Aunque ir a la playa y a la piscina a tomar el sol suele ser un sueño, la experiencia puede convertirse rápidamente en algo desagradable cuando se está embarazada. La pesadez de piernas, la posición incómoda, el dolor de espalda y la máscara de embarazo son inconvenientes que hay que tener en cuenta antes de ponerse el bañador. Te contamos cómo disfrutar de la playa cuando se está embarazada y cómo evitar ciertos inconvenientes.
¿Deben ir a la playa las mujeres embarazadas?
La arena suave y cálida bajo los dedos de los pies puede proporcionar una sensación muy relajante y tranquilizadora. Sin embargo, puedes preguntarse si ir a la playa durante el embarazo es una buena idea. Pues bien, siempre que sigas las pautas de seguridad y tengas cuidado de mantenerte a salvo en la playa, no hay razón para que no vayas.
Debes evitar ir a la playa sola. Tu cuerpo está experimentando muchos cambios, y algunos de esos cambios significan que eres más propensa a sobrecalentarte o a sentirte mareada. Debes saber siempre dónde se encuentra el centro médico más cercano.
Asegúrate de llevar ropa holgada y cómoda que sea transpirable. La temperatura de tu cuerpo es más alta de lo normal cuando estás embarazada, así que sentirás más calor y sudarás más fácilmente. También tienes que llevar mucha protección solar y sombra para sentarte, como un sombrero ancho o una sombrilla de playa. Este es un buen consejo para todos, pero es especialmente importante para ti. Tu piel es mucho más sensible debido a que la sangre (¡que es mucha!) está más cerca de la superficie de tu piel.
Cosas importantes a tener en cuenta
Ten mucho cuidado en el agua. Si estás acostumbrada a saltar las olas y a nadar en la playa, es mejor que lo dejes para después de tener a tu bebé. Lo más probable es que no estés tan coordinada en ese momento. Una pequeña ola podría derribarte fácilmente.
Tienes que beber mucha agua. Es importante que estés muy hidratada durante todo el embarazo, y eso es doblemente importante cuando te sientas al sol en un día caluroso. La deshidratación es uno de los riesgos más comunes del embarazo, así que asegúrate de beber mucha agua. Asegúrate también de llevar tentempiés saludables.
Haz descansos cuando los necesites. Un viaje a la playa cerca de casa es siempre lo mejor. Debes hacer pausas a lo largo del día para descansar en un espacio con sombra o con aire acondicionado y refrescarte.
Sol y embarazo: problemas de la piel
En primer lugar, Tanto en la playa cómo en las piscinas es absolutamente necesario protegerse del sol para evitar los problemas dermatológicos propios del embarazo:
- Máscara de embarazo: una hiperpigmentación (causada por la afluencia hormonal y, por tanto, una sobreproducción de melanina) localizada alrededor de los ojos y la boca.
- Rebote del acné vinculado a la agitación hormonal de la maternidad y mayor riesgo de cicatrices.
- Agravamiento de las estrías: por un lado, la deshidratación de la piel no ayuda a combatir el fenómeno y, por otro, el bronceado hace aparecer las famosas "marcas".
Por lo tanto, evita la exposición al sol entre las 11 y las 17 horas, aplica siempre una crema de alta protección contra los rayos UV (FPS 50) y vuelve a aplicarla cada 2-3 horas. Lleva también un sombrero de ala ancha para proteger tu cara en la medida de lo posible y gafas para proteger tus ojos, que son más frágiles cuando estás embarazada.
Por la noche, para compensar la sequedad provocada por el sol, no olvides nutrir tu piel con una crema hidratante y tu cabello con un tratamiento reparador.
Los beneficios del agua para una mujer embarazada
Pasear por la orilla del mar en el agua fresca llena de oligoelementos y algas marinas ayudará a aliviar los pies, tobillos y pantorrillas hinchados. Elige las horas más frescas del día, a primera hora de la mañana o al atardecer. También es posible nadar si el mar está en calma.
Báñate por completo para sentirte más ligera, más relajada y también para complacer a tu bebé. Sentirás mejor sus movimientos.
Nadar de espaldas aliviará tu dolor de espalda. Por no hablar de los beneficios del ejercicio para fortalecer los músculos de la espalda y los brazos en la preparación del parto.
Respira profundamente para deshacerte de las náuseas y los dolores de cabeza. El yodo tiene incluso propiedades antidepresivas, así que aprovecha para llenarte de energía positiva antes del gran día.
Adopta una buena posición
Tumbarse en la toalla puede causarte rápidamente dolor o incluso molestias. Hay varias formas de leer y charlar sin dolor:
- Acuéstate sobre tu lado izquierdo (para evitar la compresión de la vena cava).
- Utiliza un cojín (o una toalla de playa enrollada) para deslizarlo bajo las nalgas, la cabeza o las piernas, según tus necesidades.
- Para aliviar la pesadez de piernas, túmbate con la cabeza hacia el mar para que los pies estén elevados.
- Si vas a estar mucho tiempo en la playa, considera la posibilidad de llevarte una tumbona o una silla para mantener una posición semisentada, mucho más cómoda para las embarazadas.
- Cambia de posición a menudo para evitar los calambres.
Otras recomendaciones
Si piensas permanecer en la arena más de media hora, coloca una sombrilla. De hecho, debes evitar la exposición al sol en la medida de lo posible (sobre todo en las horas más calurosas, entre las 12 y las 16 horas), ya que de lo contrario puedes desarrollar problemas de retorno venoso: piernas pesadas, varices, edemas, mareos, etc.
No olvides beber mucha agua. Unos pocos sorbos cada media hora te ayudarán a evitar la deshidratación. Lleva también una botella de agua mineral en spray para refrescarte en caso de "sofoco". Recuerda que tu temperatura corporal es ligeramente más alta al principio del embarazo.
Por último, recuerda llevar un tentempié, como un plátano (especialmente si tienes previsto ir a nadar) para compensar cualquier hipoglucemia.
Si decides nadar, espera al menos dos horas después de la comida y entra en el agua gradualmente para evitar el choque térmico. No te preocupes por mojar tu barriga, el bebé se mantiene caliente, aunque el agua esté muy fría.
Recomendaciones para las mujeres embarazadas en la piscina:
Aunque la natación puede practicarse desde el primer hasta el último día de embarazo, es importante tomar algunas precauciones:
- Asegúrate de que el agua está a la temperatura ideal: entre 22 y 24°C.
- Una vez que salgas del agua, no mantengas el bañador mojado durante mucho tiempo para evitar los hongos.
- Si tienes una infección urinaria, una infección vaginal o un resfriado, evita la piscina o el mar.
- Si tienes riesgo de rotura de membranas, debes evitar la piscina. ¿Por qué no? Porque en ese momento aumenta el riesgo de que la infección se transmita directamente a la placenta.
Jacuzzis en el embarazo
Es mejor evitar los jacuzzis si estás embarazada. Un aumento de la temperatura corporal de la madre de más de 2 grados aumenta significativamente el riesgo de aborto, defectos del tubo neural y daños en el bebé.
Si aún así quieres ir a un jacuzzi, asegúrate de que la temperatura es inferior a 39 grados y ve en intervalos de 15 minutos.
Una vez iniciado el segundo trimestre, los riesgos para el feto en desarrollo se reducen, pero las recomendaciones siguen siendo las mismas:
- Evita completamente los cambios drásticos de calor a frío.
- El aumento de la temperatura corporal de la madre afecta directamente a la del bebé.
- El aumento de la temperatura puede provocar malestar en la madre, aumento del ritmo cardíaco y vasodilatación.
⇒ El Sol en el embarazo ¿Cómo protegerse?
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