todavía un ritmo día/noche y el sueño se divide en períodos de 3-4 horas. Por lo tanto, es bastante normal que el bebé se despierte por la noche.
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De 3 a 6 meses: el ritmo día/noche se establece
En el espacio de 3 meses, el sueño del bebé cambia muy rápidamente. Es entonces cuando todos los componentes del sueño adulto entran en su lugar: el sueño inquieto da paso al sueño REM (estable), que se encuentra en los adultos. El sueño tranquilo da paso al sueño lento. Es la aparición de la periodicidad día/noche, los ritmos circadianos, la temperatura, los ritmos cardio-respiratorios y las secreciones hormonales.
Los períodos de sueño nocturno se están alargando. Si un recién nacido puede dormir 4 horas seguidas, un bebé de 3 a 6 meses puede dormir hasta 9 horas consecutivas.
El ritmo día/noche se establece generalmente antes de los 6 meses, pero depende principalmente de los ritmos externos (ingesta regular de alimentos, tiempo para juegos, paseos, hora de dormir...). Por lo tanto, varía de un niño a otro.
Al mismo tiempo, la calidad del sueño cambia. Los períodos de sueño agitado desaparecen en favor de un sueño más estable y profundo.
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De 6 meses a 6 años: dormir como adultos
A partir de los 6 meses, los niños se duermen en un sueño de ondas lentas como adultos y niños mayores. Luego, a partir de los 9 meses, la estructura del sueño se asemeja a la de un adulto y el sueño se estabiliza rápidamente durante las primeras 4 horas. La primera parte de la noche consiste casi exclusivamente en un profundo sueño de ondas lentas, acompañado de despertares incompletos. La segunda parte presenta breves despertares que acompañan a cada cambio de ciclo.
El niño de 6 meses a 4 años reducirá gradualmente el tiempo de sueño durante el día. Pasará de 3 a 4 siestas diarias alrededor de 6 meses, a 2 alrededor de 12 meses, y luego sólo una alrededor de 18 meses.
La cantidad total de sueño disminuye lentamente entre 6 meses y 6 años para llegar a 12 horas en promedio entre 3 y 5 años. A partir de entonces, la estructura del sueño nocturno es muy similar a la de un adulto.
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De 6 a 12 años: lleno de energía
De 6 a 12 años, los niños gastan mucha energía durante el día y se duermen rápidamente por la noche. La duración total del sueño se convierte gradualmente en menos de 12 horas. A esta edad, el sueño es estable y los despertares son muy breves.
¿Cómo se ve a un bebé que no duerme lo suficiente?
Un bebé o un niño que no duerme lo suficiente es:
- Le cuesta despertarse por la mañana.
- Está cansado (se frota los ojos, bosteza).
- Irritable o malhumorado (llora fácilmente).
- Comete errores inusuales en el colegio y no está atento.
- No quiere jugar.
Por el contrario, el mejor indicador de un buen sueño es un bebé o un niño que se despierte de buen humor, que esté en buena forma durante el día y que permanezca tranquilo, atento y de buen humor entre las 4 y las 8 de la tarde.
Cuando aparecen dificultades de sueño en los niños, se debe prestar gran atención a la distribución del sueño diurno, incluyendo el número y la duración de las siestas. Puede que sea necesario reorganizar el sueño para que esté más cerca de la edad del niño. Para saber más acerca de la siesta del bebé, lee nuestro artículo "La siesta: ¿Cómo hacer que el niño duerma bien?.
5 consejos para ayudar a tu hijo a conciliar el sueño
- Nada de pantallas (televisión, tabletas, consolas) en la media hora anterior a la hora de acostarse.
- Evita la luz: aunque tu hijo tenga miedo a la oscuridad y quiera su luz nocturna, recuerda apagarla una vez que tu pequeño esté en el país de los sueños.
- Lee un libro o cuenta una historia para ayudarle a distraerse.
- Cena temprano (si es posible) y no dejes que tu hijo vea la televisión entre las comidas y la hora de acostarse.
- Eliminar las bebidas azucaradas de su dieta por la noche.
- Haz que la hora de acostarse sea un momento relajante en el que tú y tu hijo podáis reuniros y compartir un buen rato.
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