Hay parte de la vida
envuelta en sufrimiento,
para el mundo escondida,
que no quiere verlo,
porque busca apartarse
de cualquier malestar
y procura olvidarse
que hay enfermedad.
Vidas de quienes cuidan
y de quienes padecen,
van cruzándose unidas,
lejanas otras veces,
pero siempre en la lucha
por la causa común
de seguir cada una
aportando más luz.
Aquí cientos de historias
de niños y mayores
nos traen a la memoria
angustias y dolores
y a la vez la entrega
de quienes les atienden,
les abren nuevas puertas,
nuevos amaneceres.
Aunque hay otros finales
que no son los queridos,
porque a veces los males
no pueden ser vencidos;
entonces solo quedan
dos cosas por hacer:
una llorar de pena
y otra vivir de Fe.
José García Velázquez
Segovia,23 de enero de 2008