Parkinson ¿Qué es?
La enfermedad de Parkinson es una afección neurológica degenerativa y progresiva que afecta el control de los movimientos corporales de una persona. No es contagioso ni fatal. Se cree que es genético en un porcentaje muy pequeño de casos. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson son causados por la degeneración progresiva de las células nerviosas en la zona media del cerebro. Esto causa la falta de dopamina, un mensajero químico (neurotransmisor) necesario para movimientos suaves y controlados. Los síntomas aparecen cuando aproximadamente el 70 por ciento de las células productoras de dopamina han dejado de funcionar normalmente. La enfermedad de Parkinson no se puede curar, pero los síntomas se pueden controlar. Con una combinación de medicamentos y apoyo multidisciplinario, las personas con la enfermedad de Parkinson pueden vivir una vida independiente y productiva.
Síntomas de la enfermedad de Parkinson
El tipo, número, gravedad y progresión de los síntomas de la enfermedad de Parkinson varían enormemente. Cada persona se ve afectada de manera diferente. Algunos de los principales síntomas son:
- Temblor.
- Rigidez (rigidez muscular).
- Bradiquinesia (lentitud de movimiento).
- Experimentar una repentina incapacidad para moverse.
- Postura encorvada.
- Andar arrastrando los pies.
- Micrographia (letra pequeña).
- Apatía.
- Fatiga.
- Alteración del sueño.
- Pérdida del sentido del olfato.
- Depresión.
- Fluctuación de la presión arterial.
- Estreñimiento.
Causas de la enfermedad de Parkinson
En la actualidad, desconocemos la causa de la enfermedad de Parkinson. Investigadores de todo el mundo están investigando posibles causas, entre ellas:
- Pesticidas, toxinas, productos químicos.
- Factores genéticos
- Trauma de la cabeza.
Manejo de la enfermedad de Parkinson
No hay dos personas con enfermedad de Parkinson que tengan exactamente los mismos síntomas o tratamiento. El médico o neurólogo puede ayudar a decidir qué tratamientos usar.
Las personas pueden controlar los síntomas de la enfermedad de Parkinson a través de:
- Medicación.
- Terapia multidisciplinaria (proporcionada por enfermeras / profesionales de la salud / consejeros / as relacionados)
- Cirugía de estimulación cerebral profunda (para algunas personas).
Medicamentos para personas con enfermedad de Parkinson
Los síntomas de la enfermedad de Parkinson se deben a la degeneración progresiva de las células nerviosas en el cerebro y otros órganos, como el intestino, que producen un neurotransmisor llamado dopamina. Esto causa una deficiencia en la disponibilidad de dopamina, que es necesaria para movimientos suaves y controlados.
La terapia con medicamentos se enfoca en maximizar la disponibilidad de dopamina en el cerebro. La mayoría de los medicamentos para el Parkinson encajan en una de las siguientes categorías amplias:
- Levodopa: Terapia de reemplazo de dopamina.
- Agonistas de la dopamina: imitan la acción de la dopamina.
- Inhibidores de la COMT: Este medicamento bloquea una enzima conocida como COMT para prevenir la descomposición de la levodopa en el intestino, lo que permite que más de ella llegue al cerebro.
- anticolinérgicos: bloquean el efecto de otro químico cerebral (un neurotransmisor llamado acetilcolina) para reequilibrar sus niveles con dopamina.
- Amantadina: tiene propiedades anticolinérgicas y mejora la transmisión de dopamina.
- Inhibidores de la MAO tipo B: previenen el metabolismo de la dopamina en el cerebro.
No existe el mejor tratamiento de medicación para el Parkinson. Cada persona tiene diferentes síntomas, progresión de la enfermedad, estilo de vida y tolerancias físicas. Todos estos factores afectarán el tiempo, el tipo, la dosis y las combinaciones de medicamentos.
A medida que la enfermedad progrese, el médico deberá revisar y modificar el programa de medicamentos. Es importante consultar a un neurólogo o un médico que tenga experiencia en ayudar a personas con la enfermedad de Parkinson.
Ver a un neurólogo regularmente ayudará a asegurarse de que se esté obteniendo el mejor manejo posible de los medicamentos. Un neurólogo manejará las dosis y cualquier ajuste necesario. Esto es importante ya que los efectos secundarios pueden ser un problema para las personas que toman grandes dosis.
Es muy importante que tomes tus medicamentos a la hora recomendada todos los días, ya sea que estés en casa, en el trabajo, en el hospital o en un asilo de ancianos. Tomar los medicamentos tarde puede dificultar gravemente los movimientos de una persona con la enfermedad de Parkinson.
La medicación ayudará a aliviar los síntomas, pero no alterará la progresión de los síntomas. Con el tiempo, la medicación puede volverse menos efectiva y el neurólogo deberá probar diferentes regímenes de medicación para obtener el mayor beneficio.
Cirugía para personas con enfermedad de Parkinson
La cirugía de estimulación cerebral profunda es una opción para tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, pero no es adecuada para todos. Existen criterios y pautas estrictos sobre quién puede ser candidato para la cirugía y esto es algo que solo el médico y el paciente pueden decidir.
Al realizar una cirugía de estimulación cerebral profunda, el cirujano coloca un electrodo en la parte del cerebro más afectada por la enfermedad de Parkinson. Los impulsos eléctricos se introducen en el cerebro, lo que tiene el efecto de "normalizar" la actividad eléctrica del cerebro reduciendo los síntomas de la enfermedad de Parkinson. El impulso eléctrico se introduce mediante un dispositivo similar a un marcapasos llamado estimulador.
La talamotomía y la palidotomía son operaciones en las que el cirujano hace una incisión (corte) en una parte del cerebro. Estas cirugías tienen como objetivo aliviar algunas formas de temblor o movimiento inusual, pero rara vez se realizan ahora.
Apoyo a personas con enfermedad de Parkinson
El acceso temprano a un equipo de apoyo multidisciplinario es importante. Estos equipos pueden incluir médicos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, terapeutas del habla, dietistas, trabajadores sociales y enfermeras especializadas.
Los miembros del equipo evalúan a la persona con enfermedad de Parkinson e identifican posibles dificultades y posibles soluciones.
Ejercicio y enfermedad de Parkinson
La evidencia sugiere que el ejercicio regular puede mejorar algunos síntomas de la enfermedad de Parkinson y mejorar la calidad de vida. Consulta con tu médico, fisioterapeuta o profesional de la salud cuando elabores tu propio programa de ejercicios.
Beneficios del ejercicio regular con la enfermedad de Parkinson
Los beneficios del ejercicio regular para una persona con enfermedad de Parkinson pueden incluir:
- Mejor control sobre los movimientos motores gruesos, como caminar.
- Mayor fuerza muscular y flexibilidad.
- Aumento de la capacidad cardiovascular.
- Mejora de la coordinación y el equilibrio.
- Riesgo reducido de caerse.
- Mejorar la postura.
- Mayor confianza en la realización de las actividades diarias.
- Niveles reducidos de estrés.
- Mejora de la movilidad articular.
Recomendaciones generales sobre el ejercicio y la enfermedad de Parkinson
Las recomendaciones generales para comenzar incluyen:
- Consulta con tu médico antes de comenzar un programa de ejercicios.
- Trata de hacer por lo menos 15 minutos de ejercicio todos los días.
- Incluye un programa de estiramiento completo que se enfoque en cada articulación y grupo muscular.
- Pasa unos minutos calentando.
- Comienza con los ejercicios más fáciles primero. Lentamente introduce los ejercicios más difíciles a medida que aumenta tu condición física.
- Intenta realizar cada movimiento lo mejor que puedas.
- Para y descansa si te sientes cansado en cualquier momento, ya que un esfuerzo excesivo puede empeorar tus síntomas.
- Deja de hacer cualquier ejercicio que te cause dolor y consulta a tu especialista en ejercicios: médico o fisioterapeuta.
- Si sufres de fatiga, intenta hacer ejercicio más temprano en el día.
- ¡Encuentra un programa de ejercicios que sea divertido! Cualquier actividad que incluya movimientos largos y un aumento de ritmo normal te ayudará. Las actividades como el baile, el tai chi, el yoga y el ciclismo son excelentes maneras de mejorar la fuerza, estado físico y equilibrio.
Seguridad en el ejercicio y enfermedad de Parkinson
Si corres el riesgo de caerte o de quedarte paralizado, las sugerencias generales de seguridad incluyen:
- Realiza tus ejercicios sentando.
- Agárrate a una silla cuando hagas ejercicios de pie.
- Evita los ejercicios en el suelo si no puedes levantarte solo.
- Solo haz ejercicio cuando haya otras personas en casa que puedan ayudarte si es necesario.
- Pide ayuda a un familiar o amigo.
Ejemplo de programa de ejercicios para una persona con enfermedad de Parkinson
Sigue las indicaciones de tu médico o fisioterapeuta. Trata de aumentar hasta 8-10 repeticiones de cada ejercicio. Idealmente, el programa de ejercicios debe enfocarse en la aptitud general y la flexibilidad muscular, así como en partes específicas del cuerpo.
Ejercicios para la condición física en general
El ejercicio para la condición física general debe incluir un componente aeróbico, al menos tres veces por semana.
Caminar es excelente para el estado físico general. Caminar a paso ligero es un excelente ejercicio general ya que mejora la fuerza en las extremidades inferiores y el tronco, mejora la capacidad aeróbica y mejora el equilibrio. Al iniciar un programa de caminata:
- Elige terrenos planos, libres de obstáculos.
- Estira suavemente los músculos de las piernas antes de comenzar a caminar.
- Da pasos más grandes para ayudar a equilibrarte mejor.
- Concéntrate en levantar cada pie y colocarlo sobre el talón primero.
- Cuenta cada paso: esto puede ayudar a hacer un estilo de marcha más suave y rítmico.
- Si caminar no es práctico o no es posible para ti, explora otras opciones, como aeróbic acuático o ciclismo estático. Otras formas de ejercicio, como el baile, el tai chi, el yoga y el Pilates, también son excelentes para el estado físico general.
Ejercicios de estiramiento para la flexibilidad muscular.
Las sugerencias al estirar incluyen:
- Mantén un estiramiento fácil hasta donde pueda sin dolor. No rebotes.
- Mantén el estiramiento durante 30 segundos.
- Repite cada estiramiento dos veces.
- Si sientes algún dolor o molestia, Para.
- Incorpora un estiramiento suave en tus rutinas de calentamiento y enfriamiento.
Ejercicios para la cara
Poner caras en el espejo. Las sugerencias incluyen:
- Sorpresa - levantar las cejas y abrir la boca.
- Enfado - fruncir el ceño y los labios.
- Disgusto: arrugar la nariz como si estuvieras oliendo algo realmente horrible.
- Placer - hacer una gran sonrisa.
Ejercicios para la cabeza y los hombros
Las sugerencias para los ejercicios de cabeza y hombros incluyen:
- Girar la cabeza lentamente de izquierda a derecha, apuntando a mirar por encima de cada hombro.
- Levanta la cara hacia el techo, luego coloca la barbilla sobre el pecho.
- Dejar caer tu oreja izquierda a tu hombro izquierdo. Erguirse. Deje caer tu oreja derecha a tu hombro derecho. Erguirse.
- Levantar y bajar los hombros. Girar los hombros hacia adelante, luego hacia atrás.
Estos ejercicios deben realizarse de manera lenta y controlada.
Ejercicios para los brazos y torso
Las sugerencias para los ejercicios de brazos y torso incluyen:
- Sujeta las manos y levanta los brazos por encima de la cabeza, con los codos rectos. Baja lentamente.
- Pon las manos detrás de la cabeza y abre los codos.
- Para mejorar tu postura, pasa tiempo recostado sobre tu espalda, preferiblemente sin una almohada. Si esto es demasiado difícil, usa la almohada más plana que puedas tolerar. (Evita hacer este ejercicio cuando estés solo si no puedes levantarte fácilmente).
Ejercicios para manos y muñecas
Las sugerencias para los ejercicios de mano y muñeca incluyen:
- Tocar la punta de cada dedo con el pulgar.
- Gira las manos de manera que las palmas miren hacia arriba y luego hacia abajo.
- Doblar las manos en las muñecas, arriba y abajo.
- Abrir y cerrar los puños.
Ejercicios para las piernas
Las sugerencias para ejercicios de piernas incluyen:
- Acuéstate de espaldas, dobla una rodilla y abrázala contra tu pecho. Enderezar la pierna. Repite con la otra pierna.
- Siéntate, extiende una pierna y haz un círculo con el pie. Repite en el otro lado.
- Mientras estás sentado, balancea tus pies de talón a pie, alentando el movimiento completo del tobillo.
- Mientras estás sentado, estira una pierna a la vez.
- Mientras estás sentado, levanta y baja la pierna lentamente como si estuvieras golpeando el pie lentamente. Repite con la otra pierna.
- Realizar una marcha estacionaria (sin moverse del sitio), levantando cada pierna tan alto como puedas.
- Acuéstate de espaldas con las rodillas dobladas y los pies apoyados en la cama. Levanta las nalgas de la cama.
Evita hacer ejercicios acostado si no puedes levantarte solo.
Ejercicios con pesas ligeras
Los pesos ligeros pueden aumentar la intensidad del programa de ejercicios. Puedes comprar pesas que se sujetan con cinta de Velcro a tus muñecas y tobillos, o usar artículos para el hogar como latas de conserva o botellas llenas de agua.
Elige un peso que puedas empujar o levantar sin dolor o fatiga para realizar 10 repeticiones con facilidad. Aumenta el peso solo una vez que puedas realizar cómodamente tres series de 10 repeticiones.
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