Las películas 'El hijo de la novia', '¿Y tú quién eres?, 'El diario de Noa'... nos han querido acercar al mundo del enfermo de Alzheimer. Sin embargo, el cortometraje 'Algo queda' nos muestra una faceta diferente de ésta y otras dependencias: el esfuerzo y la exigencia que supone el cuidado de los enfermos dependientes por parte de los cuidadores no profesionales.
Se trata de una labor que, hasta hace no mucho tiempo, no era particularmente tenida en cuenta. Pero que las evidencias apuntan a un desgaste y una presión en los cuidadores no profesionales que merece una atención médica especializada. Son en su mayoría mujeres, de una media de 55 años y que dedican su vida a cuidar a un familiar dependiente. El exceso de atención termina por cercenar toda su vida privada, social y proyectos laborales, y eso afecta a su salud física y psicológica. Nos encontramos con cuidadores que sufren insomnio, cansancio, problemas intestinales... y presentan mayores niveles de depresión y ansiedad que la población general.
Una enfermedad prevenible
El síndrome del cuidador está dejando de percibirse como una situación relacionada con otra enfermedad (la del dependiente) y se la considera una enfermedad clínica específica. Además, es prevenible y tratable. ¿Cómo? Cuando se diagnostica una enfermedad como el Alzheimer o el cuidado de mayores dependientes, si el cuidador será no profesional debería ponerse en marcha cuidados también hacia él. Cuidados que incidan sobre la detección y atención precoz de las consecuencias negativas derivadas de la actividad cuidadora.
Medidas de prevención que incluyan apoyo profesional, información continua sobre los servicios disponibles, ayuda de las Administraciones... Todo es poco para cuidar del que cuida, de su salud física y mental.
Datos para pensar
El 93% de los cuidadores informales de las personas dependientes tienen una calidad de vida baja, y "no existen cuidadores con un buen estado de salud y una alta calidad de vida", según se desprende del libro 'Aspectos económicos de la Dependencia y el Cuidado Informal en España', realizado por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, la Fundación Estudios de Economía Aplicada y la
Fundación AstraZeneca.
Entre un 15% y un 23% de las mujeres entre 45 y 60 años cuidan de una persona dependiente y son quienes padecen mayores síntomas de tensión, depresión y agotamiento físico. En cambio, entre el 5% y el 7% de los hombres ejercen de cuidadores informales y apenas notan estos síntomas.
Artículo obtenido en el Blog saludable