En primer lugar, vamos a desmentir una de las soluciones más comunes pero incorrectas: Añadir patatas a una salsa o sopa demasiado salada no resuelve el problema del exceso de sal.
Así que, ahora que ya sabes lo que no funciona, vamos a poner manos a la obra para solucionar la salsa excesivamente salada.
Una buena salsa pone el toque final rico y aterciopelado a cualquier receta, pero ¿Qué sucede cuando te pasas un poco con la sal? Te contamos cómo hacer que la comida sepa menos salada.
Cómo rectificar el exceso de sal en las salsas
Cortar la salsa salada con cremosidad
La leche puede ayudar a resolver el problema de la salsa salada. La cremosidad de la leche y otros productos lácteos desensibiliza las papilas gustativas, haciendo que la salsa sepa menos salada. El uso de productos lácteos también añade riqueza. Prueba a añadir nata líquida, leche, yogur o crema agria.
Arregla la salsa salada con más líquido
Añade agua o, idealmente, caldo de verduras o de pollo sin sal para neutralizar la salsa demasiado salada. Ten en cuenta que, aunque añadir más líquido arreglará tu salsa salada, también la diluirá. Para compensar el líquido añadido y ayudar a espesar la salsa rica, cremosa y no demasiado salada, puedes añadir un espesante, como harina o maicena.
Hacer que la salsa sea menos salada con alubias
El puré de alubias es otro gran método para arreglar la salsa salada. Prepara un puré de 1 taza de alubias blancas o garbanzos escurridos y enlatados, bajos en sodio o sin sal, con una o dos cucharadas de agua hasta que quede suave, y luego añade la mezcla a la salsa, un cuarto de taza cada vez, añadiendo más puré según sea necesario. Esto neutraliza la salinidad y espesa la salsa. También es un buen truco para las dietas sin gluten que no pueden utilizar la harina como agente espesante.
Arregla la salsa salada poniendo menos sal a los platos que la acompañan
Si tiene previsto servir puré de patatas u otras guarniciones y platos principales con una buena dosis de salsa, considera la posibilidad de condimentarlos menos como medida de precaución. Si bien esto no arreglará la salsa salada, se mezclará con los alimentos menos sazonados del plato.
Dale a la salsa salada una vuelta de tuerca con un vino semiseco
Servir un vino blanco francés o un semiseco con la comida puede no arreglar la salsa salada, pero distraerá el paladar de una manera agradable. Al igual que ocurre con las especias picantes y los sabores amargos, el dulzor actúa como agente equilibrador en la lengua y, en este caso, también ofrece dos estupendos maridajes para la comida.
Utiliza cítricos o vinagre para contrarrestar la salsa salada
El ácido -ya sea un chorro de limón o un chorrito de vinagre- puede devolver el sabor de la salsa salada al terreno de lo delicioso, y añadir un agradable toque ácido a la salsa. Añade los ingredientes ácidos poco a poco y con moderación, para que no abrumen los demás sabores.