Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad en adultos
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno de la infancia, pero permanece activo hasta la edad adulta en alrededor del 10-60% de los pacientes. La sintomatología no difiere de la infancia a la edad adulta, pero puede ser menos intensa. Sin embargo, las condiciones comórbidas pueden variar en adultos con TDAH.
Sólo los adultos con TDAH en la infancia son elegibles para un diagnóstico de TDAH en adultos actualmente. El TDAH en adultos es un trastorno omnipresente que afecta áreas tales como actividades académicas, relaciones con otras personas y el comportamiento y el éxito en el lugar de trabajo.
Se puede encontrar que muchas condiciones coexisten con el TDAH, algunas de ellas son comorbilidades mientras que otras reflejan diversos intentos del individuo para enfrentar o superar las dificultades de la condición.
Características clínicas
El TDAH en adultos por lo general presenta muchos de los siguientes signos o síntomas:
- La iniciación de una tarea es difícil.
- No presta atención a todos los aspectos de una tarea.
- No sabe cómo establecer prioridades mientras hace algo.
- No puedo organizar los esfuerzos para cumplir el objetivo original.
- Se cansa muy rápido de cualquier tarea que requiere un pensamiento sostenido.
- Muy impulsivo e impaciente.
- Estilo de vida y espacio de vida desordenado con proyectos a medio terminar en todas partes.
- Condiciones psiquiátricas comórbidas como depresión u otros trastornos del estado de ánimo, trastorno de personalidad antisocial o retraso del desarrollo.
- El abuso de sustancias es muy común.
Diagnóstico y tratamiento
Las personas con TDAH generalmente son reconocidas por su historial de TDAH en la infancia, pero otras pueden ser diagnosticadas usando la escala de Calificación de TDAH para adultos de Conner estandarizada o las escalas de calificación del comportamiento autoinformadas. Se deben realizar exámenes de hígado, tiroides y sangre para excluir otros trastornos y para obtener un valor inicial antes de comenzar la terapia con medicamentos. Las pruebas neuropsicológicas también están indicadas en el caso de retraso mental o discapacidades de aprendizaje, así como si el paciente no tiene antecedentes aparentes de TDAH infantil.
Muchos síntomas del estado de ánimo pueden confundirse con morbilidades coexistentes, pero en realidad son mecanismos de adaptación defectuosos.
Se han investigado muchos tipos de tratamiento para el TDAH en adultos, incluidos los farmacológicos y psicológicos. Los fármacos utilizados en el tratamiento del TDAH en adultos incluyen estimulantes y medicamentos que inhiben la recaptación de los neurotransmisores deficientes como la dopamina y la norepinefrina, para aumentar sus niveles. Estos reducen la inquietud mental y física, acallan el comportamiento y pueden mejorar la capacidad de atención.
Los efectos adversos de los estimulantes incluyen el desarrollo significativo del potencial de adicción y abuso, que puede ser peligroso en pacientes que ya abusan del alcohol o las drogas. También estimulan el sistema cardiovascular para elevar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que podría precipitar accidentes cerebrovasculares, infartos de miocardio o muerte súbita en personas vulnerables.
Otros fármacos no estimulantes incluyen la atomoxetina, que también tiene un bajo potencial de abuso; antidepresivos tricíclicos que pueden aumentar los niveles de norepinefrina y serotonina; y buproprion. Estos se utilizan únicamente para efectos norepinefríngicos, en su mayoría no aprobados. Las dosis necesarias en adultos generalmente son la mitad de las que se usan en niños, pero la duración de la terapia puede ser significativamente mayor.
Es importante identificar y tratar otros síntomas o trastornos psicológicos al mismo tiempo, ya que pueden afectar la forma en que el paciente responde al tratamiento, influir en el cumplimiento del paciente con la terapia y evitar que el paciente se reconozca a sí mismo. La psicoterapia simultánea es muy útil para tratar el TDAH subyacente y los trastornos coexistentes.