Desarrollo de la audición en los bebés. ¿Cuáles son las amenazas para la audición de un niño pequeño? ¿Cómo detectamos los problemas de audición?
Audición antes del nacimiento
El oído es el sentido más agudo del feto. Se cree que la audición del feto comienza entre las semanas 26 y 28. El feto escucha constantemente los sonidos del sistema digestivo, circulatorio y cardíaco de la madre.
Según estudios recientes, esto representa un nivel sonoro de unos 30 decibelios, lo que es comparable a la intensidad de un susurro. Alrededor de los 5 ó 6 meses, el feto percibe determinados sonidos procedentes del exterior: la voz (especialmente las entonaciones), la música (sobre todo el ritmo y los graves), el motor del coche, etc.
El feto reacciona más a la voz humana que a cualquier otro sonido. También es sensible a los cambios de ritmo y entonación de las voces que escucha. El feto oye la voz de su madre tanto desde el exterior como desde el interior del cuerpo materno.
Sin embargo, el feto es capaz de percibir mejor las frecuencias más bajas, como la voz del padre o las notas bajas. Los sonidos agudos son filtrados por la pared del abdomen, que reduce la intensidad del sonido entre 20 y 50 decibelios.
Los estudios han demostrado que los bebés pueden "recordar" los sonidos que suelen escuchar en el útero. Por eso, no dudes en hablarle a tu bebé, leerle o escuchar música.
¿Es buena idea ponerse auriculares en la barriga?
No coloques los auriculares directamente sobre tu vientre para ponerle música a tu bebé. Muchos expertos señalan que la intensidad del sonido de cada auricular se acumulará en el útero, lo que podría causar daños auditivos a tu bebé.
El recién nacido prefiere los sonidos de tono bajo
Cuando un niño nace, tiene una cierta "memoria" auditiva. Este recuerdo ayuda al niño a hacer la transición de la vida en el útero a la vida en el mundo. Entre otras cosas, le permite reconocer la voz de su madre desde su nacimiento. Esta voz, junto con algunos de los sonidos y melodías que ya ha escuchado, le resulta tranquilizadora y calmante.
Desde el nacimiento, los recién nacidos detectan la presencia de objetos sonoros, orientan su cabeza y sus ojos en su dirección y son capaces de discriminar algunas de sus propiedades. Son muy sensibles a las características rítmicas y melódicas de las secuencias de sonido. El niño es más estimulado por los sonidos bajos que por los altos. La mayoría de ellos oyen mejor cuando están tranquilos, despiertos, sin llorar o amamantar. Cuando hay ruido, el recién nacido parpadea, llora, tiene reflejo de Moro, suspende la respiración e interrumpe la lactancia, etc.
En los primeros meses de vida del bebé, el oído parece tener prioridad sobre la vista. Si un juguete sonoro es sacudido en la oscuridad, el recién nacido apunta su mano en la dirección correcta. Al principio, la vista parece ser secundaria ya que entre dos estímulos, uno visual y otro sonoro, el bebé vuelve la mirada hacia el segundo. Alrededor de los 9 meses, este comportamiento desaparece y sucede lo contrario.
Desarrollo de la audición por etapas
Los bebés oyen desde que nacen, pero su capacidad de reconocer el significado de un sonido y de escuchar lo que oyen sigue desarrollándose a lo largo de los años. Los estudios demuestran que el desarrollo de la audición termina durante la adolescencia.
De 0 a 24 meses
- Desde que nacen, los bebés reconocen la voz de su madre.
- Hasta los 3 meses, los bebés reaccionan a los ruidos sobresaltándose, parpadeando, cambiando su expresión facial, extendiendo los brazos y las piernas hacia fuera (reflejo de Moro) o llorando.
- De 3 a 6 meses, gira la cabeza en dirección a una voz o un ruido. Está atento a los juguetes que suenan y reacciona a ciertos ruidos familiares, aunque no pueda ver la fuente. Empieza a chirriar. Muestra entusiasmo cuando escucha música que le gusta.
- De 6 a 10 meses de edad, comienzan a balbucear (sílabas cortas como "ba", "bo", "da", "ma") Reacciona a la música y a algunas palabras comunes, como su nombre, "mamá", "papá", "leche", "dormir"...
- De los 10 a los 15 meses, intenta imitar activamente los sonidos, puede señalar objetos conocidos si se lo pides y suele decir algunas palabras comprensibles.
- Entre los 15 y los 20 meses de edad, el niño es capaz de entender instrucciones sencillas y de mostrar partes de su cuerpo. Tienen un vocabulario de unas 30 palabras. Se concentra más cuando le cuentan su historia favorita.
- De 20 a 24 meses, presta atención a los cuentos y puede combinar dos palabras. También presta atención a las conversaciones.
- A los 24 meses, su lenguaje debería progresar notablemente (más de 1.000 palabras).
A los 3 años, el niño es capaz de hacer frases sencillas y tiene un vocabulario más amplio.
A los 4 años, le gustan las rimas y los chistes y los repite con gusto. Le gustan las historias largas y puede recitar algunas partes de memoria.
A los 5 años, quiere participar en las conversaciones. Responde con facilidad a ciertas preguntas (su nombre, su ciudad, dónde fue de vacaciones, etc.).
La audición ayuda a construir las facultades del niño
La audición ayuda al bebé a comunicarse. De hecho, una buena audición es parte de un buen aprendizaje del lenguaje: el bebé tiene que decodificar el habla, reproducirla y ajustar lo que dice de acuerdo con lo que oye. Es imitando lo que oye que aprenderá a articular bien, a pronunciar bien las palabras, y simplemente a hablar bien.
Además, la construcción de los puntos de referencia del niño en el espacio no sólo está ligada a su vista, sino también a su oído. Si pones música de varias fuentes de sonido, puede ayudar al bebé a orientarse en la casa, para mejorar su capacidad de orientarse en el espacio. O, si escondes una caja de música en algún lugar, el bebé seguramente sabrá dónde está escondida la caja de música si le preguntas... gracias al sonido que produce.
Problemas de audición en los niños
Médicamente, la audición del recién nacido puede ser revisada, en caso de duda, buscando oto-emisiones. Si es necesario, se puede realizar un electroencefalograma (E.E.G.), un electromiograma (E.M.G.) o un electrococleograma.
La pérdida de audición en los dos oídos puede afectar de uno a tres de cada 1.000 recién nacidos.
Los bebés recién nacidos con riesgo de trastornos de la audición pueden ser los que nacieron con infecciones (rubeola, sífilis, herpes, citomegalovirus), lesiones en la cabeza o cuello, ictericia grave, antecedentes familiares de pérdida de audición y los prematuros.
En muchos casos la pérdida de audición no se manifiesta desde el principio. No llegando a detectarse hasta los 24/30 meses, cuando los padres sospechan que algo va mal, ya que su hijo no está desarrollando un lenguaje normal. Por lo tanto, es necesario la realización de pruebas auditivas en todos los recién nacidos para detectarlo lo antes posible.
Prueba de emisiones otoacústicas: Es una prueba simple y no invasiva, que consiste en medir ondas de sonido generadas en el oído interno (cóclea) respondiendo a tonos o chasquidos. Las ondas quedan registradas y un especialista (audiólogo) analiza e interpreta los resultados.
Hay que tener en cuenta, que las pruebas de audición a los recién nacidos no detectan pérdida leve o pérdidas mínimas que progresarán cuando el niño vaya creciendo. Así, que si se sospecha que el bebé puede tener pérdida auditiva, tendrá que hacerse pruebas de seguimiento entre los tres y seis meses.
Algunos tipos de pérdida auditiva se pueden corregir. Por ejemplo, en casos de infección de oídos, sería tratado con antibióticos. Y en caso de algunas malformaciones congénitas, podrían ser corregidas con cirugía.
🔆 Más información sobre pruebas auditivas, en: ¿Cómo se detectan los problemas de audición en los bebés?
Tipos de pérdida de audición en recién nacidos y niños:
- Conductiva: Interferencia con la capacidad del oído externo de recibir sonidos o de transmitirlo desde el oído externo a el interno. Las causas de este tipo de pérdida auditiva suelen ser infecciones en los oídos y anormalidades congénitas. En general puede ser tratado con medicación y/o cirugía.
- Neurosensitiva: Se debe a anormalidades de las células pilosas del nervio auditivo o del oído interno. Más del 50% de los casos de este tipo de pérdida son hereditarios. Otras causas pueden ser infecciones adquiridas durante la gestación, ictericia grave y medicamentos. Por lo general la pérdida neurosensitiva es permanente.
- Pérdida mixta de la audición: Ocurre cuando se tiene pérdida conductiva y neurosensitiva. Suele ser grave. Con ayuda de la cirugía y los medicamentos se podría restituir una parte de la audición.
- Trastornos auditivos centrales: Originados por problemas en el sistema central nervioso central auditivo (enlace de los nervios del oído y del cerebro). Con este tipo de perdida los sonidos son como mezclas de ruidos.
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