¿Qué es el Síndrome de piernas inquietas?
El síndrome de piernas inquietas (SPI) es una condición inusual del sistema nervioso que se caracteriza por la necesidad imperiosa de mover las piernas. Por lo general, es peor por la noche y puede ser un problema al tratar de dormir.
La extraña sensación en las pantorrillas se ha descrito como un tipo de calambre, dolor o una sensación de hormigueo. Algunos comparan la sensación con chispazos de electricidad o incluso sentir insectos dentro de las piernas. Los mismos síntomas también pueden ser causados por otras afecciones, como diabetes, anemia por deficiencia de hierro, alcoholismo y algunas formas de artritis. Es relativamente común en el embarazo.
Alrededor de cinco de cada 100 personas experimentarán SPI en algún momento. Por lo general, ambas piernas se ven afectadas, pero no es raro experimentar las sensaciones desagradables en una sola pierna. Los síntomas pueden ser leves, moderados o severos. En casos severos, la persona puede no poder dormir.
Nadie sabe qué causa el SPI. Puede comenzar a cualquier edad, incluida la infancia (aunque se cree que esto no se denuncia). Hay un fuerte vínculo genético. La deficiencia de hierro es el factor de riesgo más importante.
El síndrome de piernas inquietas puede afectar a cualquiera
El síndrome de piernas inquietas puede afectar a personas de cualquier edad, pero ciertos grupos de personas tienden a ser más susceptibles, que incluyen:
- Personas de mediana edad y ancianos.
- Mujeres embarazadas.
- Aquellos con un padre que experimentado SPI (lo que sugiere un vínculo genético).
- Quienes tienen otro trastorno del sueño llamado trastorno periódico del movimiento de las extremidades.
- Personas que toman medicamentos antidepresivos.
Trastorno periódico del movimiento de las extremidades
El trastorno periódico del movimiento de las extremidades implica sacudidas incontrolables de las piernas o, ocasionalmente, de los brazos. También se conoce como "mioclono del sueño". Durante el sueño, estos movimientos recurrentes pueden ser lo suficientemente graves como para despertar a la persona.
En otros casos, la persona duerme, pero solo ligeramente. El resultado puede ser una mala calidad del sueño y fatiga durante el día. Las sacudidas pueden aumentar o disminuir en severidad de una noche a la siguiente, sin razón aparente.
La causa es desconocida, pero los factores que se reconocen como asociados con esta condición incluyen:
- Ser de mediana edad o de edad avanzada.
- El embarazo.
- Deficiencia de hierro.
- Insuficiencia renal.
- El uso regular de antidepresivos.
- Una historia familiar del trastorno.
- Síndrome de piernas inquietas: la mayoría de las personas con SPI lo tienen.
Privación del sueño y síndrome de piernas inquietas
Pararse, caminar o cualquier otro ejercicio que involucre las piernas generalmente puede aliviar las sensaciones físicas desagradables del SPI. La privación del sueño es uno de los efectos secundarios más comunes, ya que los pacientes pueden necesitar levantarse de la cama y caminar muchas veces todas las noches para aliviar los calambres.
El sistema nervioso y el SPI
Se cree que el síndrome de piernas inquietas es causado por algún tipo de mal funcionamiento del sistema motor y, más específicamente, de la vía de la dopamina. Sin embargo, investigaciones hasta ahora no han podido encontrar ninguna anormalidad en el cerebro, los nervios o los músculos de cualquier paciente con SPI.
Tratamiento del síndrome de piernas inquietas
El diagnóstico se basa en los síntomas. Dado que se desconoce la causa, los tratamientos disponibles alivian los síntomas en lugar de curar la afección.
Algunas personas encuentran que los síntomas mejoran si reducen o evitan la cafeína, el alcohol y la nicotina. El manejo exitoso de una afección subyacente, como la anemia o la diabetes, a veces puede aliviar el SPI. Al igual que con muchos trastornos del sueño, el sueño inadecuado o la falta de sueño empeorarán el problema.
Es muy importante corregir la deficiencia de hierro, después de investigar la causa de la deficiencia de hierro.
En casos severos, los medicamentos contra la enfermedad de Parkinson, las benzodiacepinas o la morfina pueden ofrecer control de los síntomas. Otros medicamentos utilizados para SPI incluyen algunos medicamentos antiepilépticos.
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