¿Qué es la placenta previa?
La placenta previa, o placenta baja, ocurre cuando la placenta cubre parte o la totalidad del cuello uterino durante los últimos meses del embarazo. Esta condición puede causar sangrado severo antes o durante el parto.
La placenta se desarrolla en el útero de una mujer durante el embarazo. Este órgano similar a un saco proporciona al bebé en desarrollo alimentos y oxígeno. También elimina los productos de desecho de la sangre del bebé. La placenta sale del cuerpo después de que nace el bebé.
Durante el embarazo, la placenta se mueve a medida que el útero se estira y crece. Es normal que la placenta esté baja en el útero al comienzo del embarazo. A medida que el embarazo continúa y el útero se estira, la placenta generalmente se mueve hacia la parte superior del útero. Para el tercer trimestre, la placenta debe estar cerca de la parte superior del útero. Esta posición permite al cuello uterino o entrada al útero, un camino despejado para el parto.
Si la placenta se adhiere a la parte inferior del útero, puede cubrir parte o la totalidad del cuello uterino. Cuando esto ocurre durante los últimos meses del embarazo, la afección se conoce como placenta previa o placenta baja. La mayoría de las mujeres con esta afección requerirán reposo en cama.
Síntomas asociados con placenta previa
El síntoma principal es un sangrado repentino de leve a intenso, pero si se presenta alguno de los siguientes síntomas, debes buscar atención médica inmediata:
- Calambres o dolores agudos.
- Sangrado que comienza, se detiene y comienza de nuevo, días o semanas después.
- Sangrado después de mantener relaciones íntimas.
- Sangrado durante la segunda mitad del embarazo.
Factores de riesgo para desarrollar placenta previa
Los factores de riesgo para el desarrollo de placenta previa incluyen:
- Posición inusual del bebé: nalgas (nalgas primero) o transversales (acostado horizontalmente a través del útero).
- Cirugías previas que involucran el útero: parto por cesárea, cirugía para extirpar fibromas uterinos, dilatación y legrado.
- Estar embarazada de gemelos u otros múltiples.
- Aborto involuntario previo.
- Placenta grande.
- Útero de forma anormal.
- Haber dado a luz a un hijo anteriormente.
- Diagnóstico previo de placenta previa
- Ser mayor de 35 años.
- Ser fumadora.
¿Cómo se diagnostica la placenta previa?
Por lo general, los primeros signos de placenta previa aparecerán durante la ecografía de rutina de 20 semanas. Estos signos iniciales no son necesariamente motivo de preocupación, ya que la placenta suele estar más abajo en el útero durante la primera parte del embarazo.
La placenta generalmente se corrige sola. Sólo el 10 por ciento de los casos se convertirá en placenta previa completa.
Si experimentas sangrado en la segunda mitad del embarazo, los médicos controlarán la posición de la placenta utilizando uno de estos métodos:
- Ultrasonido transvaginal: el médico coloca una sonda dentro de la vagina para proporcionar una vista interna del canal vaginal y el cuello uterino. Este es el método preferido y más preciso para determinar la placenta previa.
- Ultrasonido transabdominal: un técnico de atención médica coloca gel en el abdomen y mueve una unidad portátil llamada transductor alrededor del abdomen para ver los órganos pélvicos. Las ondas sonoras hacen una imagen en una pantalla tipo TV.
- MRI (resonancia magnética): esta exploración de imágenes ayudará a determinar claramente la ubicación de la placenta.
Tipos de placenta previa
Hay cuatro tipos de placenta previa, que van de menor a mayor. Cada uno tendrá su propio efecto sobre si una madre puede tener un parto vaginal o si necesitará un parto por cesárea. El tratamiento para la placenta previa también se basará en el tipo que tenga.
- Parcial: La placenta solo cubre parcialmente la abertura del cuello uterino. El parto vaginal aún es posible.
- Lateral o baja: Este tipo comienza en la primera mitad del embarazo. La placenta se coloca en el borde del cuello uterino, y hay una buena probabilidad de tener un parto vaginal.
- Marginal: La placenta comienza a crecer en la parte inferior del útero. La placenta normalmente empujará contra el cuello uterino pero no lo cubrirá. Dado que el borde de la placenta toca la abertura interna del cuello uterino, cualquier superposición durante el trabajo de parto podría causar sangrado leve. Sin embargo, los partos vaginales son normalmente seguros.
- Mayor o completa: Este es el tipo más serio. En la placenta previa mayor, la placenta eventualmente cubrirá todo el cuello uterino. Por lo general, se recomiendan cesáreas, y en casos graves, el bebé puede tener que nacer prematuramente.
Con todos los tipos, el sangrado abundante o incontrolable puede requerir una cesárea de emergencia para proteger a la madre y a su bebé.
Tratamiento de placenta previa
Los médicos decidirán cómo tratar la placenta previa según:
- La cantidad de sangrado.
- El mes de embarazo.
- La salud del bebé.
- La posición de la placenta y el bebé.
La cantidad de sangrado es la consideración principal del médico al decidir cómo tratar la afección:
- Mínimo o sin sangrado: Para los casos de placenta previa con sangrado mínimo o sin sangrado, el médico probablemente sugerirá reposo en cama. Esto significa descansar en la cama tanto como sea posible, y solo pararse y sentarse cuando sea absolutamente necesario. También se te pedirá que evites las relaciones íntimas y el ejercicio. Si se produce sangrado durante este tiempo, debes buscar atención médica lo antes posible.
- Sangrado abundante: Los casos de sangrado abundante pueden requerir reposo en cama de hospital. Dependiendo de la cantidad de sangre perdida, es posible que necesites transfusiones de sangre. También es posible que debas tomar medicamentos para prevenir el parto prematuro. En el caso de sangrado abundante, el médico te recomendará programar una cesárea tan pronto como sea seguro dar a luz, preferiblemente después de las 36 semanas. Si la cesárea debe programarse antes, es posible que el bebé reciba inyecciones de corticosteroides para acelerar su crecimiento pulmonar. ⇒ Maduración Pulmonar Farmacológica Fetal - Partos Prematuros
- Sangrado incontrolable: En el caso de hemorragia no controlada, deberá realizarse una cesárea de emergencia.
Complicaciones de placenta previa
Durante el parto, el cuello uterino se abrirá para permitir que el bebé se mueva hacia el canal vaginal para el nacimiento. Si la placenta está frente al cuello uterino, comenzará a separarse a medida que el cuello uterino se abra, causando hemorragia interna. Esto puede requerir una cesárea de emergencia, incluso si el bebé es prematuro, ya que la madre podría desangrarse si no se toman medidas. El parto vaginal también presenta demasiados riesgos para la madre, que podría experimentar hemorragias graves durante el parto o después de las primeras horas de parto.
Afrontamiento y apoyo para mujeres embarazadas
Un diagnóstico de placenta previa puede ser alarmante para las mujeres embarazadas. La Clínica Mayo ofrece algunas ideas sobre cómo lidiar con su condición y cómo prepararse para el parto.
Obtén información: cuanto más sepas, más sabrás qué esperar.
Prepárate para el parto por cesárea: según el tipo de placenta previa, es posible que no puedas tener un parto vaginal. Es bueno recordar el objetivo final: la salud de ambos.
Disfruta del reposo en cama: si sueles ser muy activa, el reposo en cama puede hacerte sentir mal. Sin embargo, puedes usar el tiempo sabiamente poniéndote al día en pequeños proyectos, como:
- Hacer un álbum de fotos.
- Leer sobre el embarazo, el parto y crianza.
- Leer un buen libro.
- Ver tus programas, películas y series de TV favoritas.
Busca apoyo en tus familiares y amigos.
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