El mejor regalo que le puedes hacer a tu hijo es alimentarlo con pecho, sobre todo durante sus primeros días de vida.
El calostro, esa sustancia que segregan tus pezones a las pocas horas de su nacimiento y que ya empieza a formarse en ti a partir del sexto mes de embarazo, tiene todos los nutrientes necesarios para su perfecta alimentación. Y aún más: a la vez que lo deja satisfecho le está inmunizando contra más enfermedades de las que te puedas imaginar.
Por eso, recién nacido, no te plantees qué darle. más adelante, examina pros y contras y decídete por lo más conveniente para los dos.
Si optas por la alimentación materna habrás dado en el clavo, porque no existe alimento mejor para él que el fabricado por ti misma.
Tu leche debe dejarlo lleno y esto lo vas a notar si gana peso, sobre todo durante sus primeras semanas, y si moja cuatro o más pañales en 24 horas.
Además, debes saber que cuanto más chupa tu hijo más leche produces. Por eso si estás nerviosa, como el lo nota enseguida, se sentirá a disgusto, no querrá mamar y, si esta situación se prolonga en el tiempo, dejará de hacerlo definitivamente.
Mientras estás dando el pecho a tu hijo, la tranquilidad debe ser lo primero.
No te obsesiones con el horario. Sabes que las tomas suelen hacerse cada tres horas, pero no pasa nada si alguna se retrasa un poquito, siempre y cuando el no te la reclame con el llanto, porque significaría que tiene hambre. Por la noche, si no se despierta pidiéndotela, déjale dormir.
A los cinco meses, aproximadamente, es posible que te ponga "caras" cuando le acerques el pecho: te está reclamando otros alimentos con una composición nutritiva distinta que atienda a sus crecientes necesidades.
Si ya tienes que usar los biberones para darle de comer, debes tener en cuenta que el destete, para muchos lactantes, no es nada agradable. Introdúcelo poco a poco y cuando se lo estés dando, acaríciale y háblale suave, también con este tipo de alimentación debe percibir tu tranquilidad.
Elige la leche que mejor atienda a sus necesidades y sólo su pedíatra está indicado para aconsejarte.
Prepárale los biberones con las cantidades recomendadas, ya que si das de más, tu hijo estará ganando puntos para ser un niño obeso.
Cuida mucho las normas de higiene de todo el instrumental que precisas; tira las cantidades que sobren.
El biberón deberás dárselo manteniendo la tetina ligeramente inclinada, para que siempre esté llena de líquido y no se formen burbujas de aire: y a tu hijo reclinado, nunca debes alimentarlo cuando está completamente tumbado.
También puedes utilizar la alimentación mixta, es decir con pecho y biberón, el médico establecerá las pautas de cómo hacerlo. Curiosidades
Bebés amamantados, adultos más listos
Los bebés alimentados con leche materna hasta los 9 meses de edad, se convierten en adultos más inteligentes que los nutridos con lactancia artificial. Es la conclusión de un reciente estudio realizado en la universidad de Copenhague, en el que se asegura que la leche del pecho beneficia el desarrollo cognitivo del adulto. La razón no está clara, pero los investigadores apuntan la posibilidad de que ciertos nutrientes que contiene la leche materna sean los que influyen en el desarrollo cerebral. Además hay otros factores como el hecho de que dar el pecho podría relacionarse en el futuro con una predisposición de los padres a dedicar más tiempo en la crianza y educación de sus hijos.