Los lactantes y niños pequeños, con mucha frecuencia presentan mocos, que en los más pequeñitos (hasta los 8 meses), al no saber respirar por la boca, les supone una gran incomodidad. Un niño sano en su primer año de vida puede llegar a tener 5 ó 6 catarros.
La gran mayoría de las veces, estos mocos son debidos a un cuadro vírico leve, que desaparecerá a los pocos días. Para que los niños estén más comodos, lo más importante es hacerles lavados nasales con suero fisiológico o similares, sobre todo antes de las tomas o comidas, para que con las nariz despejada, puedan alimentarse mejor.
También hay que dar a los niños más cantidad de líquidos, como agua y zumos. Para los más pequeños, que aún no saben sonarse solos, es muy útil el uso de aspiradores de moco, que puedes adquirir en farmacias.
Cuando el niño se acuesta, los mocos presentes en las fosas nasales descienden hasta la faringe, produciendo tos, En ese caso debes hacer una buena limpieza de las fosas nasales y elevar la cabecera de la cama un poco.
Algunas veces, estos cuadros catarrales se acompañan de algo de fiebre. Visita al pediatra si al niño le comienzan a doler los oídos, se prolonga el catarro o va a peor.