Desde el contacto visual inicial hasta las primeras frases tentativas, los bebés aprenden lentamente las habilidades necesarias para comunicarse con el mundo. Los hitos sirven para medir si esas habilidades progresan a un ritmo deseable, y un hito importante se produce cuando el bebé reconoce por primera vez su nombre, normalmente entre los seis y los nueve meses.
Para ello, el bebé no sólo debe oír su nombre y reconocerlo como una palabra. También debe entender su significado. Este reconocimiento rara vez se produce antes de los seis meses, porque el bebé no entiende que es una persona distinta hasta los seis o siete meses de edad.
Los numerosos pasos en el desarrollo de las habilidades comunicativas comienzan poco después del nacimiento. A las pocas semanas de vida, los bebés se vuelven hacia el sonido de una voz familiar. Pasa más tiempo antes de que puedan reconocer palabras distintas, luego más tiempo para asociar varias palabras con cosas o personas. Por último, el bebé intentará repetir las palabras que oye y acabará encadenando combinaciones de palabras en una frase.
Aunque el tiempo medio para que un bebé reconozca su propio nombre es de seis a nueve meses, el reconocimiento puede retrasarse si el bebé no ha oído decir su nombre con suficiente frecuencia o quizás porque los padres han alternado el nombre propio del bebé con un apodo.
Hay medidas que los padres pueden tomar para fomentar el reconocimiento del nombre. En primer lugar, hablar con el bebé a menudo y mencionar su nombre con frecuencia. El uso frecuente puede hacer que reconozca que la palabra le pertenece de forma exclusiva.
Utiliza el nombre en una frase que contenga una palabra que el bebé ya conozca y le interese. Por ejemplo, pregúntale si quiere su peluche o golosina favorita y termina la frase con su nombre. ¿Quieres un peluche, Emma? ¿Quieres una galleta, Marcos? Aquí tienes la pelota, Elena.
Si un bebé no ha respondido a su nombre en la revisión del primer año, menciónalo al pediatra. El médico probablemente hará más preguntas sobre otras áreas del desarrollo del bebé para obtener una visión más completa. Si el médico está preocupado por los progresos del bebé, puede recomendar algunas pruebas.
Una posible causa de retraso en el reconocimiento de palabras puede ser la pérdida de audición. Los recién nacidos suelen someterse a pruebas para detectar la pérdida de audición poco después del nacimiento, pero los problemas también pueden aparecer durante el primer año de vida del bebé. Cuanto antes se identifique la pérdida de audición, mejor. Se ha demostrado que la intervención temprana es más eficaz.
Si el bebé responde a otras palabras pero no a su nombre, probablemente no sea un problema de audición.
Un estudio reciente sugiere que no reconocer su nombre al año de edad podría ser también un indicador temprano de autismo. En el estudio, muchos de los bebés de un año que no respondían a sus nombres tenían más probabilidades de que se les diagnosticara un trastorno del espectro autista u otros problemas de desarrollo a los dos años.
Si tu hijo padece un trastorno del espectro autista o un retraso del desarrollo, es importante identificar el problema desde el principio. La identificación precoz conduce a una intervención temprana, que es la más eficaz.
Para hacer un diagnóstico exhaustivo, los profesionales médicos tendrán en cuenta el desarrollo de diversas habilidades, así que ten en cuenta estos hitos de la comunicación. Tu hijo debería ser capaz de:
- Sonreír a los tres meses.
- Emitir sonidos de arrullo a los tres meses.
- Reír a los cuatro meses.
- Jugar al cucú a los nueve meses.
- Aplaudir entre los seis y los nueve meses.
- Sacudir la cabeza "no" a los nueve meses.
- Decir adiós con la mano alrededor de los 10 meses.
- Repetir algunas palabras entre los 12 y los 18 meses.
- Utilizar cinco palabras hacia los 18 meses.
- Señalar cosas hacia los 18 meses.
¿Qué debes hacer si tu hijo no reconoce su nombre a los nueve meses? En primer lugar, no te preocupes si no cumple este hito hasta que tenga al menos un año. Tampoco te preocupes si reconoce su nombre de vez en cuando, pero no todas las veces. Si al cumplir el primer año aún no ha alcanzado el hito, menciona la falta de progreso a tu pediatra y haz un seguimiento del tratamiento y la intervención recomendados.
Es importante recordar que cada bebé se desarrolla a su propio ritmo. Si la incapacidad de reconocer su nombre conduce al diagnóstico de un problema subyacente, estarás en camino de conseguir la ayuda que tu hijo necesita.
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