Segunda infancia - Segundo y tercer año del niño
El interés del niño en este período se orienta hacia las nuevas posibilidades que le brindan tanto la retención y expulsión de sus materias fecales, como el dominio voluntario del esfínter.
El comportamiento del niño en esta etapa oscilará entre la docilidad-sumisión, la terquedad-obstinación y la actividad-pasividad.
Aparece la famosa crisis de “oposición” que tanto inquieta a los padres. El niño se niega a obedecer, incluso se hace provocador o agresivo. Se muestra caprichoso o colérico y responde con un “no” sistemático a cada orden de los padres.
Este negativismo sirve al niño para experimentar la fuerza de su yo, y autoafirmarse. Es fundamental que los padres sepan encajar tranquilamente estas pequeñas crisis, sin violencia y con tacto, ya que se puede transformar en conflicto lo que no es más que una toma de posición del niño hacia su independencia.
Las reacciones emocionales durante este periodo son diversas: cólera, apego a objetos, celos, miedos, tristeza… Sin embargo, la angustia frente a la separación de la madre y la familia, es el fenómeno afectivo dominante en este momento y surge por inseguridad e impotencia.
El niño ensaya la imitación de modo particular durante esta etapa y tiende a identificarse con el adulto, se apropia de sus cualidades y hasta de sus defectos, apareciendo en este período las primeras identificaciones con sus progenitores.
Fuente:ECCA