Las peleas y las discusiones entre los hermanos son una parte natural del desarrollo, hasta que se convierte en una base para una seria rivalidad. Estas emociones ásperas pueden tener efectos duraderos, dejando a los niños con sentimientos amargos el uno por el otro, junto con la inseguridad y la baja autoestima. Lo que es aún más alarmante es el hecho de que los padres son a menudo los mayores culpables de fomentar o alentar la rivalidad entre hermanos. Aquí dejamos unas recomendaciones para fomentar un vínculo saludable entre sus hijos.
Establezca lo que es aceptable y lo que no. Cuando establece reglas, los niños entienden los límites de las relaciones entre hermanos y aprenden habilidades de negociación. A continuación le sugerimos algunas reglas:
- Las palabras pueden hacer daño, así que vigile lo que dice. Golpear o castigar físicamente nunca será un comportamiento aceptable y tendrá consecuencias adversas. Siempre use "por favor" y pídale al hermano que "tome prestadas" las cosas en lugar de "tomarlas".
- Jugar de manera justa en un juego: hacer trampa es un estricto no. Separe a sus hijos si van más allá de estos límites. Más tarde, pídales que se disculpan entre sí.
- Asignar trabajo en equipo, no equipos. Evite proponer juegos en casa que hagan que sus hijos compitan entre sí. Haga que formen parte del mismo equipo y trabajen juntos. Este proceso puede iniciarse alentándolos a ayudar a sus hermanos menores en estudios y proyectos, ayudándose mutuamente con la limpieza después del tiempo de juego, y así sucesivamente.
- Elogio, pero sólo cuando está solo. Si quiere felicitar a su hijo y decirle que ha hecho un buen trabajo, hágalo en privado. Cada niño es especial, y es bueno dejarle saber por qué, pero puede fomentar muchos celos si se los cuenta frente al otro niño.
- Piense antes de intervenir Intente mantenerse al margen si los hermanos siguen las reglas de una lucha justa. Necesitan aprender cómo negociar.
- Modelo de Rivalidad Saludable. Una vez que los niños tienen el concepto de límites, una disputa puede convertirse en un momento formativo. Tienen que aprender que siempre hay ganadores y perdedores, y que ser un buen deportista y reconocer el buen juego es una parte importante de cualquier juego o rivalidad. Jugar juegos de mesa, videojuegos o deportes juntos los ayudará a aceptar el fracaso con gracia más adelante en la vida.
- Nunca comparar las habilidades atléticas y educativas de sus hijos puede ser muy perjudicial para su autoestima. Estas comparaciones pueden proyectar expectativas poco realistas y causar ansiedad innecesaria entre los hermanos. Puede crear sentimientos duros que pueden durar toda la vida e incluso alejarlos. "Un niño se siente menos que " o "no es lo suficientemente bueno ", y siempre compite en silencio por la aprobación, la atención y el amor, y en última instancia culpa al hermano por ser demasiado bueno para competir.
- Enséñelos a sentirse orgullosos, no celosos. Enseñarles a animarse unos a otros en sus actividades individuales es la mejor manera de evitar la rivalidad entre hermanos. Demuestre buena deportividad y explique que una persona que tiene más habilidad que la otra no la hace mejor persona, sino mejor en esa habilidad específica.
- Dedicarles tiempo de forma individual. Es recomendable que los padres se aseguren de que todos sus hijos pasen tiempo con ellos varias veces al mes, en función de su etapa de desarrollo. Esto puede incluir pasar un rato juntos en la cocina haciendo galletas, un paseo por el parque o una comida fuera de casa. Pero ese tiempo tiene que pertenecer sólo a ese niño.