Falsos Mitos de la Lactancia Materna - Con vídeos explicativos al final
En muchas ocasiones la lactancia materna fracasa en las primeras semanas debido a una información incorrecta.
Las madres y familias deben informarse de todos los aspectos de la lactancia, rodearse de profesionales que piensen como ella y en caso de que surjan complicaciones, acudir a uno de los numerosos grupos de ayuda a la lactancia que existen en España.
Amamantar a tu bebé es algo hermoso, solo se necesita confiar en el propio cuerpo y en caso de que aparezcan inconvenientes pedir ayuda. En la mayoría de los casos, estas dificultades iniciales se superan y se consiguen lactancias satisfactorias y exitosas.
Pero todavía quedan muchos falsos mitos que no ayudan a muchas madres inseguras. Mitos que incluso los profesionales sanitarios se empeñan en promover. Vamos a ver algunos de ellos:
- En los primeros 10 minutos un bebé ha tomado toda la leche que necesita. Falso. La lactancia ha de ser a demanda. En el principio de la toma la leche tiene menos aporte calórico, es más líquida. A medida que el niño acaba con un pecho, la leche se torna más espesa y calórica. Y cada niño se tomará un tiempo. Retirar a un bebé del pecho a los 10 minutos, supone que le estamos interrumpiendo, se quedará con hambre, y lógicamente llorará.
- Es necesario que en cada toma mame de los dos pechos. Falso. Debemos dejar siempre que el bebé finalice la toma de un pecho, para que como hemos dicho en el primer punto saque el “final” de la mamada, toda la parte calórica más rica en grasa y nutrientes. Si tras la toma de un pecho el bebé ha quedado saciado no debemos insistir. Cuando vuelva a sentir hambre, le ofreceremos el otro pecho.
- Si se da lactancia a demanda se reducirá la cantidad de leche de una toma a otra. Falso. Cuantas más veces mame el bebé, más leche producirá el pecho. Y esto ocurre aunque se hagan frecuentes tomas.
- Si el bebé no gana peso con la lactancia materna es que la madre no produce leche de calidad y necesita “refuerzos”. Falso. Hay estudios que demuestran que incluso madres mal nutridas consiguen amamantar satisfactoriamente a sus bebés. Generalmente detrás de la poca o ninguna ganancia de peso se esconden horarios estrictos, tomas controladas, problemas en succión del bebé o incluso problemas médicos. Si un bebé lacta a demanda, sin que la madre mire el reloj, no habrá problemas con su ganancia de peso.
- El estrés afecta negativamente a la producción de leche. Falso. El cuerpo femenino ha desarrollado mecanismos de supervivencia para proteger al bebé. Recordemos que antes no había biberón ni leches de fórmula, solo las madres podían alimentar a sus bebés. Cuando hay escasez de leche, las causas suelen encontrarse en problemas de succión del bebé, malas posturas, tomas poco frecuentes y espaciadas.
- Para producir más leche, la madre ha de tomar gran cantidad de productos lacteos. Falso. Una madre debe tomar una dieta equilibrada y variada. El calcio de la leche se encuentra en muchos alimentos.
- Algunos bebés pueden tener alergia a la leche de su madre. Falso. La leche materna es el alimento más natural que existe. Si se produce alguna intolerancia, seguramente esté causado por algún alimento que haya ingerido la madre. Se deberá vigilar y controlar la dieta de la madre y retirar aquello que resulte nocivo al bebé.
- Si la madre necesita tomar algún medicamento se debe suspender de inmediato la lactancia. Falso. La mayoría de medicamentos son compatibles con la lactancia materna. Pero para consultar si hay riesgos el Hospital de Denia tiene un web que toda madre lactante debe conocer. Es un punto de referencia imprescindible y fiable.
Estos son algunos de los falsos mitos que bombardean a cualquier madre que se dispone a amamantar a su hijo recién nacido. Pero hay más, no os perdáis la segunda parte.
Continúa en: Falsos mitos de la lactancia materna (II parte)
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