Las "huelgas" de lactancia son muy normales y suelen durar pocos días. De todos modos, pueden preocupar bastante a las madres, sobre todo cuando se dan en bebés que nunca habían tenido problemas para mamar.
¿Qué puede llevar a un bebé a dejar de mamar? He aquí algunos de los posibles motivos:
- La dentición le provoca dolor de encías.
- Has estado estresada últimamente o hace poco que has modificado la pauta de lactancia.
- Hueles "diferente" porque has cambiado de jabón, perfume, desodorante o crema corporal.
- Tu leche sabe diferente porque has introducido algún cambio en tu dieta.
- Mamar le resulta molesto o doloroso al bebé por algún motivo, por ejemplo, una infección de oído, la nariz tapada, un corte o llagas en la boca.
- Tu bebé te mordió en una toma previa y la forma en que reaccionaste le asustó.
Por frustrantes que puedan resultar las huelgas de lactancia, el bebé y tú pueden superarlas.
He aquí algunos consejos más que La Liga La Leche ofrece a las madres lactantes para ayudarles a superar estos baches:
- Trata de pasar más tiempo con tu bebé a fin de poder dedicar un tiempo extra a conseguir que la lactancia materna vuelva a su cauce. Pide a algún miembro de tu familia o una amiga que te ayuden con las tareas domésticas y con el cuidado de tus otros hijos en caso de que los tengas.
- Intenta que la experiencia de amamantar a tu bebé sea lo más agradable posible para el pequeño, abrazándolo, acariciándolo y besándolo y, cada vez que el pequeño se altere o se frustre, interrumpe la toma y tómate tu tiempo para consolarlo.
- Prueba a amamantar al bebé cuando esté somnoliento porque tal vez esté más dispuesto a cooperar.
- Amamanta al bebé mientras lo estás acunando o mientras lo paseas de un lado a otro en una bandolera o canguro portabebés.
- Amamanta al bebé en una habitación silenciosa donde haya muy pocas distracciones.
- Intenta estimular la bajada de leche extrayéndote un poco de leche, sea manualmente o con un extractor, antes de cada toma para que, al succionar, tu bebé pueda obtener la leche inmediatamente.
Hasta que se normalice la pauta de lactancia, necesitarás extraerte leche, bien manualmente o con un extractor, para mantener tu producción de leche y asegurarte de que el bebé recibe suficiente alimento. Para extraerte leche manualmente, sujétate el pecho colocando todos los dedos menos el pulgar por debajo y alrededor del mismo, y el pulgar, encima. Con suavidad pero con firmeza, desliza repetidamente el pulgar desde la parte superior del pecho hacia la areola para ayudar a que la leche vaya bajando por los conductos.