Las rabietas forman parte del desarrollo. La edad común para las rabietas es entre los 2 y los 4 años y duran de 10 a 15 minutos. Esto es algo muy común ya que más de la mitad de los niños de esas edades tienen una rabieta al menos una vez a la semana.
Una rabieta es una respuesta o una manifestación que tiene el niño para expresar disconformidad ante diferentes circunstancias: aburrimiento, sueño, hambre, que sus padres se nieguen a sus peticiones o incluso frustraciones propias de no poder hacer algo. Lo hacen porque no tienen las palabras exactas para expresar lo que les pasa y tampoco saben manejar ese torbellino emocional.
Las rabietas pueden acompañarse de otros trastornos como alteraciones del sueño y/o de la alimentación, síntomas de apatía hacia los padres o los hermanos.
El perfil de los padres con niños propensos a tener rabietas:
- Personas emocionalmente ausentes o inmaduras, incapaces de gestionar sus propias emociones, no saben gestionar el estrés y no pueden poner límites porque tienen miedo de que sus hijos los quieran menos.
- Personas que de pequeños no fueron escuchados.
Perfil de los niños propensos a tener rabietas.
Aquí hay que aclarar que la rabieta es algo natural, y que si dura de 10 a 15 minutos y tiene que ver con el niño expresando que no se conforma con lo que los padres le dicen y quiere demostrar que es una persona con identidad propia, hasta ahí está dentro de lo normal. El problema es si la rabieta excede esos 15 minutos, si se convierte en algo recurrente que utiliza tanto en casa como en el colegio para conseguir todo aquello que quiere, aquí estamos ante un tema de niños muy consentidos que utilizan la rabieta como una moneda de cambio cuando la balanza no se inclina a su favor.
¿Qué hacer ante una rabieta?
- Tener paciencia.
- No ceder. Porque entonces el niño siempre utilizará la rabieta para conseguir lo que quiere.
- No amenazarle ni ignorarle.
- Mantenerse firme.
- Mantener un tono tranquilo y sereno.
- Mostrarle al niño que empatizamos con su situación, que lo comprendemos. Y explicarle porque no puede ser.
- Abrazarlo, calmarlo para que te escuche.
Evita posibles rabietas no entrando en jugueterías, tiendas de chuches, evitando pequeñas discusiones sobre el color de una camiseta que se vaya a poner (tú la quieres verde y el roja), etc.
Hay que pedir ayuda cuando tienen muchas rabietas diarias, cuando después de los 4 años el niño sigue teniendo rabietas, cuando ocurren además de en casa en el colegio, cuando van acompañadas de otras alteraciones (pesadillas, alimentación, involución en el control de esfínteres...)
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