Si bien la adicción a la comida no figura en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, generalmente implica comportamientos de atracones, antojos y falta de control sobre los alimentos.
Si bien alguien que tiene antojos o come en exceso de vez en cuando probablemente no cumpla con los criterios para el trastorno, hay varios síntomas comunes.
Signos y síntomas de adicción a la comida
- Tener antojos a pesar de sentirse lleno
No es raro tener antojos, incluso después de comer una comida abundante y nutritiva.
Por ejemplo, después de cenar con bistec, papas y verduras, algunas personas pueden desear un helado de postre.
Los antojos y el hambre no son lo mismo. Un antojo ocurre cuando siente la necesidad de comer algo, a pesar de haber comido o estar lleno. Esto es bastante común y no necesariamente significa que alguien tenga adicción a la comida. La mayoría de las personas tienen antojos.
Sin embargo, si los antojos ocurren con frecuencia y satisfacerlos o ignorarlos se vuelve difícil, pueden ser un indicador de otra cosa.
Estos antojos no tienen que ver con la necesidad de energía o nutrientes: es el cerebro que pide algo que libera dopamina, una sustancia química en el cerebro que juega un papel en cómo los humanos sienten placer.
- Comer mucho más de lo previsto
Para algunas personas, no existe un trocito de chocolate o una porción de pastel. Un trozo se convierte en 20, y una rebanada de pastel se convierte en la mitad de éste.
Este enfoque de todo o nada es común con adicciones de cualquier tipo. No existe la moderación, simplemente no funciona.
Decirle a alguien con adicción a la comida que consuma comida basura con moderación es casi como decirle a alguien con alcoholismo que tome cerveza con moderación. Simplemente no es posible.
- Comer hasta sentirse excesivamente lleno
Al ceder a un antojo, alguien con adicción a la comida no puede dejar de comer hasta que se satisfaga la necesidad. Entonces podrían darse cuenta de que han comido tanto que su estómago se siente completamente lleno.
- Sentirse culpable después pero volver a hacerlo pronto
Tratar de ejercer control sobre el consumo de alimentos poco saludables y luego ceder a un antojo puede generar sentimientos de culpa.
Una persona puede sentir que está haciendo algo mal o incluso engañándose a sí misma.
A pesar de estos sentimientos desagradables, una persona con adicción a la comida repetirá el patrón.
- Inventar excusas
El cerebro puede ser algo extraño, especialmente en lo que respecta a la adicción. Decidir mantenerse alejado de los alimentos desencadenantes puede hacer que alguien cree reglas para sí mismo. Sin embargo, estas reglas pueden ser difíciles de seguir.
Cuando se enfrenta a un antojo, alguien con adicción a la comida puede encontrar formas de razonar sobre las reglas y ceder ante el antojo.
Esta línea de pensamiento puede parecerse a la de una persona que está tratando de dejar de fumar. Esa persona podría pensar que si no compran un paquete de cigarrillos ellos mismos, no son fumadores. No obstante, pueden fumar cigarrillos del paquete de un amigo.
- Repetidas faltas al establecer reglas
Cuando las personas luchan con el autocontrol, a menudo intentan establecer reglas por sí mismas.
Los ejemplos incluyen, dormir hasta tarde sólo los fines de semana, nunca tomar café después de cierta hora de la tarde. Para la mayoría de las personas, estas reglas casi siempre fallan, y las reglas sobre la alimentación no son una excepción.
Los ejemplos incluyen tener una comida trampa o un día trampa por semana y solo comer comida basura en fiestas, cumpleaños o días festivos.
- Esconderse para comer
Las personas con un historial de establecimiento de reglas y fallas repetidas a menudo comienzan a ocultar su consumo de comida basura a los demás.
Es posible que prefieran comer solos, cuando no hay nadie más en casa, solos en el coche o tarde en la noche después de que todos los demás se hayan acostado.
- No puede dejar de comer sin control a pesar de los problemas físicos
Los alimentos que elige comer pueden afectar significativamente su salud.
A corto plazo, la comida basura puede provocar aumento de peso, acné, mal aliento, fatiga, mala salud dental y otros problemas comunes.
Toda una vida de consumo de comida chatarra puede provocar obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, Alzheimer, demencia e incluso algunos tipos de cáncer.
Alguien que experimente cualquiera de estos problemas relacionados con la ingesta de alimentos poco saludables pero que no pueda cambiar sus hábitos probablemente necesite ayuda.
Un plan de tratamiento diseñado por profesionales calificados generalmente se recomienda para superar los trastornos alimentarios.
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