Aprender a interpretar el llanto del bebé para poder atender sus necesidades lo antes posible.
Los bebés, como todos nosotros, tienen sus propias necesidades y deseos. Sin embargo, no pueden comunicarlos de la manera que lo hacen los niños mayores y los adultos. Por lo tanto, usan su medio más básico pero efectivo para comunicar sus deseos: llorar. Los bebés necesitan comer, dormir, mantenerse cómodos y saludables.
Además de todo esto, requieren atención, amor y sentir emociones como cualquier otra persona. Para entender el llanto de un bebé, los padres y las personas que lo cuidan deben primero saber las razones por las cuales lloran estos seres preciosos y las diferencias en el llanto para los diferentes propósitos.
Decodificando las señales
Los bebés son individuos. Algo que molesta a un niño puede no molestar a otro, pero en algún momento todos llorarán por una razón u otra. Es crucial que los padres se tomen el tiempo de prestar atención a sus bebés, porque al hacerlo, serán más capaces de identificar y entender por qué lloran sus hijos.
Los cambios en el estado de ánimo de un bebé, aunque difíciles de detectar a veces, se pueden usar para evitar preventivamente los episodios de llanto. Por ejemplo, un bebé puede ser como un reloj con su rutina diaria de siesta y alimentación, lo que permite a los padres "prepararse" con anticipación.
Los niños que siguen rutinas biológicas pueden enfadarse fácilmente si hay un cambio repentino en su horario o entorno. Mientras que al principio, para el oído no entrenado, todos los gritos pueden sonar igual, los padres pronto comienzan a notar diferencias sutiles en los gritos de sus hijos. Un niño hambriento puede llorar de manera diferente en comparación con un niño que tiene sueño o dolor. Las diferencias en el llanto se pueden observar en función del tono, el nivel, la intensidad y la duración del llanto.
Es bastante difícil decodificar los gritos de los bebés muy pequeños, porque estos gritos pueden superponerse. Sin embargo, cuando los bebés van haciéndose un poco más mayores pueden mostrar diferencias sutiles, pero claras. Un niño hambriento puede tener un llanto grave y bastante corto, que oscila hacia arriba y hacia abajo.
Los bebés que desean que los dejen tranquilos, tal vez debido a la sobreestimulación, también pueden tener un llanto similar al grito de hambre. Por el contrario, los bebés que están en apuros, dolor o están enfermos, pueden tener un llanto de tono alto y largo que contiene una pausa y un gemido aplastante al final. Los gritos turbulentos, por otro lado, pueden denotar enojo.
Responder al bebé cuando llora
No hace falta decir que la razón de causar el llanto del niño debe ser tratada para que el niño deje de llorar. Un niño hambriento debe ser alimentado, mientras que uno con un pañal sucio o mojado debe ser cambiado. El cuidado y la atención de sus necesidades sin duda le tranquilizará.
Al prestar atención e intentar identificar las diferencias en los llantos de sus bebés, los padres podrán atender más rápidamente las necesidades de sus bebés. Es normal que los padres se sientan impotentes cuando no pueden descifrar qué es lo que les pasa a sus hijos.