La sangre y sus componentes
Respiración, nutrición, defensa, regulación... La sangre desempeña un papel esencial en muchas funciones vitales. Es un tejido vivo compuesto por glóbulos rojos y blancos y plaquetas, bañado en un líquido llamado plasma.
¡La sangre es la vida! Impulsada por el corazón y circulando por los vasos de todo el cuerpo, la sangre oxigena, nutre, limpia y defiende todos los tejidos y órganos de nuestro cuerpo.
Funciones esenciales de la sangre
La sangre transporta oxígeno, nutrientes (azúcar, sales minerales, vitaminas...) y hormonas esenciales para la vida de nuestras células. A cambio, evacua los productos de desecho hacia los órganos de eliminación, como los riñones o los pulmones (para el dióxido de carbono).
La sangre también desempeña un papel fundamental en la defensa del organismo contra los agentes patógenos (bacterias, virus, etc.). Y en caso de lesión, se encarga de la reparación de sus vasos (proceso de coagulación).
La sangre también transporta mensajeros químicos -hormonas- que son esenciales para la regulación y el buen funcionamiento del organismo. Ayuda a mantener la temperatura corporal y a regular el calor en todo el cuerpo.
Un tejido muy organizado
La sangre se compone de plasma, por el que circulan tres tipos de células: los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. Por cada glóbulo blanco, hay unas 50 plaquetas y 1000 glóbulos rojos.
En la actualidad, todavía no es posible fabricar sangre artificial. En caso de pérdida de sangre, no suele haber alternativa a la transfusión.
La sangre está compuesta por:
Glóbulos blancos (leucocitos) los especialistas en defensa inmunitaria
Los glóbulos blancos (o leucocitos) desempeñan un papel fundamental en la defensa del organismo contra las agresiones externas (bacterias, virus, parásitos, etc.). Hay entre 4.000 y 10.000 de ellos por mm3 de sangre.
Cuando un agente patógeno invade el cuerpo, ciertos glóbulos blancos lo detectan y forman anticuerpos específicos contra él. Tras una donación de sangre, los glóbulos blancos se filtran: esto se llama leucodepleción. De hecho, podrían provocar efectos indeseables en el receptor (aloinmunización anti-HLA, reacción de escalofrío-hipertermia...).
Glóbulos rojos (eritrocitos) - Portadores de oxígeno
Los glóbulos rojos transportan el oxígeno de los pulmones a los tejidos y llevan el dióxido de carbono de vuelta a los pulmones para ser expulsado en la exhalación. Son las células más numerosas del plasma: unos 5 millones por mm3 de sangre.
También llamadas eritrocitos o glóbulos rojos, estas células contienen una proteína, la hemoglobina, que es capaz de fijar el oxígeno y da a la sangre su color rojo. Su membrana está erizada de proteínas, los antígenos, que determinan la pertenencia a los distintos grupos sanguíneos.
La falta de glóbulos rojos -conocida como anemia- provoca una gran fatiga. Puede ser necesaria una transfusión de glóbulos rojos en caso de anemia grave o hemorragia. ⇒ Todo lo que debe saber sobre la Anemia -- Anemia de células falciformes - Síntomas y tratamiento -- Anemia de Fanconi en niños y adultos - Detección prenatal -- Anemia Infantil. Tipos, Signos, Tratamiento y Prevención -- Anemia por deficiencia de hierro -- Anemia por deficiencia de vitamina B12 o B9
Plaquetas (trombocitos) - Curación de heridas y hemorragias
Las plaquetas detienen la hemorragia, evitan o detienen el sangrado. Hay entre 150.000 y 400.000 plaquetas por mm3 de sangre.
Si la pared de un vaso se rompe, estas diminutas células se adhieren a ella y sellan la brecha. A continuación, diferentes proteínas del plasma reforzarán este "tapón" mediante el proceso de coagulación.
La leucemia o el tratamiento de quimioterapia pueden provocar una deficiencia de plaquetas. La transfusión de plaquetas también puede ser necesaria durante ciertas intervenciones quirúrgicas importantes.
Plasma: el fluido de comunicación del cuerpo
El plasma es la parte líquida de la sangre. Compuesto por un 90% de agua salada, permite que los glóbulos rojos y las plaquetas circulen por el sistema vascular. También proporciona nutrientes a los tejidos y recoge los productos de desecho de los tejidos y los transporta a los órganos para su eliminación.
El plasma contiene más de 100 proteínas. La albúmina, que por sí sola representa el 60% de las proteínas de la sangre, mantiene el volumen de líquido del cuerpo y la hidratación. También transporta hormonas y otras moléculas. Las inmunoglobulinas son indispensables en la lucha contra los agentes infecciosos. Ayudan a prevenir y combatir enfermedades como el tétanos, la hepatitis y la rubeola.
El plasma también contiene factores de coagulación, incluidos los factores antihemofílicos y los factores contra la trombosis. Una deficiencia hereditaria de estas proteínas puede causar hemorragias graves, como en los hemofílicos.
El plasma, cuando se transfunde o se utiliza en forma de medicamentos derivados de la sangre, se emplea para tratar a pacientes que sufren hemorragias, trastornos de la coagulación o inmunodeficiencias graves. La albúmina también está indicada en casos de insuficiencia renal y hepática.
Linfa
Es la encargada de ayudar a transportar agua y proteínas de los tejidos a la sangre. La linfa recorre todo el cuerpo a través del sistema linfático, entrando al final en la corriente sanguínea.
En el hemograma se miden:
El Hemograma es un análisis de sangre donde se recuentan las diferentes células sanguíneas que hay en un determinado volumen de sangre.
- Los glóbulos rojos.
- Hemoglobina: En la mujer se considera baja si es menor de 10 gramos por decilitro y en el hombre si es menor de 1 g/dl.
- Hematocrito: Para medir el volumen de la sangre que ocupan los glóbulos rojos. En las mujeres es normal alrededor de un 42% y en los hombres de 47%.
- Tamaño y forma de los glóbulos rojos.
- Reticulocitos: Indica el funcionamiento de la médula ósea.
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