¿Qué es la insulina y qué hace en el cuerpo?
La insulina es una de las hormonas proteicas segregadas por el páncreas, que extrae la glucosa de nuestras comidas y la transfiere a las células. Desempeña un papel importante en la utilización de esta glucosa y en proporcionar a las células la energía que necesitan para trabajar.
Normalmente, el páncreas segrega una pequeña cantidad basal de insulina a lo largo del día. Además de la cantidad basal, se libera más insulina en el torrente sanguíneo para controlar los niveles de glucosa que aumentan con cada comida.
Relación entre la insulina y la diabetes
Las personas con diabetes podrían estar experimentando una combinación de los siguientes problemas relacionados con la insulina:
- Insulina inadecuada - Producción reducida de insulina en el cuerpo en la que, por ejemplo, no se observa ningún pico de insulina después de las comidas.
- Insulina ausente - Ausencia total de insulina en el cuerpo, de manera que ni siquiera la secreción basal está presente.
- Insulina ineficaz - Resistencia a la insulina, es decir, una respuesta reducida/inadecuada de la insulina frente a la ingesta de glucosa, hasta el punto de que incluso los niveles elevados de insulina en la sangre no son capaces de realizar su función.
El grado de afectación de la vida cotidiana depende del tipo de diabetes diagnosticada. Los pacientes con diabetes de tipo 1 experimentan una ausencia total de insulina, mientras que la diabetes de tipo 2 se caracteriza por la respuesta ineficaz o inadecuada de la insulina a la glucosa.
Es importante señalar que una de las formas de mejorar la sensibilidad a la insulina es regularizar el estilo de vida y aumentar la actividad física diaria.
¿Dónde debo inyectarme la insulina?
Por lo general, durante las consultas preliminares se aconseja a los pacientes cuál es el mejor lugar para las inyecciones de insulina. Se aconseja rotar el lugar de la inyección y se le anima a trazar un patrón en diferentes zonas del cuerpo.
Las mejores zonas para la inyección son:
- El abdomen, dejando una anchura de 3 dedos alrededor del ombligo.
- Muslo - la parte superior y externa de la mitad del muslo.
- Brazos - la parte superior y posterior de los brazos.
Consejos para el almacenamiento de la insulina
La temperatura ideal para almacenar la insulina es entre 2-8° C, y nunca debe exponerse a una temperatura superior a 30° C.
La insulina no debe congelarse nunca, ya que corre el riesgo de perder su potencia en estos casos. Recuerda también que debes desechar la insulina después de 28 días de haber abierto el cartucho.
Se recomienda guardar la insulina en las puertas de la nevera de casa. Si vas a viajar, lleva la insulina contigo en una bolsa de hielo. En caso de que tengas que viajar durante más tiempo, puedes guardarla en un termo con una bolsa de hielo, sobre todo si no se dispone de instalaciones de refrigeración.
¿Cuáles son los riesgos asociados al uso de la insulina?
- Si tienes el hábito de saltarte las comidas o tienes horarios irregulares, tus dosis regulares de insulina pueden empezar a afectar a tu salud, ya que baja el nivel de azúcar en sangre. Esto se puede controlar fácilmente regulando los horarios de las comidas. Si experimenta síntomas de hipoglucemia, como palpitaciones, temblores o mareos, sigue la "regla de los 15", que consiste en comer o beber 15 gramos de azúcar, relajarse durante 15 minutos y controlar los niveles de glucosa.
- Ten en cuenta que el aumento de peso sólo se produce si los pacientes reciben dosis muy altas de insulina. Tomar pequeñas cantidades de insulina no afectará drásticamente a tu peso. Además, el miedo a la hipoglucemia puede desencadenar atracones en algunas personas y, por tanto, provocar un aumento de peso.
- Acudir a un asesoramiento adecuado en diabetes puede ayudarte a evitar un aumento de peso innecesario. Una dieta adecuada y el ejercicio regular contribuyen en gran medida a un IMC saludable.
- Es importante que inspecciones el lugar de la inyección en busca de bultos y decoloración antes de administrar la insulina. Las inyecciones repetidas en el mismo lugar, o el uso de la misma aguja varias veces, pueden causar lipohipertrofia (LH). Esto significa que empiezan a formarse bultos bajo la piel y, como consecuencia, el lugar deja de ser apto para nuevas inyecciones.
La insulina suele ser el plan de tratamiento recomendado para los pacientes con problemas renales o hepáticos; ¡incluso a las madres embarazadas con diabetes gestacional se les aconseja la insulina, no la medicación oral! Esto se debe a que la insulina es la opción más segura y su uso no debe ser motivo de preocupación.
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