Dormir es una parte importante para mantener una buena salud, pero los problemas para conciliar el sueño no son solo problemas que vienen con la edad adulta. Los niños pueden tener problemas para descansar lo suficiente, y cuando no pueden dormir... no puedes dormir.
La hora de acostarse puede convertirse en un campo de batalla cuando los pequeños no se acomodan y se duermen. Pero hay formas de igualar las probabilidades de victoria. Intenta usar estos 10 consejos para aprender a combatir la batalla.
Establecer una hora de acostarse individualizada
Los niños en edad escolar necesitan entre 9 y 11 horas de sueño cada noche. Pero hay mucha variabilidad en las necesidades y patrones de sueño. La mayoría de los niños tienen patrones que no cambian mucho, sin importar lo que hagas.
Los madrugadores se levantarán temprano incluso si los acuestan más tarde, y los noctámbulos no se dormirán hasta que sus cuerpos estén listos.
Por eso es importante que los padres trabajen con sus hijos para establecer una hora para acostarse que les permita dormir lo suficiente y despertarse a tiempo.
Establecer un horario para despertarse
Establece un horario para despertarlo según la cantidad de sueño que necesite tu hijo y a la hora que se acuesta. Se recomienda crear una rutina de despertador ya en los años preescolares para ayudar a prevenir el estrés de los padres en el futuro.
Y recuerda ser coherente con el horario. Permitir que el niño duerma más tarde los fines de semana es generoso, pero a la larga podría ser contraproducente.
Si puedes intentar que la hora de acostarse y despertarse sea la misma, dentro de aproximadamente una hora todos los días, hará que la vida de todos sea mucho más fácil.
Crea una rutina constante para ir a dormir
Las rutinas son especialmente importantes para bebés, niños pequeños y preescolares. Se recomienda que después de la cena, el resto de la noche incluya juegos ligeros, baño, cepillarse los dientes, un cuento y luego acostarse.
Sigue una rutina que sea reconfortante y relajante, estableciendo el ambiente ideal para la hora de acostarse. En poco tiempo, el niño puede comenzar a tener sueño automáticamente al comienzo de la rutina.
Apaga las pantallas al menos 2 horas antes de acostarse
La melatonina es una pieza importante de los ciclos de sueño-vigilia. Cuando los niveles de melatonina están en su punto más alto, la mayoría de las personas tienen sueño y están listas para acostarse.
La luz azul de una pantalla de televisión, teléfono o monitor de PC puede interferir con la producción de la hormona melatonina.
Ver televisión, jugar videojuegos o desplazarse por páginas web en un teléfono o pc justo antes de acostarse mantendrá al niño despierto de 30 a 60 minutos adicionales.
Procura que el dormitorio sea una zona libre de pantallas o al menos asegúrate de que todas las pantallas estén oscuras al acostarse. Y mantén tu teléfono en silencio cuando estés en la habitación de tu hijo, o no lo lleves.
En lugar de pasar tiempo frente a la pantalla se recomienda leerle al niño por la noche para permitir que su cerebro descanse.
Reduce el estrés antes de ir a dormir
Otra hormona que juega un papel en el sueño es el cortisol, también conocida como la "hormona del estrés". Cuando los niveles de cortisol son altos, a tu hijo le será mucho más difícil dormirse.
Procura que las actividades realizadas antes de acostarse sean tranquilas. Esto puede ayudar a evitar cantidades excesivas de cortisol en el sistema. Es necesario reducir el estrés para que sea más fácil conciliar el sueño.
Crea un ambiente que induzca el sueño
Las sábanas suaves, los tonos de oscurecimiento de la habitación y la relativa tranquilidad pueden ayudar a tu hijo a diferenciar entre el día y la noche, lo que facilita el sueño.
Crear un ambiente que induzca el sueño es importante porque prepara el escenario para el descanso al reducir las distracciones. Cuando estás tranquilo no estás distraído y puedes dormirte más rápido y con menos ayuda.
Mantenlo fresco
El ciclo de sueño de no solo depende de la luz (o la falta de ella). También es sensible a la temperatura. Los niveles de melatonina ayudan a regular la caída de la temperatura interna del cuerpo necesaria para dormir.
Sin embargo, puedes ayudar a regular la temperatura externa. No abrigues demasiado a tu hijo ni ajustes el calor demasiado alto.
Se recomienda el uso de pijama de algodón transpirable y mantener la temperatura del dormitorio alrededor de 18.3 a 21.1°C por la noche.
Ayuda a aliviar los miedos
Los fantasmas y otras criaturas aterradoras pueden deambular por la noche, pero en lugar de descartar los miedos a la hora de acostarse, enfréntalos con tu hijo.
Si la tranquilidad simple no funciona, intenta usar un juguete especial para hacer guardia por la noche o rociar la habitación con "spray monstruoso" antes de acostarse.
Se recomienda programar un horario durante el día para abordar cualquier temor y evitar usar la hora de acostarse para este tipo de conversaciones.
Los niños son muy inteligentes y rápidamente aprenderán que pueden retrasar la hora de ir a dormir si usan el tiempo para expresar sus miedos antes de acostarse.
Reduce la concentración en el sueño
Los niños pueden tener problemas para apagar sus cerebros por la noche. Entonces, en lugar de aumentar esa ansiedad al insistir en que es hora de irse a la cama, Considera concentrarte más en la relajación y mantener a tu hijo tranquilo.
Intenta enseñarle una técnica de respiración profunda para calmar su cuerpo. Respira por la nariz durante 4 segundos, sostén durante 5 segundos, exhala por la boca durante 6 segundos.
Atento a los trastornos del sueño
Si tu hijo tiene problemas para conciliar el sueño, tiene pesadillas persistentes, ronquidos o respira por la boca, es posible que tenga un trastorno del sueño.
Habla con el pediatra si te preocupan los hábitos de sueño de tu hijo.
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