En verano como en invierno, tu hijo debe dormir la siesta. No permitas que los días de vacaciones influyan negativamente en este buen hábito.
Y es que no sólo le vendrá bien para recargar fuerzas, sino también para consolidar lo que haya aprendido a lo largo del día. Es la conclusión de un estudio realizado en la universidad de Harvard (EEUU). Según esta investigación, el aprendizaje se realiza en dos tiempos. Primero, existe una fase de entrenamiento, y luego, una fase de consolidación, que se realiza durante el sueño. Si tu hijo se salta la siesta, el aprendizaje se bloquea porque el cerebro se satura.