Ah, esas pequeñas palabras. Se las repetimos TODO el tiempo a nuestros hijos. Pero, ¿Los niños están insensibilizados a la frase "te quiero"?
El "te quiero" no es sólo una frase que decimos antes de ir al colegio o a la cama. Y aunque deberíamos seguir diciendo esas palabritas, quizás
podríamos complementarlas para que nuestros hijos reciban el mensaje alto y claro.
Otras formas de decir te quiero a tu hijo:
Aquí hay otras 16 frases que puedes usar en lugar de (o además de) "Te quiero".
- Te quiero muchísimo.
- Significas el mundo para mí.
- Mi amor por ti nunca cesará.
- Pase lo que pase, siempre te querré.
- Cuando te miro, mi corazón siente tanto amor.
- Te quiero infinitamente.
- ¡Eres mi niño favorito de cinco años!
- ¡Me encantas por dentro y por fuera!
- ¡Te quiero desde los dedos de los pies hasta la nariz!
- Eres un tesoro precioso para mí.
- Te quiero sin importar lo que hagas.
- Te quiero más que a todas las estrellas del cielo/la arena de la playa/la hierba del prado.
- El día que naciste mi corazón explotó de felicidad.
- Sólo mirar tu cara me hace sonreír.
- A veces, si me siento triste, sólo pensar en ti me hace sentir mejor.
- Quiero pilotar un avión con una pancarta que diga "¡AMO A MI HIJO!".
- A veces creo que mi corazón podría estallar de tanto amarte.
- Te amé desde el momento en que te vi.
- Mi amor por ti es TAN grande.
- Eres tan preciosa para mí.
- Te quiero más y más cada día.
- Sonrío cuando pienso en ti.
- Me encanta pasar tiempo contigo.
- Te adoro.
- Te quiero con todo mi corazón.
- Te amo.
También podemos decir "te quiero" con nuestras acciones. Aquí tienes acciones extra para decir "te quiero".
Decir "te quiero" con acciones
- Crea un código familiar. tocarse el ojo, golpearse el pecho con el puño y señalar. Es un propio lenguaje de signos para decir "te quiero" y pueden usarlo los unos con los otros en una habitación llena de gente.
- Construye una guarida para cuando lleguen a casa. Sorpréndeles con todo un fuerte mágico.
- Ríete de sus chistes.
- Escribe una nota dulce y déjala en el espejo del baño.
- Haz un dibujo de su personaje de dibujos animados favorito.
- Prepara su comida o merienda favorita, porque sí.
- Acude a una cita entre madre e hija (o entre madre e hijo).
- Cuando le cojas de la mano, apriétale suavemente tres veces. (Quizá tengas que explicarles que eso significa "te quiero").
- Túmbate en el suelo y juega a los trenes... o a las muñecas... o a los legos. (¡Ya entiendes la idea!)
- Inventa un apretón de manos secreto.
- Cuéntales un chiste divertido.
- Escúchales con atención cuando tengan algo que decir. (¡Y no olvides el contacto visual!)
- Hazles cosquillas.
- Disfruta con ellos su película o programa de televisión favorito.
- Pide perdón cuando te equivoques.
- Enséñales a trabajar duro.
- Disciplínalos.
- Ayudarles con los deberes.
- Asegúrate de que duermen lo suficiente.
- Hacer galletas con ellos.
- Léeles cuentos e historias.
- Haz una gran fiesta en su cumpleaños.
- Ayúdale a aprender a fijarse objetivos.
- Enséñales a ayudar a los demás.
- Juega con ellos.
- Llévales de acampada.
- Enséñales a gastar su dinero de forma inteligente.
- Construye un fuerte con ellos.
- Felicítalos a menudo, y hazlo en serio.
- Diles siempre la verdad.
- Desafíeles a ser mejores.
- Recompénseles por un trabajo bien hecho.
- Ponles apodos especiales.
- Salgan a pasear juntos.
- Haz que se cepillen los dientes.
- Dejarles notas de amor en sus fiambreras.
- Ten paciencia con ellos.
- Enséñales a hacer la cama perfectamente.
- Ayúdales a reconocer a los buenos amigos.
- Tengan tradiciones familiares.
- Dejar el teléfono a un lado.
- Cumplir con lo prometido.
- Di te quiero, y dilo a menudo.
No podemos ser demasiado cuidadosos a la hora de demostrar a nuestros hijos lo mucho que les queremos. Queremos criar hijos que no tengan dudas sobre el alcance de nuestro amor, que puedan contar todas las formas en que les hemos dicho que les queremos. Que, cuando sean adultos y piensen en su infancia, puedan enumerar ejemplo tras ejemplo de las veces que les demostramos nuestro amor más allá de nuestro diligente deber de cuidado.
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